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Artículo de Investigación
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Sobre los usos del pretérito imperfecto de indicativo en castellano. Un análisis aspectual
About the Uses of the Imperfect Spanish Tense. An Aspectual Analysis
Elena Gaspar García
Universidad de Ruán
Francia
elena.gaspargarcia@univ-rouen.fr
Recibido: 07-07-2014 Aceptado: 30-12-2014 Publicado: 30-06-2015
Citación: Gaspar García, E.(2015). Sobre los usos del pretérito imperfecto de indicativo en castellano. Un análisis aspectual. Logos: Revista de Lingüística, Filosofía y Literatura 25(1), 76-86.
Dirección Postal: 24 bis rue Jacques Boutrolle-Place Colbert, 76130 Mont Saint Aignan, Alta Normandía, Francia
DOI: dx.doi.org/10.15443/RL2506
Resumen: Son numerosos los valores que se atribuyen al pretérito imperfecto en castellano, de ahí que muchas gramáticas –especialmente aquellas que están dirigidas a los estudiantes de ELE- adopten un enfoque mecanicista para reflejar los diferentes empleos de este tiempo. Partiendo de esta constatación, este trabajo se propone determinar - desde un enfoque aspectual- si es posible atribuir al pretérito imperfecto un valor único del cual se desprenden sus múltiples usos; se examina, entonces, la interacción del aspecto verbal del pretérito imperfecto y del aspecto léxico del predicado conjugado.
Los resultados muestran que los variados usos del pretérito imperfecto en el discurso provienen de la combinación de su aspecto verbal imperfectivo y de la naturaleza semántica de los predicados así como de ciertos elementos co-textuales. Se demuestra así, por una parte, la unicidad del pretérito imperfecto y la importancia de la noción de Aspecto en los diferentes valores que puede adquirir este tiempo; por otra parte, se evita la asignación de valores, a veces, contradictorios (imperfectivo, perfectivo o durativo) que dificulta el estudio del pretérito imperfecto de indicativo en castellano.
Palabras Clave: pretérito imperfecto - imperfectivo - aspecto verbal
Abstract: As many values are attributed to the Spanish imperfect tense, lot of grammars –especially those addressed to Spanish learners- adopt a mechanist approach to reflect its different uses. On the basis of these information, our study will try to determine, from an aspectual point of view, if it is possible to assign a unique value that includes all the uses of this tense. Thus, the interaction of the verbal aspect of the Spanish imperfect tense and the lexical aspect of the event will be analyzed. The results show that the different uses of this tense come from the combination of its imperfective verbal aspect and the semantic nature of events as well as some co-textual elements. We identified the uniqueness of the Spanish imperfect tense and the importance of the aspect notion for the uses of this tense. We also suggest that the assignment of contradictory values to this tense (imperfective, perfective or durative) is sometimes avoided, complicating thus the study of the Spanish imperfect tense.
Keywords: imperfect Spanish tense - Imperfective - Verbal aspect - Lexical aspect
1. Introducción
Muchas son las gramáticas y monografías dedicadas al pretérito imperfecto de indicativo español, y muchas gramáticas -principalmente aquellas que están dirigidas a los estudiantes del español como lengua extranjera (ELE)- ofrecen listas interminables con ejemplos sobre las variantes de uso de este tiempo; sin embargo, los rasgos compartidos por los numerosos empleos del pretérito imperfecto no son palpables. Constatamos, además, que los valores que se asignan a dicho tiempo en castellano son muy dispares y, en algunos casos, contradictorios; así, gramáticos y lingüistas atribuyen al pretérito imperfecto un carácter durativo (Gili Gaya, 1943; Alcina & Blecua, 1975), otros, un valor aspectual imperfectivo (Gili Gaya 1943, Alcina et al., 1975; Alarcos Llorach, 1994; García Fernández, 1998) e incluso se llega a considerar que este tiempo es de naturaleza perfectiva cuando se trata del llamado pretérito imperfecto narrativo y por consiguiente, se considera que se puede neutralizar con el pretérito perfecto simple (Gili Gaya, 1943; García Fernández, 1998; Nueva Gramática de la Lengua Española, 2009)1.
Existen, por otra parte, estudios como el de Molho (1975) que se esfuerzan por reunir los distintos matices que puede expresar el pretérito imperfecto a partir de su naturaleza imperfectiva. Sin embargo, los diferentes valores propuestos parecen difíciles de distinguir puesto que el pretérito imperfecto puede mostrar, según el autor, tanto un acontecimiento en curso (“Reinaba Felipe II desde hacía 15 años cuando las armadas cristianas vencieron al turco en Lepanto”) como focalizar el último momento decadente de un acontecimiento, es decir, englobarlo en su totalidad (“Reinaba Felipe II desde hacía cuarenta y dos años cuando le sobrecogió la muerte (1598)”) o incluso, presentar la imagen virtual de un acontecimiento que aún no ha comenzado pero cuyo inicio parece inminente (“Le dio un susto tan grande que se moría”).
Podemos entonces plantearnos cuál es la diferencia entre los dos usos de reinaba en estos enunciados ¿Por qué el primer empleo del pretérito imperfecto se percibe en desarrollo mientras que el segundo presenta el último instante del acontecimiento? ¿Cómo explicar la relación entre los valores que se atribuyen al pretérito imperfecto: duración, evento en curso, visión del evento justo antes de su realización, o incluso naturaleza perfectiva? ¿Cómo debe abordarse, pues, su estudio?
2. Marco Teórico
Nos hemos querido alejar del enfoque mecanicista que supone el aprendizaje de una serie de usos del pretérito imperfecto que debemos luego reconocer en los enunciados; en efecto, este método no favorece su estudio sobre todo para el estudiante de ELE. Por ello, hemos decidido analizar el pretérito imperfecto desde la perspectiva del aspecto -verbal y léxico- para mostrar la unicidad de este tiempo y el papel que desempeña la semántica del predicado, lo cual podría resultar clarificador especialmente para los aprendientes no nativos del castellano.
Intentaremos determinar en nuestro análisis si es posible atribuir al pretérito imperfecto un único valor del cual puedan desprenderse sus múltiples usos para entender mejor la relación entre su valor principal y sus variados empleos. Para ello partiremos de la teoría aspectual a la cual adherimos y según la cual el pretérito imperfecto es un tiempo imperfectivo. La presente investigación busca, pues, acercarse a los valores que puede adquirir el pretérito imperfecto desde un enfoque aspectual, teniendo en cuenta tanto el aspecto verbal del pretérito imperfecto como el aspecto léxico de los predicados conjugados además de ciertos elementos co-textuales; en otras palabras, examinaremos en qué medida la interacción del aspecto verbal imperfectivo del pretérito imperfecto y la naturaleza semántica de los predicados conjugados son los factores que nos permiten explicar la unidad aspectual del pretérito imperfecto y sus diferentes usos. Seguiremos para nuestro estudio a Vendler (1967) que proporciona la clasificación más conocida de los modos de acción, que divide en cuatro clases: verbos de estado, de actividad, de realización y de logro.
2. El pretérito imperfecto y los predicados atélicos (estados y actividades)
2.1. Los verbos de estado
Un verbo de estado -estático, durativo e ilimitado- en pretérito imperfecto, no impone límites, desde el punto de vista del aspecto léxico, al pretérito imperfecto, también de carácter imperfectivo; muy por el contrario, este tipo de predicado refuerza la naturaleza atélica de este tiempo, de ahí, quizá, que se perciba el pretérito imperfecto como durativo, característica que se atribuye, a nuestro parecer, abusivamente al pretérito imperfecto, como se mencionó en la introducción.
Examinemos los siguientes enunciados:
(1) “Muchos de los que estaban en el puerto sabían que a Santiago Násar lo iban a matar” (García Márquez, 1981).
(2) “El hombre menudo y aseado […] leyó de nuevo el breve mensaje que contenía” (Delibes, 2001).
(3) “Su decisión lo liberó de viejos complejos, le permitió pensar que todavía podía ser útil a alguien, que todavía existía un ser en el mundo capaz de confiar en él y ponerse en sus manos” (Delibes, 2001).
(4) “Se hallaban en la cabina privada del capitán, decorada en terciopelo, aunque morado, el camarote de Ann lucía en rojo” (Valdés, 2003).
Los verbos saber, contener, existir y hallarse son, efectivamente, verbos de estado; puesto que no están capacitados para expresar un cambio, no avanzan y por consiguiente, no se dirigen hacia ninguna realización; de este modo, el proceso al que se refieren no puede parar de darse:
(1a) Muchos de los que estaban en el puerto *pararon de saber que a Santiago Nasar lo iban a matar.
(2a) El papel *paró de contener un mensaje.
(3a) *Paró de existir un ser en el mundo capaz de confiar en él y ponerse en sus manos.
(4a) *Pararon de hallarse en la cabina privada del capitán, decorada en terciopelo, aunque morado, el camarote de Ann lucía en rojo.
Como muy acertadamente señala De Miguel (1999: 3012):
“algunos estados pueden cesar, « dejar de darse » (cf. (14.b)) pero, mientras se dan, no se pueden interrumpir, a diferencia de otros eventos que implican duración pero son dinámicos como andar o construir la casa (cf (14.c)).
a. *Julia paró de {saber inglés/ conocer Roma/ odiar a Luis/ ser alta/ tener sed}.
b. Julio dejó de {tener sed/ odiar a su primo}”
c. Julia paró de {andar un momento/construir la casa cuando llegaron las lluvias}.
Apuntemos, además, que debido a su naturaleza estática, los verbos de estado no pueden combinarse con complementos temporales como en X tiempo, que señala el tiempo necesario para alcanzar el telos, en este caso, inexistente; y pese a que son durativos, no aceptan un complemento como durante X tiempo que tan sólo focaliza un fragmento del evento:
(1b) Muchos de los que estaban en el puerto sabían *en dos horas/ *durante dos horas] que a Santiago Násar lo iban a matar.
(2b) El papel contenía [*en dos horas/ *durante dos horas] un mensaje.
(3b) [*en dos horas/ *durante dos horas] existía un ser en el mundo capaz de confiar en él y ponerse en sus manos.
(4b) Se hallaban [*en dos horas/ *durante dos horas] en la cabina privada del capitán, decorada en terciopelo, aunque morado, el camarote de Ann lucía en rojo.
2.2. Los verbos de actividad
Los verbos de actividad, que se caracterizan por ser dinámicos, durativos e ilimitados, tampoco implican la existencia de límites semánticos ya que son eventos atélicos, como se puede observar en los enunciados siguientes:
(5) “A su madre, en cambio, lo único que le interesaba de la llegada del obispo era que el hijo no se fuera a mojar en la lluvia, pues lo había oído estornudar mientras dormía” (García Márquez, 1981).
(6) La cara había quedado intacta, con la misma expresión que tenía cuando cantaba, y Cristo Bedoya le había vuelto a colocar las vísceras en su lugar y lo había fajado con una banda de lienzo” (García Márquez, 1981).
(7) “A su alrededor, medio centenar de mujeres charlaban en corros, sentadas como ella al sol, fumaban tumbadas de espaldas aprovechando para broncearse un poco, o paseaban en pequeños grupos de un lado a otro del patio […]” (Pérez-Reverte, 2002).
(8) “El perro ladraba sin parar” (Sastre Ruano, 1995).
A diferencia de los verbos de estado, estos predicados se perciben en curso, en una fase intermedia del acontecimiento; y puesto que este tipo de eventos no necesita dirigirse hacia ningún límite para realizarse, no acepta construirse con complementos como en X tiempo que indican el tiempo que ha sido necesario para producirse. Sin embargo, los verbos de actividad pueden ser acotados y por ello, son perfectamente compatibles con la preposición durante que señala el tiempo a lo largo del cual se ha extendido el evento:
(5a)… dormía [*en una hora/ durante una hora]
(6a)…cantaba [*en cinco minutos/ durante horas]
Además, es de notar que los procesos no delimitados -como lo son los verbos de actividad - están realizados aun cuando se interrumpen; y eso es así precisamente porque no necesitan alcanzar un límite para estar realizados. Por eso, si dormimos y dejamos de dormir, podemos afirmar que hemos dormido; si cantamos y por una razón cualquiera se interrumpe el acontecimiento, hemos cantado; y lo mismo sucede con los demás predicados.
2.3. Resultados de la interacción pretérito imperfecto/verbos atélicos
Los predicados ilimitados, independientemente del hecho de que sean estáticos (estados) o dinámicos (actividades) son, del mismo modo que el pretérito imperfecto, de naturaleza atélica y por consiguiente, se combinan perfectamente con él. Si el predicado es de estado, este se percibe en su continuidad, es decir, en cada momento del periodo de tiempo en el que se da –recuérdese que los estados son eventos homogéneos que no pueden parar de darse (De Miguel, 1999); y si el predicado es de actividad(dinámico e ilimitado), el evento ocurre y la acción es vista en un punto de su desarrollo, es decir, en curso.
LOS PRÉDICADOS ATELICOS Y EL PRETERITO IMPERFECTO DE INDICATIVO |
|
Verbos de estado (estáticos, durativos, ilimitados) |
Verbos de actividad (dinámicos, durativos, ilimitados) |
A. Percibido en su continuidad:
1. “Muchos de los que estaban en el puerto sabían que a Santiago Násar lo iban a matar”.
2. “El hombre menudo y aseado [...] leyó de nuevo el breve mensaje que contenía”.
4. “Se hallaban en la cabina privada del capitán, decorada en terciopelo, aunque morado, el camarote lucía en rojo”. |
A. Focalizado en una fase intermedia de su desarrollo:
5. “A su madre, en cambio, lo único que le interesaba de la llegada del obispo era que el hijo no se fuera a mojar en la lluvia, pues lo había oído estornudar mientras dormía”.
7. “A su alrededor, medio centenar de mujeres charlaban en corros, sentadas como ella al sol, fumaban tumbadas de espaldas aprovechando para broncearse un poco, o paseaban en pequeños grupos de un lado a otro del patio[…]” |
Tabla 1. El pretérito imperfecto y los verbos atélicos.
3 El pretérito imperfecto y los predicados télicos
Examinemos ahora los predicados cuyo límite es inherente a la semántica del verbo, es decir, los verbos télicos, que se dividen en dos grupos: los verbos de realización (dinámicos, durativos y limitados) y los verbos de logro (dinámicos, instantáneos y télicos).
3.1. Los predicados de realización
A nuestro parecer, pese a que los predicados de realización son semánticamente delimitados, su carácter télico no prima sobre el aspecto verbal imperfectivo del pretérito imperfecto. En efecto, con estos eventos, el pretérito imperfecto no permite visualizar ni el principio ni el final del acontecimiento aunque se presupone la culminación léxica del predicado conjugado. Consideramos entonces que no es el pretérito imperfecto sino el aspecto léxico de los predicados de realización el que nos informa sobre el final del proceso.
Analicemos estos ejemplos:
(11)“El propio obispo le dijo a Carranza, cuando preparaba el viaje de regreso a España, que con don Carlos de Seso iba en buena compañía, que era un caballero afable e ilustrado[…]” (Delibes, 2001).
(12)“Allí estaba María Dalia que, asomada a la otra ventana, la del aseo de señoras, con la cabeza levantada y los ojos cerrados, fumaba un cigarrillo” (Aparicio 1989 in CREA).
El predicado preparar el viaje es un evento télico en la medida en que si prepararnos un viaje y dejamos de prepararlo, no podemos afirmar que lo hayamos preparado; respecto a fumar, supongamos que fumamos y dejamos de fumar, en este caso, podemos afirmar que hemos fumado; sin embargo, si fumamos un cigarrillo y dejamos de fumarlo, no nos lo hemos fumado. Como lo indica De Miguel:
“[…] los eventos de actividad, independientemente del momento en que cesen o se interrumpan, ya han ocurrido mientras que los eventos de realización -si se prefiere, los durativos delimitados-, han de alcanzar su término para haber ocurrido efectivamente” (De Miguel, 1999: 3031).
Por ello, podemos afirmar que aun siendo perfectivos y dirigiéndose hacia su límite, los eventos de realización en pretérito imperfecto no se conciben como acabados sino en un momento intermedio de su desarrollo que, efectivamente, se encamina hacia su culminación léxica. Por consecuencia, sería posible imaginar un contexto en el que el acontecimiento no haya alcanzado su telos:
(11a) Desgraciadamente Carranza murió y no pudo terminar de preparar el viaje de regreso, que fue organizado por Seso.
(12a) María Dalia fumaba un cigarrillo hasta que vio aparecer el médico y lo tiró casi entero rápidamente al suelo.
Cabe señalar, además, que a diferencia de los verbos de actividad, que al ser ilimitados no aceptan un modificador temporal que focalice su culminación semántica, los verbos de realización pueden combinarse con un complemento temporal que lo delimite como en X tiempo; y en este caso, el pretérito imperfecto adquiere un valor aspectual de hábito:
(11b) […] preparaba el viaje de regreso a España [en dos días/ ?durante dos días].
(12b) […] fumaba su cigarrillo [en dos minutos/ ?durante dos minutos] porque era muy ansiosa.
Mientras que la preposición en indica el lapso temporal necesario para alcanzar el límite semántico del evento, es decir, el tiempo que se tarda en preparar el viaje/ fumar un cigarrillo; el empleo de la preposición durante resulta menos adecuado con este tipo de predicados ya que éstos no pueden prolongarse ad libitum en el tiempo sin realizarse, precisamente debido a su carácter perfectivo. No obstante, el empleo de durante sería aceptable si interpretamos que el acontecimiento ha sido interrumpido antes de producirse:
(11c) […] preparaba el viaje de regreso a España [durante dos días], luego se hartaba y se dedicaba a otra cosa.
(12c) fumaba su cigarrillo [durante dos minutos], lo apagaba, lo volvía a encender y fumaba durante otros minutos. En realidad, era una chica muy rara.
Ahora bien, pese a ser télicos, los verbos de realización pueden perder, en cierto modo, su naturaleza perfectiva en favor de una lectura iterativa, como lo muestran los enunciados siguientes:
(13) “Era una versión corriente que la familia entera dormía hasta las doce por orden de Nahir Miguel, el varón sabio de la comunidad” (García Márquez, 1981)
(14) “El fragoroso patio de los esclavos, donde se celebraban los cumpleaños de Sierva María, había sido otra ciudad en los tiempos del primer marqués” (García Márquez, 1981)
Para explicar este tipo de enunciados es imprescindible recurrir a las nociones de macroevento y microevento, empleadas por Bertinetto (1994) para designar, respectivamente, el conjunto de realizaciones de un acontecimiento y cada una de ellas. Según el referido lingüista, el macroevento es atélico mientras que el microevento es télico (dormir hasta las doce/ celebrar un cumpleaños). De este modo, el macroevento no puede delimitarse:
(13a) Era una versión corriente que la familia entera dormía hasta las doce [cuatro veces por semana/ ?durante cinco años] por orden de Nahir Miguel, el varón sabio de la comunidad.
(14a) […] se celebraban los cumpleaños de Sierva María [una vez al año / ?durante cinco días/años].
Los complementos cuatro veces por semana y una vez al año son compatibles con la idea de hábito expresada en estos enunciados porque indican la frecuencia de cada microevento, que es perfectivo (notemos que los complementos las doce y el cumpleaños, representan el límite semántico de esos eventos, es decir de cada microevento). Sin embargo, el complemento durante cinco años es incompatible con los enunciados (13a) y (14a), ya que el sintagma preposicional inserta el conjunto de los acontecimientos en un marco temporal cerrado: durante cinco años/ días, lo que sería contradictorio con la idea de iteración expresada en el enunciado.
3.2. Los predicados de logro
Los verbos de logro, cuya perfectividad semántica es intrínseca, son los predicados que ponen en tela de juicio el valor imperfectivo del pretérito imperfecto. Cierto es que, en ciertos co-textos, resulta difícil afirmar que el pretérito imperfecto es un tiempo atélico; pero ello sería contradictorio a la teoría aspectual a la cual adherimos y según la cual, el pretérito imperfecto no permite visualizar el final del evento porque es de naturaleza imperfectiva. Intentaremos mostrar aquí la imperfectividad del pretérito imperfecto con los predicados de logro.
Entre los predicados de logro existe un grupo que De Miguel (1999) denomina múltiples en los que el evento se produce de forma múltiple y repetida (ametrallar, temblar, tiritar…); ocurre que en pretérito imperfecto estos predicados pueden ser interpretados como eventos télicos (microevento) dentro de un conjunto de realizaciones atélicas (macroevento) expresando así iteración.
Analicemos estos enunciados :
(15)“Pronto el barco retembló, y se escucharon los estampidos de una andanada. ¿Era mi barco el que disparaba, o eran los del Canónigo? No sé” (CORDE)
(16)“De vez en cuando, un ballestero juguetón se aproximaba al borde del campamento y disparaba una flecha, que yo seguía con la mirada y que quizás fuese a clavarse en la carne de un marinero, de un herrador o de un pelaire pacíficos” (CORDE)
El predicado disparar de los enunciados (15) y (16) es un predicado de logro; notemos que disparaba puede ser percibido bien en curso (15) bien como repetitivo y producido en intervalos diferentes -tratándose en este caso de una descripción- (16); añadiremos que en este último ejemplo, el co-texto (los estampidos/ de vez en cuando) refuerza el valor iterativo; pero insistimos sobre el hecho de que el pretérito imperfecto no focaliza el límite de estos eventos télicos, tan sólo presenta su conjunto, por ello, tampoco puede ser delimitado con un complemento -como durante X tiempo- que lo acote:
15. b. ¿Era mi barco el que disparaba [*durante una hora] o eran los del Canónigo? No sé.
16. b. De vez en cuando, un ballestero juguetón […] disparaba tres flechas [*durante cinco minutos]…
El pretérito imperfecto, puede, además, presentar un acontecimiento iterativo o habitual –aunque el predicado no sea de naturaleza múltiple- en un co-texto desprovisto de anclaje temporal preciso:
(17) “Se apresuró por la orilla del río, preguntándole a todo el que encontraba si lo habían visto pasar” […] (García Márquez, 1981).
(18) “Dejaron la quinta intacta. Mis hermanos y yo subíamos a explorarla en noches de parranda cuando volvíamos de vacaciones, y cada vez encontrábamos menos cosas de valor en los aposentos abandonados”. (García Márquez, 1981)2.
(19) “Se casaban entre ellos, importaban su trigo, criaban corderos en los patios y cultivaban el orégano y la berenjena, y su única pasión tormentosa eran los juegos de barajas” (García Márquez 1981)
(20) “Pensaba en el amor que Vilma sentía por él, por ejemplo; pensaba y pensaba y todo se le hacía un mundo […]... Así hasta que se dormía, tal vez esperando que los pasos de mami en la escalera lo despertaran, ahí llega, sube” (CORDE).
(21) “Le bastaba cerrar los ojos para verlo, lo oía respirar en el mar, la despertaba a media noche el fogaje de su cuerpo en la cama” (García Márquez, 1981).
Así, al igual que en los enunciados anteriores, el microevento parece no aceptar un modificador temporal tal como en X tiempo, que designaría el lapso temporal necesario para que el evento alcance su culminación semántica; tampoco puede combinarse con la preposición durante X tiempo seguido de un sintagma nominal cuantificado porque esta preposición mediría la duración de cada microevento.
(17a) Se apresuró por la orilla del río, preguntándole a todo el que encontraba [ ?en cinco minutos/ *durante cinco minutos].
(18a)…encontrábamos menos cosas [ ?en cinco minutos/ *durante cinco minutos].
(19a) Se casaban entre ellos [?en diez minutos/ *durante cinco minutos /años]
(20a) Así hasta que se dormía [?en dos minutos/ *durante cinco minutos].
(21a) Le bastaba cerrar los ojos para verlo, lo oía respirar en el mar, la despertaba a media noche el fogaje de su cuerpo [?en dos minutos/ *durante cinco minutos].
Es de señalar, sin embargo, que un complemento como X veces podría ser compatible con el enunciado 17 (“Se apresuró por la orilla del río, preguntándole a todo el que encontraba cinco veces si lo habían visto pasar …”) pero el sentido cambiaría porque implicaría que solo se piden noticias a aquellos con los que se encontraba cinco veces y no el número de veces que se pidieron noticias. Asimismo, cabría decir (19.a.) “Se casaban entre ellos durante cinco años, después podían casarse, si querían, con miembros de otros pueblos”. Pero la idea expresada en el enunciado original es que se trata de una tradición sin límites: siempre se casan entre ellos.
Examinemos, para concluir, el siguiente enunciado:
(22) La gente entraba sin cesar en el laberinto (Sastre Ruano, 1995)
El microevento es, como era de esperar, télico mientras que el macroevento es atélico. Sin embargo, para la interpretación de este enunciado es necesario tener en cuenta las informaciones aspectuales que contiene ya que estas nos orientan hacia una lectura iterativa; se trata del sujeto colectivo la gente y la locución adverbial sin cesar. Notemos que esta locución adverbial expresa, gracias a su contenido semántico, repetición, del mismo modo que el sujeto la gente, que designa una pluralidad de personas. No obstante, si conmutamos el sujeto gente por el nombre propio María y si, además, eliminamos del enunciado la locución adverbial sin cesar, suprimimos aquellos elementos que conllevan la idea de repetición. En este caso, tres lecturas son posibles para el enunciado María entraba en el laberinto.
1. Puesto que el enunciado está fuera de contexto y sin elementos lingüísticos que signifiquen iteración, el acontecimiento puede ser percibido en curso; y cabría la siguiente paráfrasis: « María estaba entrando en el laberinto o a punto de entrar»; aquí, lo que se subraya es la fase que precede el límite y no el final del acontecimiento.
2. Otra interpretación es la de iteración puesto que este enunciado está desprovisto de anclaje temporal.
O O O O
Entraba Entraba Entraba Entraba
(microevento) (microevento) (microevento) (microevento)
MACROEVENTO (de niña, en verano….)
3. Pero también cabe interpretar el evento como perfectivo y tener el sentido de María entró en el laberinto, si incluimos en el enunciado un sintagma temporal que coincida con la realización del evento (María entraba en el laberinto a las cinco); se trata del llamado pretérito imperfecto narrativo que plantea problemas a la teoría aspectual ya que su lectura es, efectivamente télica. Pero esto no implica, desde nuestro punto de vista, que el pretérito imperfecto sea perfectivo sino que la interacción de los predicados de logro y un complemento de localización temporal (García Fernández, 1999) conducen a una interpretación télica del enunciado. Esta percepción del enunciado no se debe al aspecto verbal del pretérito imperfecto sino a la suma de la información verbal de este tiempo y la naturaleza semántica del predicado además de los complementos temporales.
3.3. Resultados de la interacción pretérito imperfecto/ predicados télicos
Los valores que adquiere el pretérito imperfecto provienen de la la combinación del aspecto léxico de los predicados télicos –que poseen un límite al que se dirigen para realizarse- y del aspecto verbal de este tiempo.
Este estudio nos permite, pues, afirmar que el pretérito imperfecto puede tener dos interpretaciones con los verbos de realización: bien el acontecimiento se percibe en una fase interna de su desarrollo (11 y 12); bien se focalizan cada una de la realizaciones perfectivas -microevento- que forman parte de un conjunto de eventos que designan iteración y por consiguiente, no acepta ser delimitado: macroevento (13 y 14).
En cuanto a los predicados de logro su interpretación es variada en función del tipo de predicado y del co-texto. Si el predicado es de naturaleza múltiple la interpretación es iterativa y si el evento se produce en una fase la lectura será diferente (en curso, iterativa o télica) según el co-texto, como se puede observar en la siguiente tabla.
LOS PRÉDICADOSS TÉLICOS Y EL PRETERIRO IMPERFECTO DE INDICATIVO |
|
Verbos de realización (dinámicos, durativos, limitados) |
Verbos de logro (dinámicos, se producen en un instante, limitados) |
A. Percibido en punto de su desarrollo ( la idea de límite procede del aspecto léxico del predicado):
11. “El propio obispo le dijo a Carranza, cuando preparaba el viaje de regreso a España, que con don Carlos de Seso iba en buena compañía, que era un caballero afable e ilustrado”[…]
B. Sin anclaje temporal: idea de repetición o hábito (acontecimientos perfectivos (microevento) vistos en curso (macroevento):
13. “Era una versión corriente que la familia entera dormía hasta las doce por orden de Nahir Miguel, el varón sabio de la comunidad”. |
A.1 Evento múltiple A.1.1 Sin anclaje temporal = iteración o hábito (descripción):
16. “De vez en cuando, un ballestero juguetón [...] disparaba una flecha” [...].
A.1.2. Con anclaje temporal = Percibido en desarrollo (narración):
15. ¿Era mi barco el que disparaba, o eran los del Canónigo?
B. Evento que se produce en una fase B.1.Co-texto= Idea de repetición o hábito inferida por medio de manifestaciones léxico-semánticas (sujeto / locución adverbial).
22. “La gente entraba sin cesar en el laberinto”.
B.2. Desprovisto de co-texto.
22. a. “María entraba en el laberinto”. Interpretaciones: a.percibido en el momento que precede su culminación semántica (“a punto de entrar”). b. interpretación iterativa (“entraba de pequeña”) c. lectura télica (“entraba a las cinco”) |
Tabla 2. El pretérito imperfecto y los verbos télicos
4. Conclusión
De este análisis se desprende que el Aspecto es una noción fundamental a la hora de estudiar el pretérito imperfecto de indicativo en castellano y que podemos atribuir a este tiempo un valor aspectual imperfectivo incluso cuando se trata del llamado pretérito imperfecto narrativo; en efecto, los empleos del pretérito imperfecto de indicativo dependen de la interacción de su naturaleza imperfectiva y del aspecto léxico del predicado, por consiguiente, consideramos que los numerosos valores tradicionalmente asignados al pretérito imperfecto como la duración y la perfectividad (en el llamado pretérito imperfecto narrativo) pueden explicarse desde una perspectiva aspectual pero no son valores que puedan definir el pretérito imperfecto de indicativo. Si bien aceptamos el rasgo durativo para caracterizar y diferenciar ciertos predicados desde el punto de visa del aspecto léxico, pensamos que la noción de duración no está relacionada con la naturaleza atélica del pretérito imperfecto; consideramos, ciertamente, que este tiempo es imperfectivo pero no por ello durativo ya que puede expresar tanto la duración como un hecho puntual; por ello, descartamos la duración como rasgo que caracterice a este tiempo.
En cuanto a la lectura perfectiva del llamado pretérito imperfecto narrativo, esta proviene de la combinación de los verbos de logro y un co-texto con un modificador temporal de localización que señala el momento en que se realiza el evento; pero esta inferencia procede del conjunto de la información aspectual aportada tanto por el pretérito imperfecto como por el predicado (logro) y el co-texto (modificador temporal: a las nueve, el jueves, etc…). En este caso, el pretérito imperfecto sigue siendo tan impefectivo como en sus demás usos pese a que la interpretación sea télica. Pero, como ya hemos explicado, la lectura del pretérito imperfecto depende del co-texto ya que no solo es perfectiva; sin este elemento co-textual -que indica el momento de la realización del evento-, también cabe una lectura del evento en curso o de evento a punto de alcanzar su culminación semántica.
De este modo, cuando el pretérito imperfecto se combina con un predicado de estado o de actividad, estos refuerzan, efectivamente, su naturaleza atélica. En cambio, cuando se trata de un predicado télico (de realización o de logro), se presupone la culminación léxica del evento a pesar de que el pretérito imperfecto no focalice el final; prima, en efecto, el aspecto verbal.
Así, estudiar el pretérito imperfecto a partir de la noción de Aspecto -tanto verbal como léxico- permite acercarse a los múltiples usos que este tiempo puede expresar a partir de un valor único: su naturaleza imperfectiva; y, a nuestro parecer, este enfoque facilitaría su estudio, principalmente a los aprendientes de ELE. Este análisis nos permite, entonces, defender la unicidad aspectual imperfectiva del pretérito imperfecto a veces puesta en tela de juicio cuando se trata del llamado pretérito imperfecto narrativo. Por consiguiente, descartamos también la neutralización del pretérito imperfecto narrativo y el pretérito perfecto simple (Gili Gaya, 1943; García Fernández, 1998; Nueva Gramática de la Lengua Española, 2009); y siguiendo a Guillaume (1965) consideramos precisamente que la naturaleza atélica del pretérito imperfecto de indicativo es la que le permite mostrar un acontecimiento desde una perspectiva interior mientras que el pretérito perfecto simple presenta el evento como un todo indivisible.
Bibliografía
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Notas
1. Bosque (1990) se muestra prudente frente al llamado pretérito imperfecto narrativo porque ante la dificultad de explicar el carácter imperefctivo de este tipo de enunciados, es preferible, según él, analizar la diferencia entre el pretérito imperfecto y el pretérito perfecto simple en términos temporales y no aspectuales.
2. En los enunciados 17 y 18 la presencia de complementos tales como a todo el que y cada vez refuerzan la idea de iteración.