Logos: Revista de Lingüística, Filosofía y Literatura
2009, 19 (1) 43-57
Tatiana Ribeiro do Amaral, amaral.tatiana@gmail.com Universidad Autónoma de Madrid.
Las regiones de contacto de lenguas representan una valiosa fuente de investigación, dado que la coexistencia de lenguas en un mismo territorio implica cambios sociales y lingüísticos. Este trabajo se centra en el proceso de transición del cambio de códigos hacia la mezcla de lenguas en el discurso de hablantes bilingües. El objetivo de este estudio es describir los factores sociales y lingüísticos que favorecen la producción de alternancias de códigos en la frontera brasileño-uruguaya.
Palabras-clave: Frontera; Contacto lingüístico; Bilingüismo; Alternancia de códigos.
ABSTRACT:
The regions of linguistic contact represent a valuable source of investigation, since the coexistence of languages in the same territory implies social and linguistic changes. This paper focusses on the transition from code-switching to code-mixing in the speech of bilingual speakers. The purpose of this study is to describe the factors that motivate the production of code alternation on the brazilian- uruguayan border.
Key-words: Border; Linguistic contact; Bilingualism; Code- alternation.
Como el contacto de lenguas en un mismo espacio conlleva importantes cambios sociales y lingüísticos, en las cinco últimas décadas se ha dedicado una especial atención al estudio de los fenómenos lingüísticos que pueden derivarse de esta situación. De acuerdo con Moreno Fernández (1998: 257-8), los fenómenos inducidos por la convivencia de lenguas pueden ser clasificados en tres grupos: los que se producen como resultado del contacto de sistemas (interferencia, convergencia, préstamos, calco), los que se derivan del empleo de varias lenguas (elección de lengua, cambio de código, mezcla de códigos), y las variedades que se forman en función del contacto lingüístico (lenguas pidgin, lenguas criollas y variedades fronterizas). La realización de un determinado fenómeno, advierte el autor, no excluye la producción de otros. Así pues, en comunidades donde se producen alternancias de códigos también pueden aparecer mezclas y/o calcos, entre otros.
Este estudio se centrará en un fenómeno bilingüe que consta en el segundo grupo propuesto por Moreno Fernández, la alternancia de lenguas. Se entiende por alternancia lingüística el empleo de dos o más códigos en una misma manifestación de habla.
La comunidad objeto de este estudio pertenece a la frontera Chuí-Chuy, que representa el límite entre el estado brasileño de Rio Grande do Sul y el departamento uruguayo de Rocha, y se corresponde con una comunidad de bilingüismo extendido en la que dos lenguas tipológicamente similares y con semejante estatus social conviven en un mismo espacio geográfico.
El objetivo principal de este estudio es describir las implicaciones lingüísticas y extralingüísticas de la alternancia de lenguas que se produce en la frontera brasileño- uruguaya. Además, se pretende mostrar que la realización de este fenómeno, popularmente conocido como “portuñol”, no es el resultado de una deficiencia lingüística sino una práctica bilingüe que manifiesta la pertenencia de los chuienses a un grupo diferenciado, binacional.
En uno de los estudios pioneros sobre bilingüismo y contacto de lenguas, Weinreich (1953:73) asegura que los bilingües ideales no alternan de lengua si no sucede un cambio de situación y, además, defiende que el tránsito de una lengua a otra no se produce dentro de un mismo enunciado. Sin embargo, han sido abundantes los trabajos posteriores que refutan esta teoría. Poplack (2000:179), entre otros investigadores,1 muestra que la alternancia no depende, necesariamente, de un cambio de situación para su aparición, y que los intercambios de lenguas en el interior de una oración, que, según Weinreich, no son producidos por los bilingües, son tan frecuentes que se tornaron el centro de la mayoría de las investigaciones sobre el fenómeno.
Una parte significativa de los autores que se han dedicado a la investigación de las alternancias lingüísticas han procurado descubrir por qué gran parte de estos intercambios se realizan dentro de un mismo enunciado. Asimismo, se han esforzado en proponer los factores que rigen la alternancia de códigos.
Appel y Muysken (1987) advierten que la realización de un estudio exclusivamente sociológico del fenómeno puede llegar a revelar por qué los cambios suceden y cuáles son sus funciones pragmáticas, pero no ofrece medios para explicar por qué los cambios se dan en los puntos del discurso en que lo hacen. Por ello, no han sido pocos los investigadores que han tenido por objeto el estudio de las condiciones gramaticales en las cuales la alternancia de lenguas aparece (Timm 1975; Poplack 1980; Myers-scotton 1992e, 1993a, 1993b; Muysken 2000, etc.).
Una de las autoras pioneras en la presentación de una tipología de la alternancia de códigos fue Poplack (1980), quien propuso las siguientes condiciones lingüísticas para la producción del fenómeno: a) la aparición de alternancias de códigos no se puede dar en constituyentes generados por una regla de una lengua no compartida por la otra (restricción de equivalencia); b) la alternancia lingüística puede aparecer después de cualquier elemento en el discurso siempre que éste no sea un morfema ligado (restricción de morfema libre).
1 Myers-Scotton (1993a) advierte que es muy común que el hablante bilingüe alterne de código incluso dentro de una misma oración y que esto no representa una incapacidad lingüística, sino una habilidad que el hablante tiene para negociar cambios en lo que se refiere a distanciamiento y acercamiento social entre el locutor y los interlocutores bilingües.
Tanto las restricciones gramaticales postuladas por Poplack como las de otros investigadores han sido rechazadas en numerosos trabajos. Thomason (2001:131) afirma que no existen restricciones absolutas para las interferencias. Según ella, todo tipo de interferencia es posible, y tal hecho puede ser demostrado con ejemplos bien documentados. Lo difícil es asegurar si la falta de restricciones para cualquier mecanismo de interferencia (como la alternancia) es porque así funcionan las cosas o porque ninguno de los mecanismos ha sido completamente entendido.
Auer (1998) destaca que, aparte de la gramática de la alternancia lingüística y del significado social del fenómeno para la comunidad bilingüe, es relevante tener en cuenta la secuencia conversacional para poder interpretar las yuxtaposiciones de dos o más lenguas a lo largo de interacciones bilingües. En un estudio conversacional se observa las intenciones de los hablantes cuando alternan los códigos a través de los patrones recurrentes de intercambios de lenguas en conversaciones naturales. Según Auer, ni las investigaciones sociolingüísticas ni tampoco las gramaticales dan cuenta de la totalidad de alternancias observadas en el discurso de los hablantes que dominan más de una lengua. Su hipótesis principal es que la yuxtaposición de los códigos en contacto presenta unos patrones que son dinámicos y graduales. Así, en un contexto bilingüe, tanto a nivel individual como colectivo, se puede observar la presencia de un continuum de alternancia con tres estilos de producción: el cambio de código, la mezcla de lenguas y la variedad mixta (fused lect). En líneas generales, la tipología de Auer (1998) propone que el cambio de código se da cuando la yuxtaposición de dos códigos es percibida e interpretada por los participantes en la interacción como un evento que cumple una función discursiva. La mezcla de lenguas, aunque es significativa para los participantes en sentido global, no presenta un significado conversacional, esto es, en el proceso de mezcla lingüística el tránsito de un código a otro no posee ninguna relevancia pragmática. El dialecto mixto, por otro lado, representa una variedad con una gramática mixta estable, en contraposición a la mezcla de lenguas, que consta de combinaciones variables de elementos de ambos códigos.
Las comunidades bilingües, advierte Auer, no necesariamente tienen que pasar por estos tres estadios de la alternancia. Es perfectamente posible que suceda una estabilización en determinado punto del continuum como, por ejemplo, en el estadio intermedio (mezcla de lenguas) o incluso en el inicial (cambio de código). En la próxima sección se analizarán los resultados del estudio según esta tipologia dinámica de la alternancia lingüística.
En las producciones lingüísticas de los bilingües de Chuí se registran dos modalidades de alternancia lingüística: modalidad monolingüe y modalidad bilingüe. La primera consiste en la alternancia que es producida por los hablantes bilingües cuando interaccionan con interlocutores monolingües en portugués (grupo 1 de la muestra). La mayoría de los constituyentes oracionales que suelen ser objeto del intercambio lingüístico que aparece en estas circunstancias implican cambios y mezclas de palabras aisladas (tanto de contenido como funcionales) y muletillas o marcadores del discurso. Además, todas las inserciones se producen en una lengua base claramente definida, el portugués. La segunda modalidad consta de la producción de cambios y, mayoritariamente, mezclas de códigos en conversaciones realizadas entre bilingües de la misma comunidad (grupo 2 de la muestra). En este caso, las alternancias aparecen en toda clase de constituyentes oracionales como en el interior de una palabra, en el interior de una oración (con la producción de unidades léxicas aisladas o de constituyentes mayores), entre oraciones, fuera de la estructura oracional (muletillas). Además, la lengua base o matriz no siempre es la misma; en muchos momentos se producen inserciones del español en el portugués, pero también son frecuentes las alternancias en sentido inverso. En algunos casos, los constantes cambios de dirección lingüística tornan difícil la definición del código base. Veamos algunos ejemplos de estas producciones bilingües:
(1)
(Informante): mujer, a partir de 50 años, nivel 2 de estudios (...)
1E: de que que brincavam no pátio?
2I23: estoy hablando brincávamos de roda de [escon] de escondida de esconde esconde este brincávamos não sei como se fala em português este / que hacíamos las casa pide pan este que fazíamos rodas este marcávamos este rodas no pátio e fazíamos se éramos seis fazíamos cinco casas cinco rodas dessas que eram a casa de cada um e aí fazíamos falávamos pra o outro pra que ele [saí] saísse pra pra procurar outro lugar e quando ele [sal] saía da casa o que não tinha pegava aquela este a víbora da cruz este
8E: essa era a víbora da cruz?
9I23: a víbora da cruz este // y la rayuela ¿como se dirá?
10E: ah é como é que é?
11I23: ah ah quem olha para trás que a raposa anda atrás não olhe para trás la a raposa también fazia uma ronda e tinha um que era raposa e andava por fora da [ron] da roda e quando não olha para trás e todos cantavam não olha para trás que a raposa anda atrás e este quando um olhava ela batia e esse tinha que sair pra fugir da raposa / era uma brincadeira ¿los zancos cómo se llaman los zancos?
(…) (I23-01; F45)2
La conversación que se produce en (1) cuenta con la presencia de un bilingüe y un interlocutor (el encuestador) monolingüe en portugués que no pertenece a la frontera Chuí-Chuy. Fíjense que las alternancias que el informante bilingüe realiza aparecen en una lengua base claramente definida, el portugués. A lo largo del fragmento se registran cambios de unidades aisladas (cf. “escondida”, en la línea 2; y la muletilla “este” en las líneas 3, 4, 7 y 14) y de constituyentes mayores (cf. líneas 2, 3, 9 y 15), así como mezclas de elementos léxicos (cf. línea 11). El primer intercambio de códigos se realiza en el comienzo del turno de la informante, después de que el encuestador le preguntara qué solían jugar los niños cuando eran pequeños. Mediante el cambio de lengua la hablante destaca que precisamente de eso “estaba hablando” cuando el encuestador intervino. Poco después de este cambio, I23 vuelve a insertar el español en su discurso para hablar de un juego de su niñez, “la escondida”. Este nombre tiene su equivalente en portugués, “esconde esconde”, y la propia hablante lo repite en esta lengua inmediatamente después del cambio de código, lo que indica que la informante sabe cómo se dice dicha palabra en ambos códigos. Es bastante común en un contexto bilingüe que determinadas actividades de la vida de estos individuos estén más relacionadas con una u otra lengua. Cuando esta hablante era pequeña, la mayor parte de las actividades diarias (las compras, el cole, el ocio) se desarrollaban en el lado uruguayo, ya que, según I23, en aquella época la franja brasileña de la
E: ¿Qué jugaban en el patio?
I23: Estoy hablando, jugábamos a la rueda, al [escon] a la escondida, al esconde esconde, este; jugábamos, no sé como se dice en portugués, este, que hacíamos las casa pide pan, este, que hacíamos círculos, este, marcábamos, este, círculos en el patio y hacíamos, si éramos seis, hacíamos cinco casas, cinco círculos de esos, que eran la casa de cada uno, y entonces hacíamos decíamos al otro que saliera a buscar otro lugar y, cuando él [sal] salía de la casa, el que no tenía cogía aquella, este, la víbora de la cruz2, este.
(…)
E: ¿Esa era la víbora de la cruz?
I23: La víbora de la cruz, este,¿ y la rayuela , cómo se dirá?
E: Ah, ¿Cómo es?
I23: Ah ah, quien mira hacia atrás, que la raposa anda atrás, no mire hacia atrás, la la raposa también hacía una ronda y había uno que era la raposa y andaba por fuera de la [ron] de la rueda y, cuando miraba hacia atrás y todos cantaban no mire hacia atrás, que la raposa anda atrás y, este, cuando uno miraba, ella batía (palmas) y ese tenía que salir para escaparse de la raposa. Era un juego, los zancos, ¿cómo se llaman los zancos?
frontera era muy precaria; incluso para ir al médico tenían que acceder a los servicios uruguayos. Por todo esto, resulta muy comprensible que la informante se sienta más familiarizada con los términos uruguayos al referirse a sus actividades infantiles. De hecho, si observamos las líneas (3), (9) y (15) veremos que algunos cambios de código están motivados por la incapacidad de la hablante de describir determinados tipos de juegos o explicar su dinámica en portugués; y precisamente eso lo explicita la informante en la línea (3).
En los estudios actuales, la mayoría de los investigadores reconocen que el uso alternado de dos o más códigos en el discurso bilingüe representa un destacado recurso comunicativo. Gumperz (1982: 131) asegura que los cambios de código pueden funcionar como importantes indicios de contextualización (contextualization cues) a través de los cuales los bilingües, conscientemente, buscan lograr un efecto retórico.
En el ejemplo (1) observamos cómo la hablante emplea estratégicamente sus dos lenguas para expresar determinados significados. Uno de los recursos empleado de forma significativa por los bilingües chuienses es la producción de cambios para reproducir el discurso de otros (citas). Esta técnica ha sido apuntada por otros autores como bastante habitual en distintas comunidades bilingües. También es muy común el intercambio lingüístico para cubrir una laguna léxica, como hemos visto en (1).
En el habla de los chuienses también se registra la aparición de cambios de lengua con los siguientes objetivos interaccionales: a) destacar un mensaje o información; b) relatar determinados eventos en la lengua con la que el hablante está más familiarizado; c) plantear una pregunta; d) mostrar su habilidad lingüística; e) hablar sobre la lengua; f) añadir un tono diferenciado al discurso; g) referirse a alguien o algo que está vinculado a una de las lenguas; h) reforzar el papel de determinados marcadores discursivos; i) señalar una respuesta en el comienzo del turno de habla; j) acercarse más a su interlocutor; y k) reiterar una información.
La producción de cambios de código es bastante significativa tanto en conversaciones que incluyen interlocutores monolingües (grupo 1) como en las que solamente cuentan con la presencia de bilingües de la comunidad de Chuí (grupo 2). No obstante, este estilo de producción es proporcionalmente superior en las prácticas lingüísticas de los hablantes del grupo 1. De un total de 370 alternancias producidas por este grupo, 195 casos representan cambios de código; mientras que en el grupo 2, de los 1648 intercambios lingüísticos realizados, 543 representan cambios de lengua.
La mayoría de las producciones lingüísticas del grupo 2, en contraposición a las de grupo 1, carecen de valor pragmático. Este colectivo realiza 1105 mezclas de lenguas, mientras los hablantes del grupo 1 solamente producen 175 alternancias de este tipo. En el siguiente fragmento de habla, podemos ver ejemplos de la mezcla de lenguas. (2)
(Informante): mujer, 16-25 años, nivel 2 de estudios (…)
1E: tem ctg tomam chimarrão
2I32: tem ctg mas não / creo que más la gente del lado brasilero que acostumbran ir al ctg pero muy poca no não é muito me parece a mí que no digo acá o que tem no chuí é que os los fines de semana el sábado muita gente fecha mais do lado os negócios do lado uruguaio fecham de tarde não só abrem de mañaña y después el domingo sale la gente a almorzar salen después a pasear van a la fortaleza la de santa teresa al fuerte no van até a praia e depois todo mundo se se pára na avenida pára os carros na avenida assim estacionam e tá ficam olhando a gente que passa comem alguma coisa eh estão tão horas assim parados olhando a gente escutando música acho que más bem é isso não tem muito também
(…) (I32-08; F192)3
En esta conversación, ambos participantes comparten una misma situación social y lingüística, ya que forman parte de la misma comunidad fronteriza. Este factor presenta implicaciones importantes en las elecciones lingüísticas de los hablantes. Si comparamos este ejemplo con su anterior, veremos que en aquél una de las lenguas desempeña el papel principal en el discurso de la alternancia lingüística y los cambios de código constituyen el estilo de producción predominante; en el presente ejemplo, por otro lado, ambas lenguas son constantemente activadas y la mezcla de códigos es la gran protagonista. En (2), se puede ver, además, que el intercambio de códigos se produce en constituyentes mayores que la palabra, salvo en la línea (9), donde la hablante I32 inserta una parte de una locución adverbial (más bem). A pesar de que otros autores (cf. Poplack 2000: 203) hayan defendido que las alternancias oracionales y, sobre todo, las intraoracionales que superan la unidad léxica son más
E: ¿Hay ctg (centro de tradiciones gauchas), toman mate?
I32: Hay ctg, pero no... creo que más la gente del lado brasilero que acostumbran ir al ctg, pero muy poca no, no es mucho, me parece a mí que no, digo, acá lo que hay en Chuí es que los los fines de semana, el sábado, mucha gente cierra más del lado los negocios del lado uruguayo cierran por la tarde,
¿no?, sólo abren de mañana; y después el domingo sale la gente a almorzar, salen después a pasear, van a la fortaleza la de santa teresa, al fuerte, ¿no?, van hasta la playa; y después todo el mundo para en la avenida, para los coches en la avenida así, aparcan y, bueno, se quedan mirando a la gente que pasa, comen alguna cosa, eh, están (es)tán horas así parados mirando a la gente, escuchando música; creo que más bien es eso, no hay mucho también.
favorecidas por bilingües con un dominio equilibrado de sus lenguas (como la hablante I32), los resultados del estudio muestran que los bilingües chuienses, independientemente de la simetría o asimetría en su competencia bilingüe, realizan este tipo de intercambio, y la competencia lingüística de los individuos, más que favorecer la alternancia en determinado punto del discurso, influye en el modelo de intercambio producido (cambio o mezcla de códigos).
En el ejemplo ilustrado a continuación, se pueden apreciar más casos interesantes de hibridación lingüística.
(3)
(Informante): mujer, a partir de 50 años, nivel 2 de estudios (...)
1E: não não não tem pressa ...eh... a globalização quais são pra ti as vantagens e as
desvantagens? por exemplo o uso da internet os computadores
3I44: bueno como todas las cosas tem as coisas los pro <y> os <contra> no eu acho que hoje em dia é é muito bom o adelanto científico que hay tecnológico es muy bueno pero también está lo otro que de repente nosotros <antes> a gente quando estudava tinha que ir procurar nos livros en las fuentes mismo verdad que eran los libros a gente tinha que procurar nos livros se não tinha dinero pra comprar esse livro tinha que ir ler tirar *apontes depois passar a limpo a gente aí já tava estudando hoje uma criança ou um adolescente o que seja vai na internet aperta um botón tira toda a informação e vai e apresenta pro professor eu trouxe o material mas nem sequera sabe de que está falando isso
(...) (I44-15; F346)4
La mezcla lingüística registrada en este fragmento de habla implica tanto unidades mínimas (líneas (10): formación de “sequera” mediante la combinación de [se.quer] y [si.quiera]), como ítems léxicos (líneas 7 y 9) y constituyentes mayores (líneas 3-6). Además, en este ejemplo también se registra la creación de una palabra nueva que “no” implica elementos de las dos lenguas. Véanse que en las líneas (7-8) la informante emplea la expresión “tirar apontes” en lugar de “tomar apuntes =
E: No, no hay prisa...eh... la globalización, ¿cuáles son para ti las ventajas y las desventajas?
I44: Bueno, como todas las cosas hay las cosas los pro y los <contra>, ¿no?. Yo creo que hoy en día es es muy bueno el adelanto científico que hay, tecnológico, es muy bueno, pero también está lo otro que de repente nosotros <antes> nosotros, cuando estudiábamos, teníamos que ir a buscar en los libros, en las fuentes mismo, verdad, que eran los libros; nosotros teníamos que buscar en los libros; si no había dinero pa comprar ese libro, teníamos que ir a leer, sacar apuntes, después pasar a limpio; nosotros entonces ya estábamos estudiando. Hoy un niño o un adolescente, lo que sea, va a internet, presiona un botón, saca toda la información y va y presenta al profesor: “ yo traje el material”; pero ni siquiera sabe de que está tratando eso.
apuntar”, un uso lingüístico que no está influenciado por la construcción equivalente en el otro código “tomar nota = anotar”). Aunque la hablante 44 aprendió sus dos lenguas desde pequeña, este tipo de creaciones, así como las mezclas en el interior de unidades simples, aparecen con mayor frecuencia en el discurso de determinados bilingües asimétricos, sobre todo los que aprendieron su segundo código después de los 20 años de edad.
En el apartado anterior, se ha mostrado que los participantes en la interacción constituyen un factor importante para las elecciones lingüísticas de los hablantes que dominan dos o más códigos. Sin embargo, este elemento no es el único que presenta implicaciones en las prácticas lingüísticas de los hablantes bilingües; otros factores, como los que se indican a continuación, también se muestran relevantes para la producción de alternancias de lenguas.
Factores extralingüísticos
En las producciones del grupo 1 de la muestra, el programa estadístico empleado en el estudio, el SPSS, indica que ninguna de las variables sociales estudiadas se muestra relevante para la producción de fenómeno que nos ocupa. Por otro lado, en las producciones del grupo 2, los intercambios lingüísticos están relacionados con todos los factores sociales analizados, tal como podemos ver en lo que sigue:
- Actitud lingüística de los hablantes: la alternancia de lenguas en la comunidad de habla investigada está relacionada con las posturas lingüísticas de los informantes. Los individuos con una actitud neutra hacia el empleo del español en sus interacciones verbales realizan una proporción mas elevada de mezclas de lenguas, mientras que tanto los hablantes que se muestran (+) favorables hacia el español como los que son (-) favorables5 hacia este código, producen más cambios de código en su discurso.
5 Los hablantes con una actitud más favorable explicitan una preferencia por el código español. Los que presentan una actitud neutra dicen que ambas lenguas son iguales para ellos y que les gusta hablar tanto en un código como en otro. Los individuos con una actitud menos favorable, a pesar de no mostrarse negativos hacia el uso del español en la comunidad, afirman preferir el empleo del portugués en sus interacciones. Cabe señalar que no se registran actitudes desfavorables hacia el empleo del español en Chuí; sin embargo, como hay hablantes que manifiestan una mayor preferencia por uno de los códigos de su repertorio verbal, se procedió a la división de la actitud favorable en distintos grados.
- Identidad Etnolingüística: los resultados del estudio indican que hay una clara asociación entre las prácticas de alternancia y las identidades manifestadas por los informantes. Los individuos que se consideran brasileño-uruguayos proyectan en su habla una variedad que les identifica como pertenecientes a un grupo mixto; dicha variedad se constituye de mezclas constantes de sus dos códigos nacionales. Por otra parte, los hablantes que se muestran más inclinados hacia uno de los grupos nacionales que se hallan en contacto (brasileño o uruguayo) en la región, tienden a hacer mayor uso de los códigos de su repertorio verbal con fines estratégicos como, por ejemplo: a) añadir un tono diferenciado a la conversación (de enfadado, de sorpresa, etc); b) cubrir una laguna léxica; c) destacar algo en el discurso; d) hablar de determinados temas que están más asociados a alguno de los códigos, etc.
Cabe destacar aquí que, aunque los individuos chuienses presentan mayor o menor inclinación hacia uno de los grupos nacionales que están en contacto en la región, en general se reconocen como un colectivo mixto y reflejan esta postura en sus prácticas lingüísticas (con un elevado número de mezclas de códigos).
- Clase de bilingüismo: los datos de la investigación muestran que el período de adquisición del lenguaje tiene efecto sobre el modelo de alternancia que los bilingües practican; los resultados indican una clara variación en los usos de los bilingües según el momento en que adquirieron sus lenguas. Las prácticas de alternancias de los individuos que poseen dos L1, esto es, que han adquirido sus dos lenguas en los primeros años de vida, suelen partir de una lengua determinada, lo que significa que hay una lengua en la cual se incrustan fragmentos o palabras de otra; esto no implica que la lengua base sea siempre la misma a lo largo de una conversación, algunos fragmentos de habla pueden tener como base el portugués y otros el español. Por otra parte, los bilingües que primeramente han adquirido una lengua y después la otra hacen un uso diferenciado de los códigos según el momento del aprendizaje de la L2. Los que adquirieron esta lengua antes de la edad adulta tienden a realizar alternancias muy similares a las de los bilingües simultáneos, esto es, con una lengua de partida claramente definida. Por otro lado, los individuos que empezaron a hablar su L2 más tarde (con más de 20 años) realizan una frecuencia más elevada de mezclas6 que los demás bilingües. Casi todos los bilingües que encajan en esta descripción mezclan constantemente el portugués y el español, por lo que resulta difícil en algunos
6 Como determinados bilingües sucesivos producen una proporción muy superior de mezclas frente a otros hablantes, se ha realizado una prueba estadística (la de Mahalanobis), con el propósito de averiguar si las cifras de alternancias producidas por estos bilingües interferían en los resultados del estudio. El test empleado ha indicado que la elevada frecuencia de alternancias realizadas por dichos informantes no produce alteraciones importantes en los resultados obtenidos .
momentos, cuando no imposible, determinar la lengua base de la comunicación. Lo más destacable a este respecto es que los usos lingüísticos de uno de estos individuos revelan que su lengua dominante ya no es ni el portugués ni el español, sino la combinación de los dos códigos. De hecho, el propio hablante reconoce que en la actualidad su variedad de habla es un mixto de portugués y español. Estos resultados muestran que el nivel de competencia bilingüe desempeña un papel importante en el proceso de transición lingüística. Los bilingües simultáneos se sitúan en un punto más inicial de este proceso (entre el cambio y la mezcla de lenguas); los bilingües sucesivos que han adquirido su L2 aún en la infancia o hasta la adolescencia, aunque se hallan en un punto similar a los bilingües simultáneos, están más inclinados a la mezcla de códigos. Por otro lado, los hablantes que aprendieron su segundo código más tarde se encuentran en pleno proceso de mezcla lingüística o incluso muy próximos a la formación de una nueva variedad mixta, como es el caso de uno de los hablantes de la muestra, citado previamente.
- Intensidad del contacto con otras variedades del portugués brasileño: los resultados obtenidos muestran una tendencia significativa a la producción de mezclas de lenguas por hablantes que apenas se relacionan con otros brasileños y de cambios de código por individuos que están en intenso contacto con el portugués de otras regiones de Brasil.
- Grupo etario: en este estudio se observa una frecuencia mucho más representativa de alternancias en las producciones de hablantes que pertenecen al grupo mayor (a partir de 50 años), seguidas de las del grupo más joven (de 16 a 25 años). También se constata que mientras el número de cambios de código es más elevado entre hablantes más jóvenes, las mezclas son realizadas mayoritariamente por los informantes mayores. Por otro lado, en la escala intermedia de edad se observa un descenso significativo en las producciones de alternancias.
Como los hablantes mayores suelen ser los más conservadores, resulta comprensible que sean los que tienden a preservar la modalidad de habla mixta de la región. Sin embargo, en el otro extremo, en donde figuran los hablantes que suelen ser más innovadores, podemos comprobar que las prácticas de alternancia también son significativas, lo que indica que esta variedad discursiva no se halla en declive en la comunidad.
- Género: los resultados muestran que la aparición de alternancias lingüísticas es superior en las producciones femeninas, aunque en las masculinas su frecuencia
también es bastante representativa. Por otro lado, los datos indican una tendencia significativa a la producción de mezclas por parte de los hombres y cambios de código por parte de las mujeres.
- Nivel de estudios: los hablantes con nivel 2 de estudios, que tienen como mínimo el primer año de la enseñanza media brasileña, realizan un número más elevado de alternancias que los que tienen el nivel 1, que han estudiado hasta el 5º año de la enseñanza primaria. Tanto la proporción de cambios como de mezclas de códigos es más elevada en las producciones de los hablantes con el nivel 2 de estudios. No obstante, el programa estadístico establece una pauta de asociación entre el nivel 1 y los cambios de código y el nivel 2 y las mezclas.
Factores lingüísticos:
-Clase de alternancia lingüística: en el discurso bilingüe analizado se registran dos clases de intercambio de lenguas, “cambios de código y mezclas de lenguas”. En el grupo 1 del estudio, aunque tanto el número de cambios de código como mezclas de lenguas es significativo, hay una proporción más elevada de cambios en sus producciones lingüísticas. En el grupo 2, por otro lado, la frecuencia de mezclas es muy superior a la de cambios de código.
-Extensión de la alternancia: las producciones de unidades aisladas representan el 80,8% del total de intercambios lingüísticos en el grupo 1 del estudio.7 Las alternancias de unidades mayores (parte de una oración u oraciones completas) son escasas y sólo aparecen como alternancias funcionales (cambios de código). El empleo dominante de alternancias de unidades léxicas en este grupo indica que la presencia de monolingües en la conversación favorece la producción de alternancias que poco afectan la estructura de los enunciados y, por ende, no requieren necesariamente que el interlocutor domine el código implicado en la alternancia. En el grupo 2 también se halla una apreciable diferencia en las frecuencias de alternancias de unidades léxicas respecto de las demás, más del 52 % de los casos de intercambio lingüístico realizados son de esta dimensión. La diferencia en estos datos, en contraposición a los del grupo 1, radica en que aquéllos presentan cifras más desiguales. La mayoría abrumadora de alternancias del otro grupo son de palabras aisladas, mientras que en
7 Conviene recordar aquí que el grupo 1 del estudio está formado por bilingües (en total 24) que interaccionan con hablantes monolingües en portugués (los encuestadores); el grupo 2 consta de interacciones entre bilingües de la misma comunidad (otros 24 informantes y la encuestadora).
el grupo 2 también hay una frecuencia elevada de alternancias de más de una palabra y oracionales en las producciones bilingües.
- Elemento neutro en el punto de la alternancia: en el grupo 1 del estudio los resultados muestran que la mayoría de los casos de alternancias lingüísticas producidas no aparecen precedidas de elementos neutros o bivalentes (que pueden pertenecer tanto a una como a otra lengua). Por otro lado, el programa estadístico indica que las mezclas producidas por este grupo presentan un número significativo de elementos neutros en su entorno lingüístico (16,6%). En el grupo 2, no hay ninguna pauta de asociación entre esta variable y las producciones de alternancia de lenguas.
- Señales en el punto de la alternancia:8 tanto en el grupo 1 como en el 2 los resultados estadísticos muestran que no hay ninguna relación entre este factor y la alternancia de lenguas.
A lo largo del trabajo, hemos visto que la modalidad de intercambio de códigos producida en conversaciones que incluyen participantes monolingües, y no-miembros de la comunidad de habla, se distingue sustancialmente de la realizada en interacciones entre bilingües del mismo grupo fronterizo, lo que indica que los patrones de producción de alternancia de códigos están fundamentalmente asociados a la adscripción lingüística del interlocutor en la conversación. En la modalidad monolingüe de alternancia de lenguas se ha visto que una parte significativa de los intercambios lingüísticos del grupo es producida intencionadamente por los hablantes como un importante recurso comunicativo. En la modalidad bilingüe, por otra parte, la combinación de elementos de las dos lenguas aparece de forma recurrente en el discurso de los hablantes, y la complejidad de los intercambios de lenguas es muy superior a la observada en el estilo monolingüe de producción. Mientras en el grupo de conversación que incluye interlocutores monolingües las alternancias de unidades léxicas predominan en los datos, en las conversaciones intragrupales, además de inserciones de unidades aisladas, hay un número bastante significativo de alternancias de unidades mayores.
También hemos comprobado en el estudio que el fenómeno de la alternancia de códigos no mantiene una relación de dependencia con ningún factor social en las
8 Los falsos arranques, titubeos, repeticiones y pausas son algunos de los elementos que pueden actuar como marcadores del tránsito de una lengua a otra.
producciones del grupo 1; en las del grupo 2, por otro lado, los intercambios lingüísticos están relacionados con casi todas las variables extralingüísticas y lingüísticas investigadas, exceptuándose las que implican “elementos neutros” y “señales en el punto de la alternancia”. Este resultado nos permite colegir que en este grupo las alternancias de lenguas están más asociadas a factores sociales, mientras que en el grupo 1 el fenómeno depende solamente de variables lingüísticas. Este hecho parece ser un indicador más de que los participantes en la interacción influyen en los patrones de conversación adoptados en la comunidad.
Mediante las prácticas lingüísticas de los bilingües que componen el corpus de esta investigación se ha comprobado que la alternancia de los códigos portugués y español forma parte del habla del grupo fronterizo analizado y actúa como un importante marcador de identidad etnolingüística. Además, se puede concluir que en las interacciones intragrupales gran parte de las producciones lingüísticas de los miembros de esta comunidad se halla en pleno proceso de mezcla de lenguas.
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