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Reseña

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Reseña: Nibaldo Acero, Jorge Cáceres y Hugo Herrera (eds.) (2014). Vestigio y especulación: Textos anunciados, inacabados y perdidos de la literatura chilena. Santiago: Chancacazo Editores. 287 páginas.

Arnaldo Enrique Donoso Aceituno

Universidad de Concepción

Chile

arnaldodonoso@udec.cl

Recibido: 10-03-2015 Aceptado: 12-05-2015 Publicado: 30-06-2015

 

Citación: Donoso Aceituno, A.(2015). Reseña: Nibaldo Acero, Jorge Cáceres y Hugo Herrera (eds.) (2014). Vestigio y especulación: Textos anunciados, inacabados y perdidos de la literatura chilena. Santiago: Chancacazo Editores. 287 páginas. Logos: Revista de Lingüística, Filosofía y Literatura 25(1), 98-100.

Dirección Postal: Facultad de Humanidades y Arte, Departamento de Español, Universidad de Concepción

DOI: dx.doi.org/10.15443/RL2508

La idea que articula Vestigio y especulación: Textos anunciados, inacabados y perdidos de la literatura chilena (2014) es que en los intersticios de los saberes bien pensados, impermeables, compactos, continuos, completos (la escritura, el libro, la obra, la biblioteca, el canon, la literatura nacional, etc.), emergen gestos y personajes difíciles de clasificar, brozas de la ciudad letrada que para los autores de este conjunto de ensayos críticos representan un irresistible campo de experimentación y análisis. ¿Por qué ensayar siempre sobre un reparto del saber bien pensado, compacto, impermeable, completo, bien catalogado e institucionalizado?, se preguntan, ¿por qué no sobre fragmentos o vestigios de obras desperdigados, sobre autores sin obra o con obra inacabada, pero perfectamente individualizables en el campo literario? ¿O sobre textos perdidos, excluidos por ser peligrosos para el orden social, o acerca de aquellos sacados de circulación voluntariamente por su autor u obras anunciadas pero nunca publicadas?

De acuerdo a Gerard Genette, explica Hugo Herrera, no existen textos sin paratexto, pero sí, paradójicamente, paratextos sin texto. Esto es observable en obras abortadas o desaparecidas de las sólo conocemos un vestigio, una manifestación fracturada o rota que de ninguna manera ha perdido valor discursivo o estético. Antes bien, en su fragilidad, en sus bordes irregulares, en su casi, hay algo en demasía disruptor. Si ampliamos el radio de acción del vestigio y el fragmento al campo cultural tenemos un extenso horizonte especulativo. Para Christian Godin, autor de La totalité —obra monumental de 6 volúmenes publicada entre 1997 y 2002, de la que se traduce un fragmento en forma de epílogo a Vestigio y especulación…—, si se considera el todo como condición general o modo necesario de las manifestaciones artísticas, “el fragmento no puede aparecer sino como el signo trágico de su fracaso y de su muerte”. Ese desastre que es el fragmento, ¿cómo podría entonces tener valor estético, social, cultural? Godin cita a Baudelaire para ejemplificar el vértigo que produce lo incompleto o fragmentario: el cambio de sensibilidad y de los regímenes de representación se desplazó de las bellas totalidades clásicas a las esquirlas de una catástrofe que puede rastrearse ya en el romanticismo. El sentido de la modernidad artística, concluye Godin, descansa en el fragmento. Consecuentemente, elaborados en medio de las esquirlas, los trabajos incluidos en Vestigio y especulación… ensayan sobre temas diversos que van desde textos coloniales, pasando por la vanguardia, la escritura femenina decimonónica, la poesía en el Chile dictatorial, entre otros. Las tres secciones en las que se agrupan los trabajos dan cuenta del marco metodológico en que se inscribe la investigación.

En la primera, “De textos perdidos y (casi) encontrados”, Jorge Cáceres estudia un instructivo para una conspiración frustrada contra la capitanía española asentada en Chile, escrito por el francés Antonio Alejandro Barney en 1780. La “carta” fue perdida por Barney y encontrada meses después por la justicia, poniendo en evidencia a su autor y a los sublevados republicanos. Cáceres estudia cómo el texto perdido de Barney deviene, tras su pérdida y hallazgo, de texto exhortativo a texto incriminatorio. El segundo trabajo de esta sección, de Enrique Cisternas, aborda la problemática de la circulación interrumpida de la novela Fuegos artificiales (1973) de Germán Marín, texto-escombro en el sistema literario chileno. La fugaz pasada de Fuegos artificiales por la escena literaria chilena, producto de la violencia epistémica ejercida tras el golpe de estado, representa para Cisternas una reafirmación teórica del fracaso como destino de la escritura, reflexión que Marín efectúa sistemáticamente en su novelística.

La segunda sección del libro se titula “De textos fragmentarios y (casi) reubicados” y consta de tres estudios. En el primero, Joyce Contreras analiza la posición marginal de las mujeres en la producción literaria del siglo XIX. Tomando como punto de partida las consideraciones que a este respecto hicieran José Toribio Medina y Rodolfo Lenz, Contreras intenta aproximarse al problema de la relación entre escritura de mujeres y publicación de libros, y a las estrategias de estas para posicionarse, utilizando una expresión de Adriana Valdés, en el “corral ajeno” del quehacer intelectual y literario. Por su parte, el trabajo de Mario Molina se centra en la refractaria figura de Eduardo Molina Ventura, el poeta Molina. Este Bartleby anuncia, pero no publica libro alguno. Su fragmentaria obra, publicada en diarios y revistas, es un caso de insubordinación dentro de los marcos de la institución literaria. La sección se cierra con un análisis de algunos proyectos creativos interrumpidos en el contexto de la literatura chilena y que tuvieron difusión en la Antología de poesía femenina chilena (1985) de Juan Villegas. Para Ximena Figueroa, autora del ensayo, este fenómeno especial de creación y autoría ha pasado desapercibido para la crítica. Las circunstancias del periodo de producción y publicación de los textos en cuestión explican la fragmentación de los discursos, así como el recurso al género antológico.

Finalmente, en la tercera sección, “De vestigios y otros fantasmas”, Hugo Herrera indaga los paratextos sin textos de la vanguardia del Valparaíso las primeras tres décadas del siglo XX. Con el título de “Próximo a publicarse” Herrera efectúa una avanzada teórico-crítica sobre títulos y proyectos escriturales de “una materialidad que roza lo fantasmal”. Ante la taxidermia del libro emerge, no sin ironía, su contrahistoria. Herrera ejemplifica con los poemarios, novelas y revistas “próximas a publicarse” o “en preparación” asociadas a Arturo Alcayaga Vicuña, al manifiesto Rosa Náutica (1922) y con el curioso “sistema de suscripción integral previa” —libros vendidos “en verde”— de dos figuras clave de la vanguardia porteña: Neftalí Agrella y Julio Walton. Cierra la serie de estudios críticos el ensayo de Nibaldo Acero sobre el poema “Salvia” de Gabriela Mistral. El concepto de vestigio es revisitado por Acero desde la reflexión de Roger Chartier. Desde esa perspectiva, el proceso de inscripción del poema en el monumento titulado Poema de Chile (1967) es cotejado con los manuscritos y sus correcciones. Los fragmentos postergados de “Salvia”, más bien “podados”, como metaforiza Nibaldo, en ausencia y en recomposiciones sucesivas amplían y complejizan el sentido del texto; ya presentes en ediciones actuales, cuestionan con honesta persistencia el rol de agentes editoriales y la academia.

En suma, digamos que Vestigio y especulación... releva el estudio de autores y manifestaciones discursivo-textuales que se alejan o han sido alejados radicalmente del curso del circuito de producción, distribución y crítica literaria. Fuera de la historia histórica, parafraseando a Blanchot, latentes en esa zona minoritaria, los fenómenos fragmentales y vestigiales abordados en esta inédita investigación reverberan en los extramuros del sistema literario, haciendo eco de su tiempo, de su intensidad y, por qué no, de su impaciencia.