Yo no soy ilógico, simplemente sustituyo. Una reflexión y análisis del lenguaje en pacientes con diagnóstico de Trastorno del Pensamiento desde una Semántica Conceptualista

I’m not illogical, I just substitute. A reflection and analysis on language of patients with Thought Disorder from a Conceptual Semantics approach

Diana Patricia Botero

The University of Western Ontario

Canada

dboteroi@alumni.uwo.ca

Citación: Botero, D. (2015). Yo no soy ilógico, simplemente sustituyo. Una reflexión y análisis del lenguaje en pacientes con diagnóstico de Trastorno del Pensamiento psicosis desde una Semántica Conceptualista. Logos: Revista de Lingüística, Filosofía y Literatura 25 (2), 165-185. DOI: 10.15443/RL2515

Dirección Postal: University of Western Ontario. Arts and Humanities Building, 3R04. Canada N6A 3K7

DOI: dx.doi.org/10.15443/RL2515

Resumen: El discurso de individuos diagnosticados con trastorno del lenguaje como en el caso de la esquizofrenia, ha sido alta y comúnmente estudiado desde enfoques que observan el procesamiento cognitivo en la memoria, la atención o el acceso léxico (Maher, Manschreck, Hoover, & Weisstein, 1987; Spitzer, 1997; entre otros) o la localización y funcionamiento neuronal. El presente artículo en cambio, presenta y propone una reflexión y análisis de la forma de la información en las representaciones mentales a partir de una Semántica Conceptualista que incluye la combinatoria de interfaz físicas/perceptivas y de inferencia o razonamiento para la formación del pensamiento y del lenguaje. A partir de un método de análisis deductivo indirecto sobre las sustituciones que operan en las estructuras conceptuales mediatizadas por las interfaces de la percepción, y el proceso de recursividad en la reparación de la referencia, se infiere que no necesariamente se trata de un trastorno del lenguaje o del pensamiento sino más bien de procesos relacionados directamente con la racionalización de los conceptos en las estructuras conceptuales; donde la sustitución es una forma común de representar la identidad de objetos. Identidad que resulta abstracta e inteligible a los oyentes en tanto que no se han satisfecho las necesidades de referencialidad.

Palabras clave: lenguaje y trastorno del pensamiento, Semántica Conceptualista, sustitución, recursividad

Abstract: The discourse of individuals diagnosed with thought disorder, as in the case of Schizophrenia, have been largely and commonly studied from approaches that observe the cognitive processing in memory, attention, or lexical access (Maher, Manschreck, Hoover, & Weisstein, 1987; Spitzer, 1997; among others); and the neuronal localization and functioning. The present article presents and proposes instead, an analytic reflection on the form of information in the mental representation from a Conceptual Semantics approach, which includes the combinatory of physical / perceptive, and inference / reasoning interfaces for the architecture of thought, and language. I employ an indirect deductive method of analysis on the sustitutions that operate in the conceptual structures mediated by the perception interface, and the process of recursivity in the reparation of reference. In that event, I infer that it is not about a language / thought disorder but rather about processes directly associated with the rationalization of concepts in the conceptual structures where the substitution is a common way to represent the identity of objects. Such identity results abstract and inteligible to the listeners because the referential necessities have not been satisfied.

Keywords: Language and thought disorder, Conceptual Semantics, sustitution, recursivity

1. Introducción

La necesidad de ser entendido (Hobbs, 1978) y la consideración de las necesidades inmediatas del oyente (Rochester, 1988) son dos de las características de una comunicación satisfactoria entre los sujetos. Éstas pueden ser motivaciones implícitas o inconscientes que regulan la planeación del mensaje que se intenta transmitir. Desde el punto de vista de Hobbs (1978) las conversaciones requieren de una planeación a tres niveles: i) Lo que los participantes intentan conseguir en la conversación; ii) El nivel de coherencia del mensaje mediante la contextualización de los enunciados y la forma de distribución de la información que se busca trasmitir incluyendo cualquier aclaración, ejemplificación y elaboración cuando sea necesario. (Esto motivado por el deseo que los hablantes tienen de que su mensaje sea entendido); iii) Una vez decidido lo que se va a decir, los hablantes deben determinar cómo se van a transmitir los enunciados incluyendo la escogencia de los elementos léxicos, las construcciones gramaticales y una apropiada descripción de los eventos y las entidades. Los últimos dos niveles implican los requerimientos en la producción del lenguaje tanto oral como escrita en un contexto comunicativo para una coherencia global que es abordada en Hobbs a partir de sus relaciones; mientras que en Ditman y Kuperberg (2010; también en Fletcher & Bloom, 1988; entre otros) el establecimiento de coherencia requiere el mantenimiento de una consistencia lógica como los vínculos de continuidad psicológica y causal, motivacional y física entre los eventos, las acciones y los estados que los hablantes describen. El mantenimiento de estos elementos es lo que proporciona una comunicación efectiva de las ideas y una interpretación precisa de la información compartida. Asimismo, aquellos elementos se reflejan en la producción del hablante por medio de marcadores lingüísticos tales como los marcadores de cohesión (Ditman & Kuperberg, 2010) que incluyen elementos como la referencia, la sustitución, la elipsis, las conjunciones y las llamadas cohesiones léxicas cuando dos elementos comparten el mismo campo o categoría léxica (Halliday & Hasan, 1976).

El fallo o la falencia en el uso de algunos o todos estos elementos y características es lo que conllevaría a una incoherencia textual tanto en producción escrita como oral implicando dificultades en la comprensión e interpretación por parte del oyente. Ya muchos han atribuido estas dificultades a una limitación en la memoria de trabajo con respecto al procesamiento de la información transmitida por el hablante (Rochester, 1988) como también en el oyente al recibirla (Fletcher & Bloom, 1988). No obstante, la dificultad de comprensión e interpretación puede deberse a que las necesidades inmediatas del oyente no han sido satisfechas puesto que el hablante no le ha proporcionado suficientes vínculos de cohesión e información exacta sobre qué partes del mensaje son nuevas y cuáles no lo son (Rochester, 1988). Las necesidades inmediatas insatisfechas pueden ser atribuidas a que una expresión referencial no ha sido satisfecha por algo que puede servir como su referente (Jackendoff, 2002; 2006). Si existe una falta de elementos lingüísticos sin vínculos de cohesión (que guían al oyente a encontrar una coherencia textual mediante la continua identificación de referentes de la información nueva y la información vieja) entonces las construcciones lingüísticas expresadas pueden llegar a percibirse como aisladas; contrario a Jackendoff (2006) quien explica que las expresiones lingüísticas no podrían ser usadas aisladamente con la intención de referir algo para una satisfacción referencial satisfactoria.

Desde una Semántica Conceptualista, Jackendoff (2002; 2006) señala además que sin la integración de los conceptos con un conocimiento base (i.e. cuando es posible satisfacer la referencia de los objetos porque el oyente ha podido establecerla en su propia construcción conceptual del mundo), el concepto o la expresión lingüística no es satisfecha a tal punto que sea posible no efectuarse la referencialidad. Varias situaciones diferentes pueden surgir en esta situación: i) cuando el conocimiento base no es claro; ii) no existe; iii) entra en conflicto o, iv) el oyente ha sido capaz de integrar un nuevo conocimiento base con el fin de lograr una satisfacción de referencia, que en otras palabras se atribuye esta capacidad al carácter recursivo del oyente. Esto no nos hablaría ya de un valor de verdad sobre diferentes oraciones como lo ha postulado la tradición semántica formal de Frege, sino de la alternativa que Jackendoff (2002; 2006) prefiere adoptar donde las oraciones refieren diferentes situaciones y eventos (Semántica de situaciones). En otras palabras, si no hay una satisfacción de referencia, no se habla de un postulado falso porque no haya un referente claro, desconocido o que entra en conflicto, sino que el ser humano recursivamente integra nueva información dentro de su conocimiento base de tal forma que cualquier tipo de referencialidad sea satisfecha. Son este tipo de ejemplos los que expone Jackendoff (2006) para indagar sobre cómo es que los humanos entienden el lenguaje, pero a un punto en que se permita la integración de la semántica con las otras ciencias humanas.

Aunque cualquier individuo no está exento de emitir un enunciado incoherente que le obliga a la repetición o aclaración para ser entendido (p. ej. lapsus linguae), esta serie de fallos, en niveles más complejos y recurrentes de aparición, también ha sido atribuida mayormente a individuos que han sido diagnosticados con un Trastorno del Pensamiento (TP) en diagnósticos psiquiátricos. Aunque así como ocurre con la variabilidad en la sintomatología de un diagnóstico como la esquizofrenia, es difícil encontrar un conjunto sistematizado de expresiones lingüísticas en el uso del lenguaje en los hablantes con tal diagnóstico bien que varios estudios se hayan esforzado por caracterizar sistemáticamente las expresiones lingüísticas en estos pacientes (v.gr. Salzinger, Pisoni, Portnoy & Feldman, 1970; Hart & Payne, 1973; Manschreck, Maher, Rucklos & White, 1979).

La producción o uso de la lengua por estos pacientes puede variar considerablemente entre ellos; es posible encontrar fallas menores en la coherencia o no aparecer en algunos pacientes, pero también es posible encontrar un déficit en el discurso de forma inconstante en cada uno de ellos (Rochester, 1988). También es posible que algunos patrones del lenguaje puedan ser encontrados en otros trastornos que no son esquizofrenia pero que sí tienen síntomas psicóticos que involucran un diagnóstico de TP como en la manía y la depresión (Chaika, 1982; 1990; Rochester & Martin, 1979; Rochester, 1988).

Analizar el lenguaje de pacientes con diagnóstico de TP desde un enfoque lingüístico también brinda la oportunidad de explorar la naturaleza de la lengua no solo en situaciones del habla de los hablantes sin un diagnóstico psiquiátrico que compromete la percepción y el pensamiento, sino también de hablantes quienes poseen un procesamiento de la información a un nivel diferente o disociado con respecto al resto de la población sin antecedentes psiquiátricos. Llegar a la posibilidad de un análisis lingüístico a este tipo de producciones lingüísticas no solo representa una importancia para los estudios sobre la esquizofrenia sino también para los estudios del lenguaje, ya que nos permite analizar, esclarecer los procesos internos asociados a la naturaleza y facultad del lenguaje mediante las “fallas” o “errores” del habla1. En este sentido, prestar atención a tales irregularidades implica no solo el reconocimiento de la existencia de procesos que no se pueden ignorar, sino que por el contrario pueden incluso aportar información sobre qué es lo que falta o, con qué cuenta el uso de la lengua de los hablantes en general con o sin diagnóstico psiquiátrico.

Esto nos lleva a una serie de preguntas como ¿hasta qué punto el lenguaje en el TP se diferencia del lenguaje de aquellos no diagnosticados?. La característica más conocida de la diferencia entre las estructuras lingüísticas de pacientes diagnosticados con un trastorno del lenguaje o del pensamiento y de hablantes sin esos diagnósticos puede basarse primordialmente en la presencia o ausencia de coherencia y cohesión que incluye otras especificaciones abordadas en la sección 2.1. Sin embargo, es preciso indagar si la disparidad referencial semántica es una evidencia para una lingüística donde los objetos externos no existen a menos que sean pensados y procesados internamente previamente por los seres humanos; o si debe hablarse de un trastorno del lenguaje o de la dificultad de comprensión del oyente. En otras palabras ¿se trataría de un trastorno del lenguaje por una inferencia irracionalizada o un límite en la recursividad de los hablantes para la reparación de conocimientos base con respecto a la identificación y comprensión de los referentes del interlocutor?

El presente artículo aborda estos cuestionamientos a partir de un método de análisis deductivo/inductivo con una postura principalmente mentalista desde los aportes teóricos de Ray Jackendoff donde se pretende lograr un análisis y un acercamiento al lenguaje en pacientes con diagnóstico de TP desde una Semántica Conceptualista. La siguiente sección presenta una descripción general sobre lo que se ha dicho en el llamado trastorno del lenguaje y su relación con el pensamiento. Posteriormente, la sección 3 presenta a grandes rasgos algunos estudios previos sobre el lenguaje en pacientes con estos diagnósticos. La sección 4 presenta la metodología incluyendo los corpora que serán analizados en la sección 5 junto con la interpretación del diagrama arquitectónico que Jackendoff (2002; 2006) ha ofrecido del lenguaje. Esto con el fin de introducir la lógica de cómo podría explicarse y entenderse el lenguaje de estos pacientes, que es gobernado principalmente por interfaces dentro de las estructuras conceptuales. En ese mismo sentido, me acerco aún más a las estructuras conceptuales a partir de la ilustración de analogías señaladas en Jackendoff (1992) que logran una contribución significativa al presente análisis sobre la comprensión de dicho lenguaje.

2. Fenómeno: El lenguaje y el Trastorno del Pensamiento

El TP generalmente se involucra con un gran conjunto de diagnósticos psicopatológicos como la esquizofrenia, los trastornos del estado del ánimo, de la personalidad, y el autismo. Además de ser considerado como uno de los indicadores característicos en el diagnóstico de la esquizofrenia, también resulta ser uno de los conceptos que ha causado más confusión no solo porque ha sido evidenciado en otros diagnósticos diferentes a la esquizofrenia sino también por la discusión que ha resultado de vincular al lenguaje como isomorfo del pensamiento (Rochester & Martin, 1979; Chaika, 1990; Andreasen, 2008).

Así como el TP ha sido utilizado indistintamente del trastorno del lenguaje, también se han presentado ocasiones en que ha sido indeterminadamente usado como equivalente en los desórdenes cognitivos. Siendo que la cognición abarca un gran espectro de procesos, Andreasen (2008) señala la categorización hecha por Fish (1962, citado por Andreasen, 2008) sobre las anomalías en la cognición sugiriendo dividirlas en cuatro subgrupos entre los que se encuentran: los desórdenes de la percepción como los diferentes tipos de alucinaciones; los desórdenes en el contenido del pensamiento como los delirios de persecución y grandeza, y cualquier anormalidad en las creencias e interpretación de las experiencias. El tercer subgrupo hace referencia a los desórdenes en el procesamiento del lenguaje los cuales se evidencian en la forma en como el hablante expresa su discurso con variaciones pronunciadas en la entonación, volumen y velocidad de la voz, aunque también se incluye el bloqueo en medio de una frase debido a la pérdida repentina de la idea o pensamiento que se pretendía expresar (Fish, 1962, citado por Andreasen, 2008). Estos desórdenes también pueden ser reflejados en otros diagnósticos como el déficit de atención, la memoria insuficiente o en la dificultad para formular conceptos abstractos. El último subgrupo en la categorización de Fish (1962, citado por Andreasen, 2008) es donde se encuentran los diferentes tipos de fallos del lenguaje que son de interés en este artículo, es decir, el desorden en la forma del pensamiento o, desorden del pensamiento formal cuya deficiencia se presenta en la manera en cómo los hablantes expresan el pensamiento a partir de la lengua hablada o escrita. La identificación de este trastorno en los pacientes con diagnóstico de esquizofrenia se hace a partir de la evaluación y la observación que los clínicos realizan cuando identifican qué tan desorganizado, desconectado e incoherente es la producción verbal.

En el proceso último de evaluación psicológica o psiquiátrica, pueden existir dificultades incluso para los mismos clínicos en la identificación de los trastornos ya que los límites de estos subgrupos no siempre son claros, consistentes o de aparición sistematizada en cada uno de los pacientes. Muchas veces los pacientes presentan comportamientos que pueden implicar tanto delirios como alucinaciones al mismo tiempo (Trastornos de la percepción y del contenido del pensamiento) o, la expresividad del pensamiento por medio de su lenguaje con características de la forma y el proceso del pensamiento al mismo tiempo. Asimismo, unos pacientes pueden presentar los cuatro tipos de trastornos mientras que otros simplemente uno o dos (Andreasen, 2008). Otra dificultad se puede deber a la vaguedad en los límites sobre la identificación de los trastornos, pues ¿hasta qué punto el lenguaje se presenta de manera anormal? o ¿cuál es el límite que establece la anormalidad y la normalidad de la expresión lingüística? Este tipo de indeterminación se hace evidente cuando los hablantes expresan sus pensamientos de una forma creativa y pedante por medio de su lengua o, porque existe una pobreza en el lenguaje debido a un bajo nivel de inteligencia o educación. Debido a dificultades de éste tipo, resulta esencial durante la evaluación clínica, tener en cuenta el contexto en que dichas expresiones lingüísticas toman lugar y si el hablante es capaz de retomar la idea o volver a la congruencia de su discurso inmediatamente (Chaika, 1970; Andreasen, 2008).

Es importante recordar aquí hasta qué punto una producción lingüística errónea está también influenciada por restricciones tanto a nivel de parámetros como de la gramática universal, y en ese sentido de nuevo ¿qué tan erróneo o anormal puede llegar a tener un discurso “sin sentido” si a su vez también está gobernado por las mismas restricciones gramaticales de todo individuo?. Rochester y Martín (1979) mencionan incluso la falta de claridad que puede resultar el estatus de las inferencias de muchas de las observaciones de los clínicos ya que las inferencias son basadas en la producción oral y no directamente en el desorden del pensamiento; y también porque las fallas o las anomalías en la producción oral son basadas en la experiencia de confusión que el oyente esté presentando. Así como en Rochester y Martin (1979) ¿hasta qué punto la producción del hablante es responsable o no de la confusión del oyente? Cuestionamiento que resulta relevante no solo para la psiquiatría y la psicología sino también para los estudios lingüísticos.

2.1. Subtipos en el Trastorno del Pensamiento Formal (TPF)

El lenguaje en pacientes con diagnóstico de TP, objeto de atención en este artículo, se identifica con los trastornos del pensamiento formal que Andreasen (2008) organiza por dos subtipos principales: Los trastornos de pensamiento formal positivos y los negativos. Dentro de los negativos se ubican la presentación de una pobreza en el contenido del discurso, un bloqueo y perseverancia o repetición continua de palabras, ideas o temas. Con respecto a los positivos se ubican: a) Descarrilamiento de ideas a partir de asociaciones de ideas sueltas sin conexión entre ellas; b) Incoherencia la cual incluye la llamada ensalada de palabras; c) Tangencialidad la cual involucra el hecho de responder preguntas de modo tangencial o de una manera irrelevante y parcial sin referirse directamente al tema o pregunta en cuestión; d) Incongruencia donde las conclusiones del discurso no se conectan o siguen de una manera lógica. Estas características del TPF positivos son las abordadas principalmente en el presente estudio.

3. Algunos estudios previos sobre el lenguaje en la Esquizofrenia

En algunas revisiones como las de Covington et al. (2005) y Kuperberg y Caplan (2003) evidencian cómo la literatura sobre el lenguaje en la esquizofrenia ha sido considerablemente amplia. Chaika (1974) ha abordado el lenguaje en la esquizofrenia desde la fonología y la fonética encontrando que la fonología generalmente no presenta alteraciones significativas, pues cuando los hablantes muestran una producción confusa, sucede en contextos en que el idioma lo permite y de nuevo hago referencia al cuestionamiento anterior sobre qué tan erróneo puede ser un discurso “sin sentido” si es que está gobernado por restricciones universales. Con respecto a la entonación, que es el caso de los llamados trastornos de pensamiento negativos anteriormente mencionados, se han encontrado anomalías identificadas como aprosodia comúnmente reflejada en la subida de la voz o manifestaciones de entonación plana de forma inusual (Cutting, 1985; Spoerri, 1966). La morfología por su parte no ha sido ampliamente reportada con suficiente evidencia que demuestre un alto grado de deterioro. Asimismo, parece ser que no existe evidencia significativa sobre disfunciones sintácticas (Stirling, Hellewell, Blakey & Deakin, 2006; Borofsky et al., 2010). Por el contrario, varios de los estudios previos muestran la existencia de una disfunción en el procesamiento de la Semántica reflejando la relación del desorden del pensamiento con el acceso a los objetos semánticos además de un bajo conocimiento conceptual (Goldberg et al., 1998; Stirling et al., 2006; Borofsky et al., 2010).

A diferencia de estos resultados, la representación léxica o semántica de los objetos parece no estar afectada según lo evidencian estudios que emplean tareas de decisión léxica donde los hablantes diagnosticados con TP no evidencian ninguna dificultad en los efectos de primado (Maher, Manschreck, Hoover & Weisstein, 1987; Spitzer, 1993; 1997). Aquí los hablantes no han mostrado ninguna dificultad de asociación léxica en pares de palabras asociadas, lo que resulta contraproducente en pacientes que supuestamente tienen una disrupción en la asociación semántica. Por el contrario, Miller y Glucksberg (1988, citado en Spitzer, 1997) y Levelt (1989, citado en Spitzer, 1997) sostienen que los tiempos de reacción en tareas de asociación léxica son tan altos que no solo demuestra la asociación léxica de palabras asociadas por pertenecer en el mismo grupo semántico (mediante los efectos de primado en tiempos de reacción rápidos) sino también la asociación léxica de palabras disociadas lexicalmente. Es decir, pareciera que la activación léxica se extiende tan rápido, y por tanto los efectos de primado aumentan. Esto permite a los hablantes lograr una asociación léxica directa y también asociaciones oblicuas o inusuales dentro de los enunciados debido a un aumento de activación que se extiende a otros nodos o grupos semánticos (Spitzer, 1997). Spitzer (1997) comenta sobre este tipo de resultados como problemas metodológicos ya sea por el número reducido de participantes, o por la inconsistencia de resultados donde en algunos casos los pacientes obtienen tiempos de reacción igual a los grupos controles. En otros casos el tiempo de reacción de los pacientes resulta en forma reducida con respecto a los participantes sin diagnostico. Sin embargo, investigación psiquiátrica más consistente en términos de resultados sobre el TP ha demostrado que los pacientes tienden a producir asociaciones más indirectas que directas. Bleuler (1950) es uno de los que sostiene que en las investigaciones experimentales de asociación, se han evidenciado una frecuencia significativa de asociaciones mediadas:

…The above mentioned example [a patient had associated the death of a relative to the word “wood”], the association “wood (wood-coffin)—dead cousin,” may be considered a s a mediate association . . . In an experiment using words inscribed on a revolving drum, Reis . . . found mediate association in the sense that instead of “war”-”dispute,” “cattle”-”horse” was read (Bleuler, 1950: 26-27).

Este aporte evidencia en gran medida una asociación léxica indirecta y mediatizada que en otro sentido, será explicado como la sustitución de identidad en la representación de los objetos, que es precisamente una de las situaciones que desarrollo y argumento en la sección 5.

4. Metodología

A partir de un método de análisis deductivo indirecto, el presente artículo presenta una reflexión y análisis de la forma de la información en las representaciones mentales a partir de una Semántica Conceptualista propuesta por Jay Jackendoff que incluye la combinatoria de interfaces físicas/perceptivas y de inferencia o razonamiento para la formación del pensamiento y del lenguaje. Se analiza específicamente sobre las sustituciones que operan en las estructuras conceptuales mediatizadas por las interfaces de la percepción, y el proceso de recursividad en la reparación de la referencia.

Las preguntas principales que se intentan abordar en el análisis son si la disparidad referencial semántica es una evidencia para una lingüística donde los objetos externos no existen a menos que sean pensados y procesados internamente previamente por los seres humanos; o si debe hablarse de un trastorno del lenguaje o de la dificultad de comprensión del oyente. En otras palabras ¿se trataría de un trastorno del lenguaje por una inferencia irracionalizada o un límite en la recursividad de los hablantes para la reparación de conocimientos base con respecto a la identificación y comprensión de los referentes del interlocutor? ¿la deficiencia se debe a una irregularidad en las estructuras cognitivas del sistema de pensamiento, en las interfaces de lenguaje-f o, de la percepción antes de acceder a la formación de reglas del pensamiento para ser construidos los mensajes que se intentan transmitir?

Se infiere que: a) muchas de las expresiones lingüísticas de pacientes con diagnóstico de TP se vincula a procesos relacionados directamente con la racionalización de los conceptos en las estructuras conceptuales; donde la sustitución es una forma común de representar la identidad de objetos o incluso eventos, causas o estados. La sustitución puede darse a nivel léxico, fonológico, morfológico o sintáctico. b) Así pues, la identidad de los objetos resulta abstracta e inteligible a los oyentes posiblemente debido a una falta potencial de recursividad para satisfacer la situación de referencialidad en tanto que no se les es posible integrar nuevo conocimiento de información a su conocimiento base el cual no incluye en su construcción conceptual del mundo las del hablante.

4.1. Datos y Procedimiento

Los datos que se analizan en este artículo comprenden dos corpora los cuales suman un total de 20 frases para el análisis (Ver Tabla 1). El corpus 1 incluye un total de tres transcripciones de producciones orales en inglés de pacientes diagnosticados con TP (esquizofrenia) que han sido parte de estudios previos entre 1968 y 2010. En este grupo, un total de 11 frases transcritas son analizadas. El corpus 2 incorpora una transcripción en español de una de las respuestas a una entrevista a un individuo con esquizofrenia publicada en internet (Kellner, 2012). En este último caso, la información del discurso del entrevistado no es una transcripción usada en estudios empíricos anteriores, pero su relevancia radica en la amplitud del contenido e información contextual para facilitar el análisis de las oraciones como punto de partida. Asimismo, el análisis de estas oraciones brindan un ejemplo más sobre el ejercicio de la descomposición de las estructuras conceptuales para comprender la semántica frasal de todo el discurso y en ese sentido, ubicar con más claridad el fenómeno de las sustituciones. Un total de 9 frases en el corpus 2 se tuvieron en cuenta para el análisis.

Corpus 1. Transcripciones en inglés

1) …you have to have a plausity of amendments to go through for the children’s code, and it’s no mental disturbance of puterience, it is an amorition law. (p. 189)

“… Tú tienes que tener una … de enmiendas para ir a través por el código de los niños, y no es una perturbación mental de … es una ley de …”

Esta transcripción en Vetter (1968) es considerado como un caso de neologismo según Chaika (1982).

2) …but what’s to say there’s nothing up in that ice age that is yet to come supposedly this summer and in this Winter coming up you could see quite a recession of them and then they come on pretty strong. (p. 247)

“…pero lo que es para decir no hay nada en esa era de hielo que todavía está por venir supuestamente este verano y en este invierno llegando usted podría ver tanto una recesión de ellos y entonces ellos vienen bien fuerte.”

Rochester (1977, citado en Chaika, 1982). Según Chaika (1982) se trata de un uso equivocado de palabras para el significado que se intenta transmitir.

3) Entrevistador: “How have you been feeling today?” Paciente: “Well, in myself I have been okay what with the prices in the shops being what they are and my flat is just round the corner. I keep a watch for the arbiters most of the time since it is just round the corner. There is not all that much to do otherwise.”

Entrevistador: “¿cómo se ha sentido hoy?” Paciente: “Pues, dentro de mí he estado bien que con los precios en las tiendas siendo lo que son y mi apartamento/piso/casa/superficie plana/pinchazo está a la vuelta de la esquina [o cerca]. Yo guardo/mantengo un reloj para los árbitros la mayoría del tiempo ya que está a la vuelta de la esquina. No hay todo así de/eso mucho que hacer de otro modo.”

Ditman y Kuperberg (2010). Ejemplo de tangencialidad donde las relaciones entre las ideas a través de las cláusulas son ilógicas.

Corpus 2. Transcripción en español

Kellner (2012) en una entrevista a un individuo con Esquizofrenia.

4) Entrevistador: “¿Puedo entrevistarte?” Paciente: “Eh... supongo que no tengo problema con hablar sobre la esquizofrenia. Puedo sacrificar mi orgullo para abogar por mi tribu. No me gusta ser identificado con ningún grupo, y esto me va a estigmatizar, pero me parece importante porque no hay nadie que esté siendo abierto al respecto, excepto Daniel Johnston y su película me aburrió. Bueno, también está Brian Wilson pero es tan estúpido, y cuando lo vi en Pet Sounds, su broma fue: “Acaso no fue eso un linda cancioncilla”. También está ODB. Y Phil Spector, pero el mató a la anfitriona del Hard Rock Cafe, así que... Podemos hablar sobre cómo, al igual que Philip K. Dick, me golpearon en la frente con un láser rosa, pero en lugar de seis mil páginas de revelaciones religiosas, lo único que retuve de toda esa descarga informativa fue que el petróleo no es más que agua con colorante negro para comida, y que sólo hace falta una gota para atravesar todo el país.” (Sección “Rayos. ¿Puedo entrevistarte?”2).

Tabla 1. Corpora de análisis

5. Reflexión y análisis del lenguaje en el Trastorno del Pensamiento desde la Semántica Conceptual

En este trabajo considero las contribuciones teóricas de Ray Jackendoff sobre la inclusión de una Semántica Conceptual en el sistema computacional del lenguaje representado en su diagrama arquitectónico como se ilustra en la figura 1.

Figura 1. Diagrama que representa la arquitectura del lenguaje y el significado en Jackendoff (2002: 271, 305; 2006: 220)3.

Este diagrama reconoce la interacción de interfaces que nos permite identificar la formación del significado como una actividad puramente interna a partir de la percepción del mundo. Cada percepción es una forma de representar una realidad, es decir que el significado no se establece afuera en relación con los objetos, sino que se forma a partir de una serie de actividades físicas y cognitivas en el cerebro. Este sistema combinatorio está mediado por estructuras cognitivas llamadas pensamientos, y en este mismo sistema es donde se construyen los mensajes transmitidos por medio de una combinatoria del lenguaje que consta de diversas interfaces no solo de la fonología y la sintaxis sino también de un lenguaje-f (f-language) el cuál es definido como el sentido del contexto comunicativo que el hablante tiene incluyendo el sentido que se tiene de las intenciones del interlocutor (Jackendoff, 2002; 2006). Ahora, si pensamos o damos por hecho un TP y tenemos en cuenta que la forma de acceder a este trastorno o al pensamiento mismo es a través del lenguaje, entonces infiero en un principio que el discurso de individuos con diagnósticos que incluyen los síntomas positivos puede evidenciar hasta cierto punto una descompensación en la formación de las reglas del pensamiento.

Pero la pregunta ahora es como la que se plantea la lingüística al tratar de responder ¿por qué y cómo es que los fenómenos observables se presentan en la forma que lo hacen y no de otra forma?, entonces ¿por qué y cómo es que los fenómenos observables en el lenguaje en la psicosis se presentan en la forma que lo hacen y no en la forma de hablantes sin ningún diagnóstico o historial de esquizofrenia?. Con el propósito de abordar estas inquietudes, comienzo por dirigir la atención a un cuestionamiento más específico expuesto también anteriormente en la sección 4: ¿la deficiencia se debe a una irregularidad en las estructuras cognitivas del sistema de pensamiento, en las interfaces de lenguaje-f o, de la percepción antes de acceder a la formación de reglas del pensamiento para ser construidos los mensajes que se intentan transmitir?

Es posible que, de la misma manera en como los estudios psiquiátricos lo han establecido, se piense en el trastorno de la percepción, y que en términos de Fish (1962, citado por Andreasen, 2008) sea considerado como desórdenes en el contenido del pensamiento y desórdenes de la percepción. Entonces, las preguntas anteriores y esta última consideración nos permiten dirigir ya no solo la mirada a la interfaz de la sintaxis y la fonología sino al otro grupo de interfaces que entran en juego en la arquitectura del lenguaje que Jackendoff (2002) plantea. Se trata de las interfaces de la percepción, aquellas que nos permiten formar pensamientos basados en nuestra observación del mundo, y tales pensamientos son los que actúan como input para la producción del lenguaje. Así es como podemos hablar sobre nuestra experiencia perceptual con el mundo (Jackendoff, 2002). Sin embargo, como se trata de un sistema combinatorio modular, es preciso tener en cuenta también la existencia de otras interfaces que entran en juego entre las interfaces de la percepción y las interfaces de la sintaxis y la fonología. Esto es, el uso de pensamientos/conceptos para producir más pensamientos/conceptos que es típicamente llamado “inferencia” o “razonamiento” que incluye el razonamiento lógico y también las intenciones y planes para actuar en términos reales en los hablantes como el razonamiento práctico o social (Jackendoff, 2002). Jackendoff (1992, 2002) se inclina por pensar que el discurso en la esquizofrenia debe estar relacionado de forma más cercana con el funcionamiento de estas últimas interfaces, pero recordando un funcionamiento inconsciente de todas estas actividades internas.

Con respecto a los mecanismos que funcionan de forma inconsciente, Jackendoff (1992) expresa la relevancia de su distinción de lo consciente y lo inconsciente y no solo en términos lingüísticos sino también a partir del contraste con la Teoría Psicodinámica ya que implica un acercamiento de procesos y formaciones que funcionan en un sistema complejo más allá de lo que evidenciamos como las expresiones lingüísticas o incluso del comportamiento. Jackendonff (1992) señala que para ambas teorías, el hecho de que los hablantes hagan juicios seguros y conscientes sobre lo que interpretan en un enunciado lingüístico o de sus mismas emociones y experiencias, no significa que sean conscientes de la naturaleza de su competencia y actuación4 en la lingüística, o inconsciente en la Teoría Psicodinámica o el Psicoanálisis, y qué es lo que los regula. La similitud entre ambas teorías consiste en que hay un acuerdo en la existencia de estructuras inconscientes que gobiernan el acto consciente. En la lingüística generativista, se ha hecho hincapié la analogía con la “mente computacional” la cuál se considera como completamente inconsciente, y solo ciertas agrupaciones seleccionadas de la información son directamente responsables para la forma de nuestra experiencia consciente (Jackendoff, 1987; 1992).

Aunque existe una importante diferencia entre la Teoría Psicodinámica y la Lingüística ya que en la primera sí existe la posibilidad de que los sujetos traspasen procesos inconscientes a la conciencia lo cuál caracteriza las crisis, síntomas o irregularidades del comportamiento del ser humano. Para el psicoanálisis existen los llamados lapsus o errores lingüísticos que reflejan de alguna manera ciertos mecanismos inconscientes del individuo (Freud, 1972). Con respecto a la lingüística, Jackendoff (1992) asocia algunos de éstos fenómenos dentro de una inferencia irracional en la interfaz de inferencia. En otras palabras, el lenguaje también es el medio utilizado para acceder a mecanismos inconscientes o a una mente computacional (una discusión más amplia en Devitt, 2003; y Antony, 2003). Ahora, el lenguaje en la psicosis es la expresión lingüística del funcionamiento de la misma. Es decir, una expresión lingüística bajo los dominios de los funcionamientos inconscientes de la mente computacional, los cuales revelan un amplio rango de síntomas que operan bajo otros dominios de estructuras conceptuales subyacentes. No se trata de pensar sólo en el “trastorno del lenguaje” per se, sino de los procesos que están detrás de esta manifestación. Jackendoff (1992) emplea una analogía con la fonología explicando cómo es que ciertas agrupaciones de información, estructuradas en la mente computacional, son las responsables para la formación de tales experiencias conscientes de producir expresiones lingüísticas (en hablantes con esquizofrenia o no) como en (1), (2) y (3).

(1) Slips of the Tongue

“Deslices de la lengua”

(2) *Tips of the Slung (errores posibles)

(3) **Slits of the pung (errores no posibles)

Aquí por ejemplo se muestran los errores del habla que pueden ser posiblemente producidos por un hablante donde los sonidos5 como en (2) pueden ser reemplazados o, en el caso de (3) que evidencia no solo un error fonológico en términos del habla sino un error que no podría ser realizado por un hablante. En otras palabras, el desplazamiento del sonido como en la letra T- por las letras Sl- en el ejemplo (2), involucran posiciones paralelas en diferentes palabras dentro de lo que las reglas y estructuras fonológicas de la lengua, en este caso el inglés, puedan permitir a diferencia del ejemplo (3). Otro caso sobre los errores del habla ocurre cuando un desplazamiento, como en el ejemplo (2), puede ser compensado por una regularización en contextos donde se requiera, por ejemplo la alternancia de la “a” y la “an” es sensible al sonido que empieza en la siguiente palabra (ver 4 y 5), siendo imposible un error como en (6) (Jackendoff, 1992).

(4) A Monkey’s uncle

(5) *An unckey’s muncle

(6) **U unkey-s muncle

Esta serie de ejemplos ilustra una lógica que puede representar el punto de partida para comprender los “errores del habla” en el lenguaje en la psicosis. En casos como este tipo de desplazamientos ocurridos en los errores del habla, Jackendoff (1992) señala que no se involucra una estructura fonológica en los principios que los gobiernan sino que se trata de una forma de la información mental que aparece estar en la estructura conceptual la cual es la encargada de codificar el conocimiento de las entidades del mundo; entidades tales como los objetos físicos, eventos, tiempos, propiedades, intenciones, etc. las cuales son asumidas como aquellas que interactúan en un sistema formal que refleja de forma inversa la estructura de la sintaxis o de la fonología como en los ejemplos anteriores.

Por ejemplo en el caso de la estructuras sintácticas, la estructura conceptual con relaciones estructurales como predicado-a-argumento proyectan estructuras relacionales en la sintaxis de cabeza-a-especificador. Aunque la estructura conceptual constituya una sintaxis, sus unidades y sus principios de combinación no son los de una frase nominal (FN) o frase verbal (FV)6, pero sí debe suministrar una base formal para las reglas de inferencia y la interacción del lenguaje con el conocimiento del mundo. Un ejemplo de esto, es la observación de Chomsky (citado en Jackendoff, 1992) con respecto a frases como “Colorless green ideas sleep furiously” que pueden estar perfectamente estructuradas sintácticamente pero inaceptable dentro de las estructuras conceptuales. En este sentido, existen reglas de correspondencia (SS-CS correspondence rules), en la teoría del lenguaje, que median entre las interfaces de la sintaxis y la fonología y el sistema conceptual intencional. Este sería el inicio que nos permitiría comprender de dónde vienen las expresiones de los trastornos del lenguaje formal positivo como la incoherencia y la falta de cohesión, o en otras palabras, de dónde viene o cuál es la lógica detrás de lo ilógico en este tipo de expresiones.

Una de las funciones de la estructura conceptual que atribuyo como una pieza fundamental para el estudio del lenguaje en la psicosis son las atribuciones de identidad a los objetos y personas del medio ambiente, teniendo en cuenta que la identidad es independiente de los cambios en la apariencia física. Es decir, la estructura conceptual contiene la representación mental que mantiene el almacenamiento de identidad con el tiempo aún si la apariencia del objeto cambia (Jackendoff, 1983; 1992). Una nueva analogía que considero importante en Jackendoff (1992), es el proceso de condensación en el psicoanálisis durante la actividad onírica7 o sustituciones. En términos lingüísticos, la estructura conceptual es la que de alguna manera posee la información que está detrás de este tipo de sustituciones en referencia a una sola identidad; así como los errores del habla, la información que especifica la apariencia de X ha sido vinculada erróneamente con la identidad de Y. Lo que se sabe de X aparece como Y y Y puede ser los conceptos abstractos identificados por medio de la sustitución (Jackendoff, 1992; Cfr. Moltmann, 2003); veamos cómo se evidenciaría esta situación en la siguiente sección con las transcripciones de los pacientes.

5.1. Análisis de los corpora. Una aproximación a las estructuras conceptuales

Si tomásemos por ejemplo el fragmento de la entrevista en Kellner (2012) [Sección 4.3 – Tabla 1, Corpus 2] como una expresión lingüística de un individuo que ha sido diagnosticado con trastorno de pensamiento en la esquizofrenia; es posible facilitar la comprensión del significado composicional del fragmento entero a partir de la descomposición de la estructura conceptual8 de las oraciones para lograr una cohesión entre ellas e identificar los referentes a partir de las relaciones temáticas de los argumentos. En un principio se puede identificar con mayor claridad el referente y la cohesión entre las primeras cinco oraciones del fragmento (ver ejemplos 1-5). En estas cinco expresiones el hablante es uno de los dos argumentos necesarios para cada función verbal (v.gr. [estado, causa, evento]). El otro argumento hace referencia a la esquizofrenia y todo lo perteneciente o relacionado a esta. Por ejemplo: hablar de la esquizofrenia”, “abogar por mi tribu”, “…ser identificado con ningún grupo”, “esto me va a estigmatizar”, “ …que esté siendo abierto al respecto”. Las palabras señaladas son los argumentos para cada frase y su referencia parece estar ligada al mismo referente de esquizofrenia como condición, grupo, tema/asunto, estigma.

(1) No tengo problema con hablar de la esquizofrenia

(2) Puedo sacrificar mi orgullo para abogar por mi tribu

(3) No me gusta ser identificado con ningún grupo

(4) Esto me va a estigmatizar

(5) Me parece importante porque no hay nadie que esté siendo abierto al respecto

Las expresiones subsecuentes a la del ejemplo (5) parecen empezar a dispersar sus referentes y disminuir la cohesión que en un principio parecía ser mucho más clara (ver ejemplos 6-9). En estas oraciones podemos tener en cuenta lo que puede ser la representación de cada argumento y verbo para el hablante que las produce. En el ejemplo (6), (8) y (9) el argumento (sujeto) que realiza la acción son los diferentes nombres propios: Daniel Johnston en (6), Phil Spector en (8) y Philip K. Dick en (9). Estos tres argumentos se encuentran en funciones verbales de un evento que presuponen una consecuencia negativa al experimentador o paciente que es el otro argumento (objeto) que recibe la acción del verbo: La anfritiona del Hard Rock Café en (8), y el hablante en (6) y (9). La función verbal como evento traería consecuencia negativa al que recibe la acción en tanto que en (6) aburre, (8) mata y (9) golpea. En el ejemplo (7), la diferencia está en la función verbal puesto que ya no es un evento sino un estado9 (cópula) con continuidad temporal y es acompañado por el adjetivo “estúpido”.

(6) Excepto Daniel Johnston y su película me aburrió

(7) Bueno también está Brian Wilson pero es tan estúpido

(8) y Phil Spector, pero el mató a la anfitriona del Hard Rock Café

(9) Podemos hablar sobre cómo, al igual que Philip K. Dick, me golpearon en la frente con un láser rosa

En la primera parte pareciera que el argumento que realiza el evento es el hablante en la mayoría de los casos y en la segunda parte, donde la cohesión pareciera disminuir, la identidad del argumento (sujeto) que realiza el evento en la mayoría de los casos se distribuye en los diferentes personajes. Digamos que en la primera parte (Ejemplos 1-5), el sujeto es el hablante como agente y el objeto es el tema que es la esquizofrenia y todo lo referente a ella. El hablante aunque sujeto de la oración en (1), (2), (3) y (5) pareciera también ser experimentador que conlleva a un riesgo, es decir, hablar sobre un tema, sacrificar el orgullo, abogar por la tribu, ser identificado con algún grupo, y en el caso de (4), cuya relación temática es más de paciente, recibe la acción de estigmatizar en voz pasiva.

En la segunda parte (Ejemplos 6-9) el argumento que realiza la acción son los personajes como agentes y quienes realizan acciones negativas hacia el paciente o experimentador que es el hablante en (6) y (9) y una tercera persona en (8). Podemos tomar el ejemplo (7) como una implicatura de lo que puede sentir el hablante con respecto a la estupidez del otro que es Brian Wilson. En todos los casos parece ser claro que hay uno o varios argumentos que guardan relación temática ya sea como experimentador o paciente de consecuencias de sacrificio, abogo, identificación con algo que no se quiere, estigmatización, aburrición, muerte, víctima de golpe, etc. Y asimismo, en todos los casos parece ser que uno o varios argumentos guardan también una relación temática como agente o incluso tema que es o son los causantes de aquellas consecuencias de los experimentadores o pacientes. Es aquí donde sustento que hay una sustitución de la identidad de un referente a partir de varios objetos de argumentos necesarios para las funciones verbales referidas.

La transcripción en Rochester (1977, citado en Chaika, 1982) [Sección 4.3: Tabla 1: Corpus 1] también presenta dificultad en la identificación del referente (con respecto a la construcción del mundo del oyente) en los argumentos en las diferentes funciones verbales sin un análisis de descomposición de la estructura conceptual. Este fragmento es una respuesta a una prueba que requería explicación de un contexto de dibujos animados. Veamos que en los ejemplos (10-13) es muy posible que uno de los argumentos para cada frase refiere a “ice age” [era de hielo] por medio de los elementos deícticos “that” en (11), “them” en (12) y “they” en (13) partiendo de lo singular a lo plural. Habría que saber el contexto de las imágenes que precede a la producción de este fragmento para verificar que los pronombres refieren a lo perteneciente a “ice age”, sabiendo además que efectivamente la era de hielo viene supuestamente este verano y el invierno que viene agregando que se puede ver una recesión de ésta y posteriormente su llegada fuerte. Es decir, “nothing up in that ice age” en (10) y “a recession of them” en (12) pueden guardar relación referencial (a diferencia de la interpretación de antonimia propuesta por Chaika, 1982, p. 173) así como la relación [eventoCOME] entre “that is yet to come” en (11) y “they come on” en (13).

(10) but what’s to say there’s nothing up in that ice age

(11) that is yet to come supposedly this summer and in this Winter coming up

(12) you could see quite a recession of them

(13) they come on pretty strong

La transcripción en Vetter (1968, citado por Chaika, 1982) [Sección 4.3: Tabla 1: Corpus 1] requiere de más contenido previo para saber en qué contexto se ubica. Sin embargo, podemos desglosarlo en tres frases principales (ver ejemplos 14-16).

(14) You have to have a plausity of amendments to go through for the children’s code

“Tú tienes que tener una plausibilidad de enmiendas para ir a través por el código de los niños”

(15) it’s no mental disturbance of puterience

“No es una perturbación mental de labor”

(16) it is an amorition law.

“Es una ley de amorition

En (14) tenemos dos funciones verbales, la primera con dos argumentos en un contexto verbal que incluye la posesión con el verbo “tener” [objeto YOU, PLAUSITY OF AMENDMENTS]. La segunda función verbal del evento también cuenta con dos argumentos: [evento GO ([objeto PRO-YOU], [trayectoria THROUGH FOR ([objeto CHILDREN’S CODE])])]. La frase “plausity of amendments” para uno de los argumentos en (14) puede carecer de significado en tanto que no existe la palabra plausity al igual que puterience en (11). Sin embargo, esto puede constituir un ejemplo de sustitución a nivel morfológico y fonológico teniendo en cuenta que las combinaciones se pueden realizar dentro de lo que las reglas morfológicas existentes en el idioma lo permiten. En el caso de plausity, el sufijo –ity denota cualidad y condición para la formación de los sustantivos o denota una instancia o grado. Éste pudo haber sido modificado remplazando los sufijos –ble –ly –ness. En este caso es posible que la frase cobre sentido cuando entendemos que “a plausity of amendments” refiere a la forma correcta “a plausibility/plausibleness of amendments” [una plausibilidad de enmiendas] en el que el sufijo –ness denota un estado y condición, una instancia de un estado o condición o, algo en cierto estado. En el caso de –ibility con la misma denotación que –ity para la formación de sustantivos que corresponden a los adjetivos que terminan en –ible.

En el caso de la palabra puterience, encontramos que la combinación morfológica y fonológica es existente en otras construcciones de palabras en inglés. el sufijo –ence denota una cualidad o instancia de la cualidad o una acción o su resultado (p. ej. Reminiscence); asimismo la combinación –ience es posible (p. ej. Experience) al igual que put- (p.ej. “put”) y puter- en “puter” que denota “a computer”. Con respecto a la construcción de la palabra completa, la forma morfológica más cercana es parturiency o parturiencies en plural por lo que se podría asumir que la frase cobra más sentido si se prefiere la siguiente forma: “it’s no mental disturbance of parturiency” teniendo en cuenta las otras frases como apoyo contextual. Es posible que en estos casos la producción de estas dos palabras indiquen la posibilidad de un desplazamiento y sustitución a nivel morfo-fonológico que involucra las interfaces de la percepción, pero que aparentemente no violan reglas fonológicas ni morfológicas. En (16) la palabra “amorition” no es reconocida en inglés. Sin embargo, la combinación morfológica y fonológica de esta palabra es posible, su sufijo –tion como forma morfológica derivacional es usado para formar sustantivos de los verbos, amori- en cambio guarda relación con la palabra proveniente del latin “amor”, amori en latín es el dativo singular de amor. Es posible que haya una asociación entre amorition y amor que modifica al sustantivo “law”. Pero en este caso resulta más difícil satisfacer la referencia del objeto.

La transcripción encontrada en Ditman y Kuperberg (2010) [Sección 4.3: Tabla 1: Corpus 1] es presentada como un caso de tangencialidad e incoherencia entre las frases según los autores. Se presenta un caso similar a la transcripción del enunciado de Kellner (2012) puesto que en un comienzo hay más facilidad en la reparación referencial y la frase en (17) responde inicialmente la pregunta del entrevistador con la respuesta: “Well, in myself I have been okay”; sin embargo, la referencialidad de los objetos, eventos o estados en las siguientes oraciones se va dispersando (ver ejemplos 17-20).

(17) Well, in myself I have been okay what with the prices in the shops being what they

are…

“Pues, dentro de mí he estado bien que con los precios en las tiendas siendo lo que son…”

En esta transcripción pueden ocurrir diferentes situaciones en que el hablante está sustituyendo ya sea la identidad de objetos, de estados o eventos o incluso de otro tipo de elementos deíticos. Por ejemplo “the prices” no tiene relación alguna con “myself” en tanto que no pertenecen a la misma categoría o campo léxico primitivo ni tampoco en el contexto físico; y aunque pudiéramos aún así ubicar esta situación como el uso de nombres de objetos inanimados para referir a uno o varios objetos animados en particular (p. ej. Cuando un mesero le dice al otro: “la hamburguesa con doble queso en la mesa 14 quiere un vaso con agua”); lo que parece estar sustituyéndose además, es el estado de los verbos copulativos “being” y “are” de la condición del argumento en “with the prices in the shops being what they are” al estado [estado HAVE BEEN] del argumento ([objeto I])]. Si este fuera el caso en que la cópula en las dos ocasiones de esta frase refieren a la cópula “ser” y no “estar”, se puede inferir que la paciente responde “en otras palabras” que se siente bien siendo lo que es. Otra posible situación es si lo que parece como marcador de cohesión entre las dos funciones (“what”) denota y refiere la cantidad completa del argumento de la frase que le sigue. Si es así es posible que el estado de una función depende del estado de la otra unidireccionalmente o bidireccionalmente: “the prices in the shops being what they are” - “in myself I have been ok”. En lo que sigue a su discurso (ejemplo 18), la paciente sigue manteniendo una referencia a sí misma pero ya con el pronombre posesivo “my” introduciendo un nuevo objeto “flat” (véase también la frase en ejemplo 2).

(18) …and my flat is just round the corner.

“Y mi apartamento/piso/casa/superficie plana/pinchazo está a la vuelta de la esquina [o cerca].”

Jackendoff (2002) explica esta situación no como una trayectoria (en inglés “Path” en las estructuras conceptuales) en el que el objeto se traslada a un lugar mediatizada por el tiempo; sino como una trayectoria que ocurre en otros campos semánticos donde las posesiones son discontinuas en espacio sin puntos intermedios entre un poseedor y otro. En este sentido, la trayectoria no sólo se reconoce en un contexto de movimiento y por lo tanto en un movimiento temporal (Hinrichs, 1985; y Verkuyl, 1993, citados por Jackendoff, 2002), sino bajo otro tipo ontológico en el que la trayectoria es atemporal y es posible que aparezca como argumento de otras funciones incluyendo los dos tipos de funciones de estado (Jackendoff, 2002: 362). En la función de estado en la frase (18), la trayectoria “my” por ser atemporal es ocupada en sus diferentes partes por las diferentes partes del objeto “flat” (Jackendoff, 1996c; y Jackendoff, 2002). Desde este punto de vista, es posible inferir que el poseedor y el objeto poseído poseen denotaciones compartidas (a un nivel abstracto) y su identidad común o compartida es condicionada espaciotemporalmente por la cópula que es satisfecha por su complemento [lugar ROUND THE CORNER] (entendamos aquí que “round” refiere a “around” y la expresión “around the corner” además de su significado literal refiere un lugar cerca con respecto a la posición del hablante).

En (19), la introducción de nuevos referentes como “watch” y “arbiters” incluyen entradas léxicas conectadas con el tiempo en el caso de “watch” y con autoridad, conciliador e influencia en decisiones últimas en el caso de “arbiter”; y un elemento deíctico anafórico “it” que refiere el antecedente “watch” condicionado por el estado de la cópula que lo ubica espacio-temporalmente cerca al hablante por medio de la satisfacción de sus variables con su complemento [lugar ROUND THE CORNER] como en (20). En el enunciado (22) pareciera que “that much” puede estar modificando y haciendo referencia al cuantificador indefinido “all” por medio de una proporción gradativa (cfr. Sánchez López, 1999) similar a como ocurre en la modificación composicional de sustantivos por los adjetivos (cfr. Jackendoff, 2002). Esta frase parece ser concluyente en la respuesta a la pregunta del entrevistador “how have you been today?”. La frase (17) responde directamente a la pregunta pero desde la segunda cláusula en (18) hasta la frase (20) hay una serie de descripciones sobre las situaciones que pueden estar explicando el estado actual de la paciente (p. ej. El reloj en relación con el tiempo y los árbitros con la autoridad puede semejarse con el rol de las rutinas y los horarios donde se encuentra hospitalizada y el personal medico) concluyendo que de otro modo, o diferente a lo dicho, no hay mucho que hacer.

(19) I keep a watch for the arbiters most of the time since it is just round the corner.

“Yo guardo/mantengo un reloj para los árbitros la mayoría del tiempo ya que está a la vuelta de la esquina.”

(20) There is not all that much to do otherwise.

“No hay todo así de/eso mucho que hacer de otro modo”

Como hemos visto, en todas las frases hay un verbo que típicamente expresa una función conceptual que según Jackendoff (2002) posee de cero a cuatro variables las cuales son satisfechas mediante el sujeto y los complementos de la frase verbal (FV). Siendo así, en casi todos los casos de las expresiones lingüísticas analizadas en este estudio evidencian la satisfacción de los argumentos. En este sentido, el problema no está a nivel de la composición frasal básica en tanto que se han cumplido las reglas de conexión entre las variables de las funciones verbales con sus argumentos (sujeto y objeto) en sus posiciones sintácticas respectivas. Asimismo, cada vez que las estructuras en inglés y en español han requerido otras variables sintácticas que son llenadas por medio de elementos desvinculados de un significado (p. ej. Las preposiciones), no han afectado la semántica de la oración a causa de esto (excepto en una sola ocurrencia en la frase (14) […go through for…]). No obstante, ha habido dos escenarios aislados en las estructuras lingüísticas de (17) con “what” y (20) con “…all that much” que pueden llegar a interferir en la interpretación de la semántica composicional de la frase. Por otro lado, cuando observamos las construcciones notamos que aunque sus partes en casi todos los casos cumplen su función en el caso de los verbos y su satisfacción argumental en el caso de los sujetos y objetos; hay un fallo en la satisfacción de la referencia de los argumentos y en algunos casos en los eventos, estados o causas, y es lo que en este trabajo argumento como una situación de sustitución que abarca también lo que se ha conocido como cohesión léxica en términos de Halliday y Hasan (1976).

Si por ejemplo en los casos en que: i) En cada uno de los personajes que el hablante menciona (ejemplos 6-9) guarda una relación de identidad, papel temático, género y la implicación o resultado de un estado o evento; ii) El referente en (10-12) es el mismo tanto en los eventos como en los argumentos “ice age”, “that”, “them” y “they”; iii) Existe una relación referencial en el mundo conceptualizado del hablante entre “plausity of amendments” y “plausibility of amendments”, “mental disturbance of puterience” y “mental disturbance of parturiency” en (14-15); o iv) La sustitución se da no solo en eventos sino en estados como en (17), y de nuevo mediante la introducción de nuevos sustantivos como en (19) donde “watch” puede referir al tiempo, los horarios y “arbiter” al personal médico. Entonces, ¿hasta qué punto cada uno de estos argumentos, estados o eventos no pueden ser las diferentes sustituciones de las representaciones que el hablante tiene en la conceptualización de su mundo de una sola identidad sobre un objeto u entidad abstracta?. Con respecto a la transcripción de Kellner (2012) ¿acaso la adjetivación de cada uno de los personajes representan la adjetivación de lo que para el hablante es la Esquizofrenia, y todo aquello que pertenece a ella, en su experiencia? O no necesariamente la Esquizofrenia pero ¿algo / alguien más o sí mismo? Estas preguntas parecen guardar amplia relación a la inquietud de Jackendoff (1992) sobre cuáles son las reglas que gobiernan el hecho de hacer un desplazamiento o sustitución a un objeto y no a otro; reglas como las que existen en la fonología para establecer qué desplazamientos de sonidos son permitidos en una lengua o no (cfr. Devitt, 2003). En todo caso, el proceso de desplazamiento así como ocurre con el ejemplo fonológico, ocurre también a partir de un proceso de sustitución, cuando las características de un argumento (persona u objeto determinado) son desplazadas a otra persona u otro objeto al igual que ocurriría con los eventos, causas o estados. Esto es lo que se denomina como inferencia irracional que se da de forma relacional no a nivel explícito en las estructuras lingüísticas (o en la estructura de la superficie desde la perspectiva del modelo generativista), sino inconscientemente en las estructuras conceptuales (Jackendoff, 1992).

La dificultad de comprensión de expresiones lingüísticas de los pacientes con diagnóstico de TP sin ningún conocimiento base que indique cuál es la referencialidad que el hablante usa o a qué entidad, persona o cosa está realizando una sustitución o desplazamiento; indica una falencia en la satisfacción de referencia (Jackendoff, 2006), y esto es precisamente lo que posiblemente pueda suceder en cualquier contexto de entrevistas a pacientes con diagnóstico de Esquizofrenia, manía o depresión que presenten un estado agudo de lo que es denominado TP. También, en cualquier escenario de conversación entre un individuo sintomático con psicosis y un individuo sin ningún diagnóstico, historial o sintomatología del TP. Parece ser que la confusión por parte del oyente como menciona Rochester y Martín (1979) puede ser precisamente una situación que evidencia una falta de conocimiento-f base [f-knowledge] el cual limita al oyente reparar la referencialidad de una producción de lenguaje en la psicosis.

Dos de las situaciones expuestas por Jackendoff (2002) son las que explican lo anteriormente dicho:

Your f-knowledge base includes something in conflicto with the purported event…Then you have to engage in some repair strategy (Jackendoff, 2002: 326).

The descriptive features of the purported event are inherently in conflicto, so that there is no posible referent. In such a case… you judge the clause anomalous and again have to resort to repair (Jackendoff, 2002: 327).

Ahora, así como no se trataría entonces de enunciados falsos o verdaderos, tampoco se trataría de enunciados totalmente incoherentes o faltos de cohesión si se analizan las estructuras conceptuales (y las reglas de correspondencia) que en últimas hacen parte de las estrategias de reparación. Es en últimas la recursividad necesaria para comprender el funcionamiento formal de las estructuras conceptuales en el lenguaje con diagnóstico de TP y establecer posibles lazos con los objetos a los que las múltiples sustituciones hacen referencia; y en el mismo proceso recuperar la satisfacción de referencia. Sin embargo, el análisis de las estructuras conceptuales como una de las posibles estrategias recursivas del oyente es una tarea más accesible a las disciplinas que estudian el lenguaje y podría ser una herramienta fundamental si se implementara en el tratamiento de los pacientes.

6. Discusión y conclusiones

Dada la literatura existente con respecto al estudio de la Esquizofrenia y del lenguaje en la Esquizofrenia o, en el TPF, los estudios han demostrado que las mayores repercusiones en el lenguaje en la psicosis están relacionadas con el procesamiento de la Semántica y no significativamente con otras interfaces como la fonología, la sintaxis y la morfología. Así mismo, los estudios han revelado su énfasis en la indagación en los efectos del procesamiento y neuronal10 de los pacientes con síntomas psicóticos. Esto demuestra la preferencia en el estudio de los procesos de la memoria y la atención, en donde la información es procesada y codificada, más que en el estudio de la forma y estructura de la información (que incluyen cuáles son los elementos básicos de la información mental y cómo están construidos dentro de las construcciones cognitivas complejas). Ésta última incluye las interfaces físicas y de la percepción dentro de su arquitectura en las reglas del procesamiento del pensamiento (Jackendoff 1992; 2002; 2006).

Por otro lado, cuando se incluye una Semántica Conceptual en el sistema modular del lenguaje (Jackendoff, 2002; 2006), se involucra otras interfaces que entrelazan por un lado, las percepciones individuales en este caso de los pacientes con diagnóstico de esquizofrenia y la formación de sus pensamientos. Por otro lado, la participación de las interfaces de inferencia dentro de las estructuras conceptuales para que la formación de pensamientos (y por ende de los mensajes o expresiones lingüísticas) se formen. En esta interacción de interfaces entre sí es que se puede evidenciar que los procesos que medían el lenguaje en el TP toman posiblemente lugar en la interfaz de inferencia o razonamiento. Aquí ocurren procesos de sustitución generalmente en contextos del discurso en la esquizofrenia cuando las ideas, los nombres o las referencias aparentemente no se conectan de forma coherente o no refieren a un objeto ya sea concreto o abstracto de forma clara para los oyentes. Esto demuestra la posibilidad de un discurso lógico para el paciente con esquizofrenia en la medida en que refleja la percepción y realidad individual de su mundo y asimismo procesa y forma su pensamiento y los mensajes. Tales procesos de sustitución también conllevan a las falencias de oyentes, o receptores de esos mensajes que, sin un diagnóstico psiquiátrico como el TP en la esquizofrenia y la manía, no satisfacen las necesidades de la referencia. Asimismo, es posible que carezcan de la recursividad suficiente para hacer las reparaciones necesarias del conocimiento base con el fin de satisfacer la referencia al cual el paciente está apuntando. Es necesario aclarar que estas inferencias y el análisis de los corpora en este estudio son apenas acercamientos preliminares. Más estudios futuros empíricos necesitan ser llevados a cabo para profundizar no solo en la interfaz de inferencia con respecto a la racionalización en la estructura conceptual sino en un acercamiento más profundo y detallado al lenguaje-f o la pragmática esclareciendo cuáles son los procesos internos que nos permiten ver esta interfaz desde una perspectiva externalista, y así establecer los límites de un mentalismo o un externalismo a la luz de lo encontrado (Devitt, 2003; Epstein, 2008; y Ludlow, 2011).

No obstante, de lo anteriormente dicho, concluyo que en 11 frases transcritas de producciones orales de pacientes con diagnostico de TP y 9 frases de una transcripción de entrevista a un personaje con esquizofrenia en internet; hay casos de procesos de sustitución no solo con respecto a la identidad de los argumentos de las funciones verbales como los sujetos y objetos, sino también de eventos, causas o estados. Esto ha sido identificado tanto a un nivel léxico de la palabra completa, morfológico-fonológico y a un nivel composicional de las frases completas. Sin embargo, se encontraron casos aislados donde los hablantes producían otros elementos como aquellos que carecen de significado (p. ej. Las preposiciones) y que pueden interferir a la interpretación semántica de la frase. Futuros estudios también deberían profundizar en los análisis de las estructuras conceptuales teniendo en cuenta las reglas de correspondencia con la fonología, la morfología y la sintaxis en producciones orales que se encuentren más contextualizadas y con más información sobre los antecedentes sociolingüísticos de los pacientes. Todavía queda la pregunta si la categorización de los trastornos del pensamiento incluyen las formaciones del lenguaje y en ese sentido el acceso indirecto confunde la distinción de lo que es trastorno del lenguaje y lo que es trastorno de pensamiento. Además, hablar de un TPF que es la forma de acceder al pensamiento a través del lenguaje, o la forma en como el lenguaje expresa o evidencia fallas en el pensamiento no indica realmente los procesos que medían dentro del pensamiento formal concebido desde el punto de vista psiquiátrico.

Por último, bajo la perspectiva y los análisis desarrollados en este estudio, no considero hasta el momento que el lenguaje en el TP sea principalmente una pérdida o trastorno del lenguaje. En cambio, el razonamiento influenciado por fuerzas perceptivas inconscientes codifican la forma en cómo se manifiestan esos procesos de forma consciente a través de las expresiones lingüísticas. Si el discurso de un paciente con TP en etapas más sintomáticas nos está hablando sobre cierta conceptualización procesada por los hablantes de una forma abstracta internamente, perceptualmente de realidad individual, entonces los hablantes sin diagnósticos de TP en la Esquizofrenia, también nos demuestran que los procesos recursivos de reparación con el propósito de satisfacer los referentes que el interlocutor se refiere no son fáciles de adquirir. Situación desfavorable para el personal médico en el momento de establecer un diagnóstico ya que limita comprender mejor no sólo el discurso de los pacientes sino también los procesos cruciales detrás de cada expresión lingüística.

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Notas

1. El análisis o esclarecimiento de los procesos internos asociados a la facultad del lenguaje no tienen mayor o menor validez a partir de las fallas o los errores de las expresiones lingüísticas. En este documento, lo que busco es dar un lugar importante a las fallas de la lengua en una población que no necesariamente se identifica con una adquisición incompleta como sucede en hablantes nativos o hablantes de herencia o, errores producidos por aprendientes de lenguas segundas. Otras disciplinas como Speech Pathology y Psicolingüística sí han abordado el lenguaje en población con y sin déficits aunque bajo perspectivas teóricas diferentes.

2. Fragmento sacado de: http://www.vice.com/es_mx/read/schizophrenic-145-v15n10

3. Nota. Traducción adaptada de “Locating meaning in the mind (where it belongs)” por Ray Jackendoff, 2006, en R. Stainton (Ed.). Contemporary Debates in Cognitive Science, p. 220.

4. Aquí empleo competencia y actuación como traducciones de “competence” y “performance” en la lingüística generativista. Véase más en “Un programa minimalista para la teoría linguistica” en el programa minimalista de Chomsky (1999).

5. Jackendoff (1992a) introduce el término de “erroneous displacement” indicando además que un lingüista generalmente no analiza las motivaciones inconscientes que están detrás de estas producciones sino más bien lo que la estructura revela. Véase en Soames (1984) una ilustración más amplia sobre los problemas debatidos con respecto a los dominios que le competen a las teorías de la lingüística y a las teorías de la psicología.

6. Una representación gráfica más clara puede ser encontrada en Jackendoff (2002, p. 6.)

7. Para mayor discusión de los procesos de condensación en los sueños, ver Freud (1976) en el Capítulo IV:” La elaboración onírica”. En el apartado:” La labor de condensación” de La interpretación de los sueños. Obras Completas, 311-315.

8. Para una mayor discusión sobre las estructuras conceptuales véase Mendikoetxea (2004 p. 21), Jackendoff (1990; 2002, pp. 360-396).

9. El verbo ser es de la categoría ontológica estado, la conceptualización de una configuración estática que puede ser localizada en un punto temporal o a lo largo del tiempo (Jackendoff, 2002, p. 361). Para mayor discusión sobre la ontología de la categoría de estado del verbo “ser” véase Mellor (1980), Hacker (1982a; 1982b) y Simons (2000).

10. Jackendoff (2002) señala que los estudios neurolingüísticos lo que hacen por ejemplo es localizar y medir la actividad del cerebro a través de las imágenes y de las grabaciones de las neuronas individuales y pequeñas formaciones de ellas, pero no precisamente explican cómo una estructura cognitiva de una estructura lingüística, por más simple que sea, hace lo que hace y cómo lo hace, y que área procesa qué estructura.

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