LA PROTESTA ES UNA GUERRA: un análisis de grafitis referidos a la protesta social en Chile desde la metáfora conceptual

PROTEST IS WAR: an analysis of graffiti related to the social protest in Chile from conceptual metaphor theory

Víctor Patricio Vásquez-Bustos

0000-0003-1334-9896

Pontificia Universidad Católica de Chile

vtvasquez@uc.cl

Citación: Vásquez-Bustos, V. P. (2022). LA PROTESTA ES UNA GUERRA: un análisis de grafitis referidos a la protesta social en Chile desde la metáfora conceptual. Logos: Revista de Lingüística, Filosofía y Literatura, 32(1), 173-190. doi.org/10.15443/RL3211

Resumen: En octubre de 2019 se produce en Chile el denominado “estallido social”, conflicto socio-político de gran envergadura que dio paso a un cambio constitucional inédito en el país. En este escenario, el movimiento feminista adquiere un papel destacado, no solo por la masividad de sus manifestaciones sino también por su influjo en la consecución de la paridad de género en el proceso constitucional. Las vivencias de las protestas quedaron registradas en un sinfín de grafitis que proliferaron por los espacios urbanos desde la revuelta social y que, aún en la actualidad, abundan en ciertas zonas. El presente estudio tiene por objetivo analizar las metáforas conceptuales que se expresan en aquellos grafitis relacionados con la protesta chilena. La metodología incluye tres instancias de análisis: (1) la identificación de metáforas lingüísticas; (2) su agrupación semántico-discursiva; y (3) el análisis conceptual de los grupos establecidos, en el cual se considera el componente ‘Escena Básica’ (Rivano, 1999). Como resultado se propone la metáfora conceptual LA PROTESTA ES UNA GUERRA, la cual conceptualiza a los chilenos como guerreros que combaten contra un enemigo, representado por la institucionalidad política, el modelo económico y el sistema patriarcal. Se concluye que la metáfora establecida instala una dicotomía cognitiva que destaca la oposición entre los participantes del conflicto social chileno y el malestar de los manifestantes con el sistema vigente, además de relevar su compromiso y unión con los motivos de protesta.

Palabras claves: metáfora conceptual - Escena Básica - grafiti - protesta social en Chile - Lingüística Cognitiva

Abstract: In October 2019, the so-called ‘social outbreak’ took place in Chile, a major socio-political conflict that led to an unprecedented constitutional change in the country. Under this context, the feminist movement takes on a prominent role, not only because of the massiveness of its demonstrations but also because of its influence on the achievement of gender parity in the constitutional process.The experiences of the protests were captured in the countless graffiti that have propagated in urban spaces since the social outbreak and which, even today, abound in certain areas. The aim of this study is to analyse the conceptual metaphors expressed in graffiti related to the Chilean protest. The methodology includes three instances of analysis: (1) the identification of linguistic metaphors; (2) their semantic-discursive grouping; and (3) the conceptual analysis of the established groups, in which the ‘Basic Scene’ (Rivano, 1999) component is considered. As a result, the conceptual metaphor PROTEST IS WAR is proposed, which conceptualises Chileans as warriors fighting against an enemy, represented by the political institutionality, the economic model and the patriarchal system. It is concluded that the established metaphor sets out a cognitive dichotomy that highlights the opposition between the participants in the Chilean social conflict and the demonstrators’ discomfort with the current system, emphasising its commitment and unity with the reasons to protest.

Keywords: conceptual metaphor - Basic Scene - graffiti - social protest in Chile - Cognitive Linguistics

1. Introducción

En octubre de 2019 se produjo un importante levantamiento social en Chile, denominado por la opinión pública como “estallido social” (France 24, 2019). Si bien es difícil atribuirle un petitorio definido a dicha revuelta, pues, como plantea Mayol (2019), expresó un “cuestionamiento radical a la totalidad de la sociedad y, en tanto tal, carece de un centro articulador” (p. 76), la desigualdad y los derechos sociales son dos grandes materias vinculables con ella (Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, 2019). El movimiento social logró amainar solo en parte gracias a un acuerdo entre la mayoría de los partidos políticos chilenos a mediados de noviembre de 2019, el cual dispuso el comienzo de un proceso para la creación de una nueva Constitución. Casi un año más tarde los chilenos aprobaron la redacción de la Carta Magna con más de 78% de los votos (Arciniegas, 2020).

Ahora bien, el proceso de protesta iniciado en octubre de 2019 presentó también denuncias de graves y reiteradas violaciones a los derechos humanos perpetradas por agentes del Estado. Dicha situación fue confirmada por organismos nacionales e internacionales, tales como el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) (Instituto Nacional de Derechos Humanos, 2019), Amnistía Internacional (Amnistía Internacional, 2020) y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) (Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, 2019). Según este último organismo, tales violaciones consistieron fundamentalmente en “privación arbitraria de la vida y en lesiones, tortura y malos tratos, violencia sexual y detenciones arbitrarias” (Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, 2019, p. 31). Así también, resultó alarmante el alto número de lesiones oculares a civiles, las cuales, según el INDH, sumaban 448 casos en febrero del 2020 (Navarrete, 2020).

Al levantamiento social chileno le anteceden protestas que tuvieron lugar durante los últimos 15 años en el país (Mayol, 2019; Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, 2019); nos referimos, por ejemplo, a los movimientos estudiantiles por la educación de 2006 y 2011, y más recientemente a las convocatorias relacionadas con el sistema privado de pensiones y con los derechos de la mujeres y contra la violencia sexual. Sin embargo, entre estos, el movimiento feminista sobresale no solo por su masividad sino también porque se extiende temporalmente más allá de octubre de 2019. De acuerdo con Fernández y Moreno (2019), las demandas de mujeres sobre abuso sexual en 2018, especialmente en el contexto universitario, se lograron articular con reclamaciones de justicia ante la violencia político-sexual perpetrada por agentes del Estado desde la revuelta de octubre. Asimismo, la influencia del movimiento feminista logró permear en el Congreso, incidiendo en la aprobación de la paridad de género en la convención que redactaría la nueva Constitución.

La calle se convirtió en el espacio protagónico en el despliegue de la protesta, la cual se tradujo en marchas, encuentros ciudadanos, eventos culturales, performances, pero también en enfrentamientos con la policía, quema de espacios públicos y otros hechos de violencia. El malestar se plasmó también en grafitis que abundaron en zonas urbanas más o menos céntricas del país, muchos de los cuales aún permanecen intactos. Esta investigación se concentra en dicho material discursivo, estudiando las metáforas presentes en grafitis, principalmente en su forma coloquialmente conocida como “rayado”.

Este estudio, enmarcado en la Lingüística Cognitiva, analiza las metáforas conceptuales contenidas en grafitis, relacionadas con la protesta chilena. En este sentido, aclaramos que los grafitis son examinados en atención a su forma lingüística, no reparando en imágenes, íconos, símbolos u otra clase de elementos multimodales. En virtud de lo expuesto, las preguntas de investigación establecidas fueron: ¿Qué metáforas conceptuales sobre la protesta social en Chile se manifiestan en grafitis de sectores urbanos del país? ¿Qué Escena Básica caracteriza a dichas metáforas? (Las nociones ‘metáfora conceptual’ y ‘Escena Básica’ serán desarrolladas en el marco teórico).

Imagen 1. “Nacemos para ser libres”, grafiti en la zona céntrica de Concepción

2. Marco teórico

2.1 Lingüística Cognitiva

La Lingüística Cognitiva (desde ahora, LC) se define como una corriente lingüística (Ibarretxe-Antuñano & Valenzuela, 2012; Ibarretxe-Antuñano, 2013), pues está conformada por diferentes teorías, modelos, metodologías y proyectos de investigación que comparten premisas comunes sobre el lenguaje y el pensamiento. La LC sostiene que el lenguaje corresponde a una habilidad cognitiva humana, la cual está enraizada en la cognición general, por ende, se emplea un análisis lingüístico que considera otros procesos cognitivos, como la categorización, la percepción, la habilidad motriz o la creatividad (Ibarretxe-Antuñano & Valenzuela, 2012).

Otra premisa de la LC es su comprensión del lenguaje como medio de conceptualización del significado. Se plantea que, cuando interactuamos lingüísticamente, estructuramos de manera inconsciente y de forma particular la realidad a la que nos referimos (Croft & Cruse, 2008; Butler & Gonzálvez-García, 2012). Tal proceso está influido por la organización de nuestro sistema conceptual, cuyas estructuras cognitivas el lenguaje codifica y externaliza (Evans, 2007). En esta línea, se presupone que el análisis lingüístico permite adentrarse en la dinámica de la cognición humana (Cuenca & Hilferty, 1999; Croft & Cruse, 2008).

Entre los procesos cognitivos investigados con más profusión por la LC se encuentra la metáfora conceptual. Su estudio comprende áreas como la psicología cognitiva, la filosofía, la psicolingüística, la inteligencia artificial o el análisis del discurso (Ortony, 1993; Semino & Demjén, 2017; Soriano, 2012).

2.2 Metáfora conceptual

En LC, la metáfora no es entendida solo como un recurso lingüístico, sino también como una forma de conceptualizar el significado. Su estudio está fuertemente influenciado por la Teoría de la Metáfora Conceptual (desde ahora, TMC), desarrollada inicialmente por George Lakoff y Mark Johnson en su obra Metaphors we live by de 1980 (Gibbs, 2014; Kövecses, 2010). En ella, estos autores prueban con una serie sistemática de expresiones de uso común la ubicuidad de la metáfora en el lenguaje (Lakoff & Johnson, 2015). Más aún, desde dicha constatación empírica, Lakoff y Johnson (2015) concluyen que: “Nuestro sistema conceptual ordinario, en términos del cual pensamos y actuamos, es fundamentalmente de naturaleza metafórica” (p. 39). Este estudio se alinea con dicha premisa, la cual también explica la relevancia del estudio de la metáfora.

Considérese la siguiente seguidilla de enunciados propuestos por Lakoff y Johnson (2015): “La teoría de la relatividad alumbró un enorme número de ideas en física. Es el padre de la biología moderna. ¿De quién es el parto? (…) Esas ideas murieron en la edad media. Sus ideas vivirán siempre” (p. 86) (cursivas en el original). De acuerdo con los autores, las expresiones de carácter cotidiano en cursiva son metafóricas dado que se refieren a ideas como si fueran personas. Esta comprensión particular del dominio conceptual IDEAS se representa por medio de un constructo cognitivo-analítico, esto es, la metáfora LAS IDEAS SON PERSONAS. (Los dominios conceptuales corresponden a parcelas de conocimiento. En LC, estos se expresan en mayúscula o versalita por convención. Dicha regla también aplica para la denominación de las metáforas conceptuales [Soriano, 2012]).

Las metáforas conceptuales se definen por un apareamiento entre dos dominios conceptuales (Rivano, 1999); un dominio más abstracto o general, y menos vinculado con nuestra experiencia corporal, el dominio meta, y otro más concreto o específico, más relacionado con nuestro cuerpo, el dominio fuente (Lakoff & Johnson, 2015; Kövecses, 2010). Dicha imbricación entre dominios está estructurada por una serie de correspondencias conceptuales, que importan o mapean elementos, estructuras, propiedades y relaciones lógicas desde el dominio fuente hacia el dominio meta. En consecuencia, este último dominio puede ser comprendido en términos del primero (Lakoff & Johnson, 2015; Kövecses, 2010; Soriano, 2012).

De esta manera, la metáfora se establece como un patrón recurrente del pensamiento, que no solo impacta en la interacción lingüística sino también en el comportamiento. De acuerdo con Kövecses (2015), la dinámica de la metáfora está influenciada en gran medida por cuestiones como la organización de nuestro sistema conceptual, que ha evolucionado en relación con nuestra anatomía y con la forma en que interactuamos con el medio (cultura). Sin embargo, según el autor, también inciden en la conceptualización factores contextuales más o menos inmediatos, tales como el contexto de situación comunicativa, el cotexto, el contexto histórico e, incluso, el ambiente físico. Cabe señalar que la necesidad de explicar cómo incide el contexto en la comprensión metafórica ha sido uno de los focos de críticas para la TMC (Ibarretxe-Antuñano, 2013; Gibbs, 2014; Kövecses, 2015)

2.2.1 Escena Básica

Entre los contenidos que mapean las correspondencias implicadas en una metáfora conceptual, Rivano (1999) añade el constructo ‘Escena Básica’ (desde ahora, EB). En específico, la EB se trata de un recurso que “permite identificar la relación básica que da origen a la estructuración del caso” (Rivano, 1999, p. 45). Por ejemplo, si recurrimos al dominio ASESINAR, podemos inferir desde él una forma básica, mínima o simple que lo define en términos conceptuales, la EB:

[un Asesino asesina a una Víctima…]

Es así como, de acuerdo con Rivano (1999), la EB permite definir un “marco elemental para extraer los elementos y relaciones que eventualmente importan en la metáfora del caso” (pp. 45-46). En el ejemplo anterior se evidencia dos participantes (Asesino y Víctima) y una relación que los vincula (parafraseando “asesinar”, se tiene: Asesino “mata con alevosía” a Víctima). Siguiendo las disposiciones de Alarcón (2002), nos referiremos a los participantes de la EB con letra mayúscula inicial.

En conclusión, podemos interpretar una EB como una “mininarrativa” que importa contenidos conceptuales (e.g. participantes, relaciones entre participantes o valoraciones) desde el dominio fuente hacia el dominio meta en el marco de una metáfora conceptual (cfr. el concepto de ‘escenario’ [scenario] propuesto por Musolff [2004]). La EB evidentemente otorga estructura conceptual a la metáfora, contribuyendo así a su función epistémica más general de hacer más comprensible o aprehensible un dominio de pensamiento abstracto.

2.3 Consideraciones sobre el análisis de las metáforas conceptuales manifiestas en grafitis

La determinación de la EB se sitúa como una de las etapas que componen el modelo para el análisis de la metáfora de Rivano (1999). Este comienza con una primera etapa de entrada puramente intuitiva al material lingüístico:

Se trata de una etapa inicial en la que vemos en la variedad lingüística cierta afinidad que sugiere un conocimiento conceptual de fondo (…) Nuestra intuición ha advertido algo en común en esta variedad. Se trata de un eventual conocimiento de base que hace posible la estructuración de esta variedad (Rivano, 1999, p. 43).

Posteriormente, se deriva una segunda etapa, que “se refiere simplemente al nombre que le damos al concepto” (Rivano, 1999, p. 43-44). Es decir, se define la denominación de la metáfora conceptual.

En nuestro caso, el abordaje es diferente, pues la metáfora es el resultado final del análisis. Es decir, no delimitamos pre-analíticamente la similitud semántico-conceptual del material lingüístico, sino que se establece posterior a un análisis de contenido inductivo. En este primero se identifica un corpus para luego determinar los fragmentos discursivos relevantes para el análisis (Ruiz, 2009). En nuestro caso, se determinan las ‘metáforas lingüísticas’ presentes en los grafitis.

El término “metáfora lingüística” es empleado por estudios sobre metáfora y discurso en LC (Charteris-Black, 2004; Semino, 2008; Musolff & Zinken, 2009). El concepto es definido por Semino (2008) como “a linguistic expression that, in context, is used to mean something that constrast with (one of) its more basic meaning(s)” (p. 288). Así, se presentan dos significados, que pertenecen a dominios diferentes y que se relacionan entre sí en la medida en que el significado contextual de la metáfora puede ser entendido en términos de un significado más básico. Este último, siguiendo a Pragglejaz Group (2007), corresponde a un sentido más fácil de aprehender por medio de los sentidos, más relacionado con el cuerpo, más preciso o históricamente más antiguo.

El empleo del concepto ‘metáfora lingüística’ se basa en la premisa de que el abordaje metafórico del discurso debe recurrir a una definición lingüística de la metáfora (Charteris-Black, 2004). Así, esta noción contrasta con ‘expresión metafórica’, término que se define de acuerdo con parámetros cognitivos, en tanto manifestación lingüística de una o varias metáforas conceptuales (Kövecses, 2010; Soriano, 2012).

Si bien en esta investigación realizamos una descripción cognitiva de la metáfora, el análisis de los datos, la construcción de los resultados y el arribo a conclusiones se fundamentan parcialmente en aspectos de orden discursivo (e.g. en el significado contextual de metáforas lingüísticas presentes en grafitis). Asimismo, cabe considerar que los usos metafóricos se restringen a un campo de interacción específico como lo es la protesta ciudadana. Más aun, estos se circunscriben a un género discursivo particular, el grafiti. Sin embargo, debemos aclarar que este no es un estudio sobre un género discursivo, sino más bien sobre el trasfondo conceptual que sustenta el uso de metáforas lingüísticas restringidas a la dinámica de interacción comunicativa del grafiti.

De acuerdo con Gándara (2020), la característica fundamental del grafiti es inscribirse en “una superficie que no está destinada a ser soporte de escritura” (p. 35). De esta forma, el género adquiere un carácter transgresor inherente al irrumpir de forma clandestina en un lugar no legitimado para ser escrito (Gándara, 2020). Esto incide en que, estructuralmente, el grafiti tienda a ser conciso y breve en el uso de sus recursos expresivos, los cuales, a su vez, se caracterizan frecuentemente por una alta densidad significativa (Gándara, 2020). Un último rasgo es el carácter multimodal de este género, en el cual se mezcla lenguaje verbal e icónico; aun así, Gándara (2020, p. 51) precisa que: “El graffiti implica básicamente una práctica de escritura y, por lo general, convoca a la lectura”, relevando así el peso del contenido lingüístico.

3. METODOLOGÍA

El presente estudio emplea una metodología cualitativa, la cual se define por la interpretación de los significados que los sujetos construyen sobre sus propias acciones o experiencias (Hernández et al., 2006). Según Hernández et al. (2006), el propósito del enfoque cualitativo “consiste en “reconstruir” la realidad, tal como la observan los actores de un sistema social previamente definido” (p. 9).

3.1 Corpus

El corpus está compuesto 246 grafitis presentes en zonas céntricas de las ciudades chilenas de Concepción y Santiago. El material de la primera ciudad se recolectó mediante registros fotográficos realizados de septiembre a diciembre de 2020. En tanto, los grafitis de Santiago se extrajeron desde el registro provisto por el proyecto “La Ciudad Como Texto” disponible en la página web: https://www.laciudadcomotexto.cl/. En él se exponen 2,4 kilómetros de la vereda sur de la Avenida Libertador Bernardo O’Higgins el día 36 posterior al “estallido social chileno” (Ureta, 2020), espacio en el queda registrado una amplia cantidad de grafitis.

3.2 Análisis de los datos

El análisis de las metáforas lingüísticas presentes en los grafitis y el posterior establecimiento de metáforas conceptuales se llevó a cabo mediante tres instancias globales de análisis. La primera de ellas corresponde a la identificación de metáforas lingüísticas. En ella, los grafitis son transcritos en un archivo Excel y analizados a través del procedimiento MIP (en inglés, Metaphor Identification Procedure) de Pragglejaz Group (2007), que permite determinar qué ítems léxicos corresponden a metáforas lingüísticas.

En una segunda instancia se realizó un agrupamiento semántico-discursivo de las metáforas lingüísticas. Este se basó en las disposiciones metodológicas de Lynne Cameron y colegas (Cameron, 2007; Cameron et al., 2009) sobre la metáfora en la dinámica del discurso. Las etapas de este método se ejemplifican con el grafiti “SOMOS KILTRO1:

(1) Tanto la transcripción del grafiti (e.g. “SOMOS KILTRO”) como la metáfora lingüística identificada (e.g. “KILTRO”) son listadas en una planilla Excel;

(2) Se codifica el tópico que metaforiza la metáfora lingüística (e.g. “pueblo de Chile”). Para esto se considera el significado contextual de la metáfora lingüística;

(3) Se codifica el significado más básico de cada metáfora, el cual debe contrastar con el significado del tópico metaforizado (e.g. “PERRO QUILTRO”). Cabe señalar que, a lo largo del proceso de codificación se agregan hiperónimos cada vez más generales para contribuir al posterior agrupamiento de las metáforas lingüísticas (e.g. “ANIMAL>PERRO>PERRO QUILTRO”);

(4) Se agrupan metáforas similares semánticamente en virtud de su significado más básico (e.g. grupo de metáforas “ANIMALES”);

(5) Se dividen los grupos establecidos en el paso anterior según la similitud semántica del tópico metaforizado (e.g. políticos como “ANIMALES” y ciudadanos como “ANIMALES”).

Esta segunda instancia global de análisis considera sólo aquellos grafitis que se relacionan con el tema de la protesta. Es decir, no se reparó en cláusulas, por ejemplo, en apoyo a un equipo de fútbol como “DALE LEÓN DE COLLAO”. (“León de Collao” hace referencia a un símbolo de la institución deportiva “Club Social y de Deportes Concepción” de la región del Biobío, Chile).

Los resultados del agrupamiento son conjuntos de metáforas lingüísticas similares tanto en su significado contextual como más básico. Ambos sentidos son abordados en términos conceptuales en la tercera instancia general de análisis, es decir, como DOMINIO META y DOMINIO FUENTE respectivamente.

En una última instancia se realiza un análisis conceptual de los grupos de metáforas lingüísticas establecidos. En él, los agrupamientos fueron examinados según sus componentes conceptuales, a saber: DOMINIO FUENTE, DOMINIO META y principales correspondencias. Así también, se ahondó en la EB que expresan las metáforas (Rivano, 1999; Alarcón, 2002). Con tales datos es posible perfilar más certeramente el contenido cognitivo que subyace a los agrupamientos de metáforas. Así también, es posible definir el nombre definitivo tanto de los dominios conceptuales apareados como de las metáforas conceptuales.

4. Resultados

Gracias a las tres instancias de análisis implementadas se logró evidenciar un grupo prominente de metáforas lingüísticas afines en términos semánticos, discursivos y cognitivos. Se trata de metáforas que refieren a la protesta social chilena como guerra. En consecuencia, proponemos la metáfora conceptual LA PROTESTA ES UNA GUERRA en el contexto de grafitis referidos a la protesta social en Chile. Tal metáfora manifiesta una EB que se define por la siguiente fórmula:

[Un Guerrero lucha contra un Enemigo por un Objetivo]

Esta EB se compone de tres participantes fundamentales: un Guerrero, un Enemigo y un Objetivo del Guerrero.

4.1 El Guerrero

El Guerrero representa fundamentalmente al pueblo de Chile, en especial a los manifestantes. Es referido como un ente colectivo que desempeña la acción de luchar contra el Enemigo. Su carácter colectivo se evidencia en el uso de verbos en plural (“LOS COMUNISTAS ESTÁN EN LA LUCHA” o “AHORA VAMOS POR TU CABEZA…”), nombres de carácter metonímico (“EL PUEBLO LUCHA Y GANA”) o modificadores que denotan colectividad (“…GUERRA SOCIAL”).

El Guerrero también se conceptualiza como un ente más bien indefinido; rasgo manifiesto en el hecho de que gran parte de los grafitis no comunican el agente de la acción. Así, se presentan oraciones imperativas (“SIGUE LUCHANDO”, “SAL Y LUCHA”, “LUCHA!” y “LUCHA CTM Y VENCEREMOS”), nominalizaciones de la acción llevada a cabo (“ARRIBA LA LUCHA”, “LA LUCHA CONTINÚA” y “LUCHA ANTICAPITALISTA”), nombres colectivos (“EL PUEBLO QUE LUCHA VENCE” y “ARRIBA EL PUEBLO QUE LUCHA”) o simplemente quedan implícitos los nombres que funcionan como sujeto (“LUCHO X TI MAMÁ”, “VENCEREMOS”, “ARRIBA LXS Q’ LUCHAN” y “agte lxs que luchan” [i.e. “aguante los que luchan”].

En la menor parte de los casos se evidencia un Guerrero más definido, cuando se busca otorgar visibilidad a ciertos grupos políticos y sociales que participan de la acción de lucha o para cuestionar a otros que no la benefician (“LOS COMUNISTAS ESTÁN EN LA LUCHA”, “SECUNDARIAS EN LA LUCHA”, “PROLETARIXS A LA GUERRA”, “Hippie anda a luchar no a bailar” y “JOVEN DROGADO, VICTORIA DEL ESTADO. COMBATE LÚCIDO/A”). En esta línea, la búsqueda por visibilizar la actuación de las mujeres en la protesta, y de desmontar el imaginario machista respecto a cuál debería ser su comportamiento, conlleva a la extensión de la metáfora de guerra especificada en una Manera de lucha del Guerrero (“PELEA COMO MUJER” o “PELEA COMO NIÑA”). Por último, el lenguaje inclusivo usado en la codificación de Guerrero otorga cierta definición política a sus referentes, respecto a las formas tradicionales de clasificar el género: “GUERRA DE CLASES RECONÓCETE PROLETARIX”, “PROLETARIXS A LA GUERRA”, “ARRIBA LXS Q’ LUCHAN”, “agte lxs q luchan” y “NO + PRESXS POR LUCHAR NO + SENAME”.

El Guerrero desempeña un rol activo inherente. Él es quien participa directamente en la lucha. Sin embargo, también se presentan grafitis bélicos que le otorgan un papel más bien pasivo, de resistir el enfrentamiento, de no darse por vencido o bien de soportar el contexto bélico al que está expuesto. Considérese los siguientes ejemplos con “resistir”: “RESISTE ¡LUCHA!”, “RESISTE PUEBLO RESISTE”, “EL PUEBLO RESISTE!” y “SOMOS RESISTENCIA”. En esta conceptualización particular destaca la colocación frecuente de nombres que apelan a minorías sexuales: “LAS MARICAS RESISTIMOS”, “¡RESISTE LESBIANA!”, “RESISTE MARICA”, “RESISTE MUJER TRANS”, “RESISTE TRANS” y “resiste no binarie”. En este mismo sentido, se presentan nombres propios que apelan a entidades de índole territorial: “CONCE RESISTE”, “resiste Latinoamérica”, “WALLMAPU RESISTE” y “PACHAMAMA RESISTE”.

Principalmente, dada la aparición de nombres de territorios en función de sujeto de “resistir”, la conceptualización de un Guerrero que soporta el embate del Enemigo se difumina o pareciera no ser aplicable a cualquier entidad. Bien puede argumentarse que “resiste Latinoamérica” o “PACHAMAMA RESISTE” conceptualizan entes vulnerados por los efectos de la guerra, asociables con el bando del Guerrero, a los cuales este debe proteger. Esta última interpretación es coherente con otras metáforas que refieren territorios como víctimas de abusos (e.g. AMÉRICA FUE VIOLADA) o a las que se exhorta su liberación (“LATINOAMERICA SERÁ LIBRE, NEGRA Y FEMINISTA”, “WALLMAPU LIBRE”, “AGUAS LIBRES” y “RÍOS LIBRES”). Asimismo, el hecho de que sean frecuentes las alusiones a minorías sexuales como entidades a las que se les demanda resistir acentúa una aparente situación de vulnerabilidad especial de dichos grupos en el encuadre bélico que configuran los grafitis.

4.2 El Enemigo

La conceptualización metafórica del Enemigo involucra diferentes esferas de la sociedad, las cuales pueden ser resumidas en dos dominios metas más generales. En primer lugar, establecemos el dominio SISTEMA POLÍTICO-ECONÓMICO, que integra, por un lado, la política institucional chilena y a sus representantes, entre cuyas figuras más palpables están el presidente Sebastián Piñera (en ejercicio en el momento de la crisis), políticos de gobierno, el Estado y Carabineros de Chile; por otro lado, se ubica el modelo capitalista-neoliberal chileno. En este apareamiento los referentes más abstractos tienden a ser expresados por medio de personificaciones, las cuales permiten atribuir cualidades humanas, por ejemplo, a instituciones, tales como la capacidad de morir (e.g. “MUERTE A LA YUTA” o “MUERTE AL ESTADO”), de guerrear (e.g. “EL CAPITAL CARGA, EL GOBIERNO APUNTA, LA POLICÍA DISPARA”) o de vencer en un enfrentamiento (“…VICTORIA DEL ESTADO”).

Tales personificaciones del Enemigo, así como otras que refieren territorios pero que se relacionan con el elemento Guerrero (e.g. “CONCE RESISTE” o “WALLMAPU RESISTE”), se basan en metonimias conceptuales, como LA INSTITUCIÓN POR EL(LOS) MIEMBRO(S) DE LA INSTITUCIÓN o LA UBICACIÓN POR LO UBICADO (Kövecses, 2010; Barcelona, 2012). Este proceso cognitivo se define por otorgar acceso mental a una entidad conceptual por medio de otra en el marco de un mismo dominio (Kövecses, 2010, p. 173). En un caso como “…LA POLICÍA DISPARA”, se accede metonímicamente al elemento ‘los agentes de policía’ por medio de otro más abstracto, ‘la policía’, dinámica que habilita la personificación. Este último fenómeno participa de manera relevante en la metáfora LA PROTESTA ES UNA GUERRA en la medida en que al conceptualizar las instituciones o el modelo económico chileno como personas se posibilita la configuración de la EB de guerra, la cual se define por el enfrentamiento entre dos bandos humanos contrarios entre sí.

Una segunda conceptualización del Enemigo repara en las relaciones de subordinación y opresión hacia las mujeres que se han cimentado en la sociedad; se trata de un fenómeno estructural, que desde el feminismo se ha denominado “patriarcado”2 (término explicitado en el grafiti “MUERTE AL PATRIARCADO”). Desde el perjuicio de la internalización de las relaciones patriarcales en los individuos es posible entender expresiones bélicas que apelan a la autoestima de las mujeres (e.g. “MUJER A(R)MATE”). Incluso, como señalan Fernández y Moreno (2019), la crítica feminista se vincula además con las relaciones sociales de autoridad (“MATA AL AMO Y AL AMOR ROMÁNTICO”). Sin embargo, las metáforas que adquieren más notoriedad son aquellas que rechazan representaciones machistas o que apuntan a la violencia sexual (e.g. “MUERTE AL MACHO VIOLADOR”, “MUERTE AL VIEJO VERDE” o “FUEGO A LOS VIOLADORES”). Algunas de estas representaciones corresponden a estereotipos sociales (e.g. “…MACHO” o “…VIEJO VERDE”), los cuales también son expresados mediante personificaciones metonímicas (cfr. con otras expresiones no bélicas como “ABORTA TU KIKE MORANDÉ3 o “ABORTA TU PRINCESA INTERNA”). En suma, proponemos el dominio SISTEMA PATRIARCAL como el segundo implicado en la conceptualización del Enemigo; apareamiento que se contextualiza en el campo de protesta feminista.

En la codificación del Enemigo destaca su lexicalización por medio de nombres en posición final dentro de expresiones exclamativas bimembres de predicación nominal, que comunican rechazo hacia el referente expresado. Es habitual el uso de la fórmula “muerte a…” (e.g. “MUERTE A LA YUTA”, “MUERTE AL VIEJO VERDE”, “MUERTE AL POLITIKO”, “MUERTE A PIÑERA”, “muerte a Piñera, trabajo en la funeraria” [escrito afuera de una funeraria], “MUERTE AL PACO”, “MUERTE AL PACO QL”, “MUERTE AL MACHO Y AL PACO”, “MUERTE A LOS JUECES, “MUERTE AL MACHO VIOLADOR”, “MUERTE AL ESTADO, entre otras). O, también, la fórmula “fuego a…”: “FUEGO A LA YUTA”, “FUEGO A LA YUTA ASESINA”, “FUEGO A LA YUTA BASTARDA”, “FUEGO A LOS MACHOS”, “FUEGO A LOS VIOLADORES” y “FUEGO AL PACO”. Consideramos que patrones lingüísticos como estos son coherentes con el dominio GUERRA no sólo en virtud de su léxico sino también en conjunción con su sintaxis, asemejándose a aquellas construcciones empleadas típicamente en campos de interacción militar (e.g. expresiones interjectivas como “¡Fuego!” [Real Academia Española, 2014]).

Cabe señalar que el Enemigo es representado por los grafitis principalmente como blanco del despliegue militar del Guerrero. Es decir, la operatoria de las instituciones o el modelo económico no se comprende decididamente en términos bélicos. Más bien, los grafitis tienden a destacar el malestar que tales referentes provocan en los manifestantes. Son realmente escasas las muestras en las que el Enemigo emerge como un ente activo de acción beligerante. Una excepción es el grafiti “EL CAPITAL CARGA, EL GOBIERNO APUNTA, LA POLICÍA DISPARA”, el cual puede ser interpretado como un develamiento de las tácticas militares del Enemigo desde la posición del Guerrero. En cambio, el funcionamiento del sistema o su institucionalidad se asocia con la criminalidad o la delincuencia. Nótese los siguientes grafitis: “LA TV CALLANDO TAMBIÉN ESTÁ MATANDO”, “LOS BANCOS NOS SAQUEAN LA VIDA”, “CGE COGOTEA ASESINOS DE LA TIERRA, “ESTADO CORRUPTO Y FASCISTA” o “EL ESTADO MATA, ROBA Y MIENTE".

4.3 Los Objetivos del Guerrero

Los Objetivos del Guerrero se dividieron en dos conceptualizaciones metafóricas más específicas, las cuales podemos referir como CONSEGUIR DEMANDAS SOCIALES ES GANAR UNA GUERRA y DEMANDAR JUSTICIA POR LAS VÍCTIMAS DE LA ACCIÓN DEL ESTADO ES VENGAR A LAS VÍCTIMAS DE LA ACCIÓN DEL ENEMIGO.

La primera conceptualización presenta metáforas lingüísticas que explicitan el objetivo prototípico de cualquier enfrentamiento, esto es, la victoria de un bando frente al otro (e.g. “HASTA LA VICTORIA”, “VAMOS A GANAR Y SERÁ HERMOSO”, “HASTA VENCER O MORIR”, “VENCEREMOS” o “YA NO NOS VENCISTE #RINDETEPIÑERA”). En escasos grafitis se desarrolla (aunque parcialmente) qué se entiende por victoria, la cual interpretamos como una demanda por una mejor calidad de vida: “SOLO UN PUEBLO ORGANIZADO QUE LUCHA MATA AL VIRUS DE LA POBREZA”, “LUCHA POR LA DIGNIDAD”, “VENCER PARA VIVIR”, “ES LUCHANDO COMO AVANZA EL PUEBLO” o “LUCHO X TI MAMI”. Como logra observarse, cuando se enuncian las demandas de la protesta, o bien no se usan metáforas lingüísticas, o bien estas no aportan a la configuración de la EB. En este sentido, se evidencia un fenómeno de ‘combinación de metáforas’ (Semino, 2008; Kövecses, 2010), en el cual se mezclan en un mismo contexto lingüístico usos metafóricos basados en dominios fuente disímiles entre sí (e.g. “…PUEBLO ORGANIZADO QUE LUCHA MATA AL VIRUS DE LA POBREZA” o “ES LUCHANDO COMO AVANZA EL PUEBLO”).

En la segunda conceptualización, es la demanda de justicia para las personas que fueron agraviadas o que resultaron muertas por la acción estatal la que se representa como un Objetivo del Guerrero. Si reparamos en el contexto histórico nacional en el que se circunscribe el uso de las metáforas, podemos comprender, por ejemplo, “X LO PEÑI CAÍDO” como una referencia a aquellos mapuches que han sido muertos por la acción de agentes del Estado, como fue el caso de Camino Catrillanca el 2018. Así también, “POR LOS CAÍDOS LUCHAMOS HASTA VENCER O MORIR”, “por todos los caídos ni un paso atrás” o “HASTA QUE DEVUELVAN LOS OJOS Y LAS VIDAS” entendemos que apelan a los casos de civiles asesinados y cuyos ojos fueron mutilados por agentes del Estado en el contexto de la protesta social posterior a octubre de 2019.

Tal conceptualización de la protesta como un acto bélico de venganza se basa, proponemos, en el conocimiento enciclopédico compartido sobre la necesidad de vengar muertes o agravios como objetivo de guerra. Además, este Objetivo del Guerrero se estructura a partir de metáforas conceptuales convencionalizadas no bélicas, tales como ABAJO ES MALO (o más específicamente, CAER ES MORIR) y DEVOLVER ALGO ES DESAGRAVIAR.

5. Discusión

Los grafitis analizados manifiestan un patrón sistemático de metáforas lingüísticas que conceptualizan la protesta social chilena como una guerra. El mapeo de dicho apareamiento metafórico importa una EB, en la que un Guerrero se opone a un Enemigo en búsqueda de un Objetivo. Este último elemento se correlaciona con aspectos generales sobre las guerras, como la necesidad de vencer el enfrentamiento o de aniquilar al enemigo, aunque también con la necesidad de vengar a las víctimas del bando del Guerrero. La metáfora instala una dicotomía conceptual que distingue entre un grupo valorado positivamente (asociado con el Guerrero) y otro negativamente (el Enemigo). Sugerimos que esta división tiende a polarizar la posición de los participantes en el conflicto social chileno.

Dado los resultados anteriores, creemos perentorio referirnos al uso de metáforas bélicas por parte del presidente Sebastián Piñera, empleadas en su discurso del 20 de octubre, entre cuyas frases más significativas para la opinión pública estuvo: “Estamos en guerra contra un enemigo poderoso, implacable, que no respeta a nada ni a nadie, que está dispuesto a usar la violencia sin ningún límite” (BBC Mundo, 2019, s/p). Abordamos estas palabras principalmente dado su impacto en el despliegue discursivo de los manifestantes posterior al comienzo de la revuelta (Mayol, 2019; Valenzuela-Valenzuela y Cartes-Velásquez, 2020). Como relata Valenzuela-Valenzuela y Cartes-Velásquez (2020), el uso continuo de metáforas bélicas en dicho discurso “llevó a que los manifestantes se apropiaron de la palabra a través de la consigna “no estamos en guerra” (…), dándole nueva fuerza al movimiento que se intentaba frenar desde el Gobierno central” (p. 52). Es más, dicha frase también está presente en algunos de los grafitis recopilados en el presente estudio.

Imagen 2. “NO ESTAMOS EN GUERRA”, grafiti en los Tribunales de Justicia de Concepción

A partir de lo expuesto, se constata una aparente divergencia entre la metáfora de guerra propuesta y el rechazo extendido en la población chilena de una metáfora bélica semejante enunciada por Sebastián Piñera. Tal situación la podemos explicar parcialmente de la siguiente forma: la metáfora LA PROTESTA ES UNA GUERRA estructura y enfatiza ciertos aspectos de las manifestaciones nacionales, por ejemplo, el malestar frente a las instituciones y la cultura patriarcal o el compromiso de los manifestantes. En cambio, el discurso de Sebastián Piñera conceptualiza y, más aún, valida que la respuesta del Estado frente al levantamiento popular deba llevarse a cabo como si se tratase de una ofensiva militar, algo no evidenciado en los grafitis. En este sentido, el enunciado “NO ESTAMOS EN GUERRA” niega ciertos aspectos de la protesta entendida como guerra, por ejemplo, las correspondencias entre la estrategia del Estado para lidiar con las manifestaciones y una estratagema bélica o entre la gente que protesta y el blanco de dicho ataque.

En adición, debe considerarse que los grafitis analizados pueden estar más o menos motivados por un contexto real de agitación social, represión policial, organización entre manifestantes y enfrentamiento directo entre estos y Carabineros de Chile. En este sentido, no es extraño que la conceptualización de la protesta como guerra se extienda (aunque más bien aisladamente, según los resultados) hasta mapear el actuar del sistema político-económico en términos beligerantes, como ocurre con la metáfora “EL CAPITAL CARGA, EL GOBIERNO APUNTA, LA POLICÍA DISPARA”.

Una segunda motivación contextual que puede explicar la metáfora LA PROTESTA ES UNA GUERRA radica en el tipo de discurso que constituye el grafiti. Gándara (2020) lo define como un discurso político; y en cuanto tal, según la literatura en la materia, es frecuente que incorpore metáforas de guerra (Chilton, 2004; Semino, 2008; Musolff, 2016). Así, se cumplen en los grafitis analizados las funciones que desempeñan las metáforas bélicas en el discurso político descritas por Semino (2008, pp. 100-101), a saber: la tendencia a enfatizar la agresividad, gravedad y urgencia de los conflictos políticos y a dramatizar la oposición entre sus participantes. Sin embargo, creemos que dimensiones como el compromiso político e incluso identitario con la protesta por parte de los manifestantes, la colaboración o comunión entre estos y su unión frente a un propósito común adquieren especial importancia en el caso de los grafitis. Por último, cabe señalar que Valenzuela-Valenzuela y Cartes-Velásquez (2020) reportan que las metáforas usadas en los discursos presidenciales de Sebastián Piñera vinculados con el estallido social tienden a referir a las protestas como un obstáculo en un camino (este último asociado con el progreso nacional), que debe ser destruido, cuestión que contrasta con la conceptualización evidenciada en los grafitis.

6. Conclusiones

Establecemos como principales conclusiones del presente estudio las siguientes:

1. Se constata una asociación sistemática entre el dominio de la protesta social en Chile con el dominio de la guerra en los grafitis analizados. Esta metáfora conceptual, que llamamos LA PROTESTA ES UNA GUERRA, destaca aspectos de la protesta como: i) la oposición entre el pueblo chileno y las instituciones políticas, el modelo económico y el sistema patriarcal; ii) el compromiso y proeza de los manifestantes, así como su comunión y cooperación en virtud de ideales comunes; iii) el potencial de la protesta como medio posible de cambio social; iv) y la gravedad del conflicto chileno.

2. La EB de la metáfora establecida se define por la correlación conceptual en la que un guerrero se enfrenta a un enemigo por una misión. La EB otorga relevancia al actuar del guerrero, asociado con el pueblo chileno, en especial con los manifestantes, el cual es representado como un ente colectivo y difuso, a pesar de que ciertos grupos políticos o sociales adquieren cierta especificidad. Sobresalen las minorías sexuales a este respecto. El enemigo es relevado preferentemente como el ente a quien va dirigida la acción del guerrero, su extensión conceptual, en este sentido, es más bien acotada. Es el sistema, el estado de cosas, preferentemente en sus dimensiones políticas, económicas y de género, el cual se corresponde con el enemigo. La misión del guerrero tampoco es profundizada en gran medida en términos conceptuales, este no expresa un perfil ideológico claro y su contenido es más bien no propositivo, si bien es patente en los grafitis la aspiración a un cambio social que beneficie a la ciudadanía.

3. Con respecto a la codificación lingüística de la metáfora propuesta, destacamos el uso de cláusulas imperativas (e.g. ¡RESISTE LESBIANA! o SECUNDARIO A LUCHAR!) y exclamativas bimembres sin verbo (e.g. “MACHETE AL MACHOTE” o “MUERTE A LA YUTA”). Afirmamos que el mapeo de la metáfora propuesta muchas veces no solo integra un material léxico atribuible al dominio GUERRA sino también patrones sintácticos complementarios al léxico. Ambas dimensiones dan paso a construcciones lingüísticas con sentido completo que se ajustan con un marco conceptual de la guerra, pues resultan semejantes a las empleadas prototípicamente en un campo de interacción bélico (considérese las formas “¡LUCHA!”, “MUERTE A PIÑERA” o “VENCEREMOS”).

4. El alcance de la metáfora propuesta en los grafitis se explica parcialmente por aspectos del contexto social. Extensiones metafóricas como DEMANDAR JUSTICIA POR LAS VÍCTIMAS DE LA ACCIÓN DEL ESTADO ES VENGAR A LAS VÍCTIMAS DE LA ACCIÓN DEL ENEMIGO se basan en situaciones de abuso policial y de graves violaciones a los derechos humanos acaecidas durante las protestas iniciadas en 2019.

5. Se constata un uso extendido en los grafitis no solo de metáforas sino también de metonimias lingüísticas, cuestión que se explica por la concisión y alta densidad semántica característica de este género (Gándara, 2020); metáfora y metonimia interactúan en la configuración de personificaciones, especialmente, en la conceptualización del enemigo. Gracias a estas personificaciones de las instituciones, el modelo económico o las relaciones patriarcales, la EB logra ser configurada, pues implica el enfrentamiento entre entes humanos. Desde tales personificaciones también se infiere que la acción del guerrero puede acabar con el enemigo; conocimiento metafórico en el que se fundamenta la creencia en una posibilidad real de cambio social a través de la protesta.

Creemos necesario que en futuros estudios se ahonde en aspectos como el rol de la metonimia en el género grafiti. En vinculación con las metáforas, se puede indagar en cómo el uso de diferentes tipos de metonimia resulta en personificaciones disímiles entre sí; conforme a esto se puede profundizar en el mecanismo de interacción entre metáfora y metonimia conceptual con ejemplos reales de uso.

Asimismo, una descripción cognitiva más completa de los usos metafóricos en los grafitis debería considerar dos aspectos extralingüísticos relevantes; por un lado, la naturaleza multimodal del género; investigaciones podrían incorporar parámetros como color, tamaño, simbología asociada, etc.; por otro lado, su carácter reproducible: grafitis exactos, en términos de contenido lingüístico, estaban presentes en diferentes puntos de una misma zona geográfica, incluso, en ciudades tan lejanas como Concepción y Santiago (e.g. “OJO X OJO”, “ESTADO ASESINO” o “ABAJO EL SENAME”). En consecuencia, creemos que estudios mixtos podrían integrar variables cuantitativas que den cuenta, por ejemplo, del mayor o menor grado de convencionalización de las conceptualizaciones metafóricas.

Finalmente, mantenemos que parte de la relevancia de esta investigación dice relación con el otorgamiento de evidencias relativas a la conceptualización ciudadana y, más aún, de los propios manifestantes sobre la protesta en Chile. El grafiti y los discursos políticos no institucionalizados, en general, han sido escasamente abordados en LC. En comparación, los estudios que reparan en los discursos presidenciales y de las élites políticas acumulan un extenso repertorio, especialmente en el campo de la metáfora (Musolff, 2016).

Financiamiento y agradecimientos

Estudios de doctorado financiados por CONICYT: CONICYT-PFCHA/Doctorado Nacional/2020-21201274.

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Notas

1. Los ejemplos de metáforas lingüísticas serán destacados en negrita cuando se presenten al interior de un enunciado.

2. La académica feminista Cynthia Enloe (2019) explica ‘patriarcado’ de la siguiente manera:

El patriarcado es el sexismo cotidiano, pero es más que el sexismo cotidiano. El patriarcado adopta la misoginia, pero se alimenta de algo más que de la misoginia. El patriarcado produce la desigualdad de género, pero sus consecuencias van mucho más allá de la desigualdad de género. (p. 23)

Se trata de “un sistema —una red dinámica— de ideas y relaciones particulares” que no es frágil ni estático sino “sorprendentemente adaptable” (Enloe, 2019, p. 23)

3. Conductor del programa de TV chilena “Morandé con Compañía” que ha sido cuestionado por transmitir conductas machistas.