Fonemas segmentales del mapudungun hablado en Icalma y configuración de un perfil fonético-fonológico del cordón cordillerano de habla mapuche-pewenche
Segmental phonemes of the spoken Mapudungun in Icalma and configuration of a phonetic-phonological profile of the Mapuche-Pewenche-speaking mountain range
Citación: Urrea Ancanao, P. A. & Salamanca Gutiérrez, G. F. (2021). Fonemas segmentales del mapudungun hablado en Icalma y configuración de un perfil fonético-fonológico del cordón cordillerano de habla mapuche-pewenche. Logos: Revista de Lingüística, Filosofía y Literatura, 31(2), 220-236. doi.org/10.15443/RL3113
Resumen: Este artículo presenta los fonemas segmentales del mapudungun hablado en Icalma y un perfil fonético-fonológico de parte importante del cordón cordillerano de habla pewenche. El marco de referencia utilizado es el descriptivismo norteamericano, cuyas propuestas provienen de Pike (1947) y se actualizan en los trabajos de Burquest (2006) y Salamanca, Cifuentes y Figueroa (2011). El instrumento utilizado fue una lista léxica de 108 ítems y la cantidad de colaboradores entrevistados fue de nueve. Con respecto a la descripción fonético-fonológica del mapudungun hablado en la zona, destacan los siguientes resultados: a) predominan las realizaciones fricativas áfonas [f] y [θ]; b) los fonos interdentales [t̟], [n̟] y [l̟], y el fono fricativo velar [ɣ], tienen estatus fonémico; y c) el fono [ʃ] no ocurre en la zona. Por otra parte, si se compara el mapudungun hablado en Icalma con el de Alto Bío-Bío, Lonquimay y Curarrehue, se aprecia, en general, una mayor afinidad con el mapudungun hablado en esta última zona.
Palabras clave: Mapuche - mapudungun - pewenche - fonología del mapuche - mapuche hablado en Icalma
Abstract: This article presents the segmental phonemes of the spoken Mapudungun in Icalma and a phonetic-phonological profile of a large part of the Pewenche-speaking mountain range. The frame of reference used is the American descriptivism, whose proposals come from Pike (1947) and are updated in the works of Burquest (2006) and Salamanca, Cifuentes and Figueroa (2011). A lexical list of 108 items was used as the instrument and the number of collaborators interviewed was nine. In relation to the phonetic-phonological description of the spoken Mapudungun in the area, these are the main results: a) voiceless fricative realizations [f] and [θ] predominate; b) interdental segments [t̟], [n̟] and [l̟], and the velar fricative segment [ɣ] have phonemic status; and c) the segment [ʃ] does not occur in the area. Furthermore, if the spoken Mapudungun in Icalma is compared with those in Alto Bio-Bio, Lonquimay and Curarrehue, a greater affinity with the spoken Mapudungun in the latter zone can be seen.
Keywords: Mapuche - Mapudungun - Pewenche - Mapuche phonology - spoken Mapuche in Icalma
1. Introducción
En el contexto de las investigaciones sobre el mapudungun, existen algunos trabajos que se ocupan de manera focalizada, o en parte, de los aspectos fonético-fonológicos de las zonas de habla pewenche. En esta línea, uno de los trabajos pioneros es el que realizó Sánchez (1989), en la zona de Alto Bío-Bío. Este lingüista presenta una transcripción de una serie de relatos proporcionados por un hablante de la comunidad de Cauñicú. A partir de ello, propone un inventario fonológico de 23 fonemas segmentales: 6 vocales y 17 consonantes. En cuanto al inventario consonántico, el autor destaca que “ocurren solamente los fonemas fricativos sonoros /v/ y /d/, con exclusión total de /f/ y /θ/” (Sánchez, 1989, p. 292). Además, señala que las interdentales [t̟], [n̟] y [l̟] no poseen estatus de fonema, pues “su ocurrencia no es regular en todos los hablantes” (Sánchez, 1989, p. 293). Por último, la semiconsonante [ɣ] no poseería estatus fonémico, puesto que solo sería un apoyo de la sexta vocal (/ï/, en su notación).
Una década después, Salamanca (1997) presenta una investigación realizada también en Alto Bío-Bío; específicamente, en la comunidad de Malla Malla. En dicho trabajo propone un inventario de 27 fonemas segmentales: 6 vocales, 3 semiconsonantes y 18 consonantes. En cuanto a las vocales, Salamanca destaca dos alófonos para el fonema “/ü/”, asociados a la posición dentro de la palabra. Así, “[ü]: alta, posterior, no redondeada, ocurre en posición inicial y final absolutas, mientras que [ə]: media, central, no redondeada, ocurre en todos los contextos, excepto en posición inicial” (Salamanca, 1997, p. 115). Asimismo, asigna estatus fonémico a las interdentales [t̟], [n̟] y [l̟], a las fricativas [v], [ð] y [ɣ], y a la africada [ʧ͡]. Por último, y en sintonía con lo propuesto por Sánchez, en esta variante [ʃ] no ocurriría ni siquiera como fono.
En 2015, Sánchez Pérez y Salamanca presentan una descripción del mapuche hablado en Lonquimay. Los autores proponen un inventario fonológico de 24 fonemas segmentales: 6 vocales y 18 consonantes. En cuanto a los hallazgos, destaca la asignación de estatus fonémico a los fonos interdentales [t̟], [n̟] y [l̟]. Por otra parte, el fono africado [ʧ͡] tiene estatus de fonema en la zona y presenta como alófono el fono fricativo [ʃ], aunque este último tuvo escasas ocurrencias. Asimismo, destaca el estatus de fonemas de las realizaciones sonoras [v] y [ð] (es decir, /v/ y /ð/) y del fono fricativo velar [ɣ] (es decir, /ɣ/).
Por último, en 2016, Pérez Arce y Salamanca proponen una descripción del mapudungun hablado en Curarrehue. Dentro de sus hallazgos, destaca el estatus de fonema del fono [ʃ], situación que no había sido reportada anteriormente en las descripciones de zonas pewenche. Asimismo, destacan las realizaciones mayoritariamente sordas en los fonemas /f/ y /θ/, y que [s] no es interpretado como un fonema aparte, sino como un alófono de este último fonema. Finalmente, los fonos interdentales [t̟], [n̟] y [l̟] presentan estatus fonémico en la zona, al igual que el fono fricativo velar [ɣ].
Como se observa, estos estudios dan cuenta de simetrías y desfases importantes en la fonología del cordón cordillerano de habla pewenche. Sin embargo, hasta el momento no había sido posible establecer un perfil fonético-fonológico de esta macro zona, debido a que uno de sus sectores prominentes (Icalma) no se había incluido como foco de estudio. En este contexto, nuestro artículo no sólo contribuye al conocimiento de un sector relevante del cordón cordillerano de habla pewenche, sino que, a través de la comparación con otros sectores cordilleranos, aporta con un insumo fundamental para la actualización de la variación dialectal del mapudungun desde un punto de vista fonético-fonológico.
2. Marco de referencia
2.1 Premisas para el análisis fonémico y análisis distribucional
Como ha sido característico en las descripciones fonético-fonológicas clásicas de las lenguas minorizadas de Chile, en general, y del mapudungun, en particular, el marco de referencia que se ha utilizado en esta investigación es el análisis distribucional. Las premisas centrales de este enfoque, de acuerdo con Pike (1947) y los refinamientos realizados, entre otros, por Burquest (2006), son las siguientes: a) los sonidos tienden a estar influenciados por el ambiente en que aparecen, b) los sistemas de sonidos tienden a ser simétricos y c) series de sonidos ejercen una presión estructural en la interpretación fonémica de segmentos o series fónicas sospechosas. Una descripción de cada una de ellas, con ejemplos del mapudungun, se encuentra en Echeverría (1964).
De acuerdo con Pike (1947) y Burquest (2006), para determinar el estatus fonémico de los sonidos articulatoriamente similares (“pares sospechosos”, en el metalenguaje de este marco de referencia), se debe establecer el tipo de relación en que estos fonos se encuentran. Así, existen tres posibilidades: que los fonos ocurran en contextos mutuamente excluyentes, esto es, que se encuentren en Distribución Complementaria; que los fonos se intercambien en el mismo contexto, sin que ello conlleve un cambio de significado, es decir, que se encuentren en Distribución Alternante o Variación Libre; y que los fonos se intercambien en un mismo contexto, o en un contexto análogo, y esto conlleve un cambio de significado, es decir, que los fonos se encuentren en Distribución Contrastante por par mínimo o par submínimo. De ocurrir cualquiera de los dos primeros casos, los fonos en cuestión se considerarán alófonos del mismo fonema; de ocurrir la tercera opción, en cambio, se considerará que son alófonos de distintos fonemas.
Puede ocurrir también que dos fonos cuyo estatus de fonemas diferentes ya se ha probado, en algunos ítems léxicos específicos puedan alternar. Si este es el caso, ocurre una Fluctuación de Fonemas. Por ser un fenómeno frecuente en lenguas de tradición oral, como el mapudungun, la fluctuación de fonemas ha sido objeto de estudio tanto desde una perspectiva teórica ―como se aprecia en los trabajos de Key (1976), Salas (1992) y Salas y Poblete (1997)―, como descriptiva ―como se aprecia en todos los trabajos referidos en la introducción de este artículo.
2.2 Determinación de la forma básica del fonema
Los aspectos teórico-metodológicos descritos son relevados también por Salamanca, Cifuentes y Figueroa (2011), pero, junto con ello, complementan estas propuestas con algunas consideraciones que se deben tener presentes al momento de proponer la forma básica/representativa del fonema. Estas consideraciones son:
1) Plausibilidad de la direccionalidad del cambio. Es decir, la forma básica del fonema “será aquel fono que permita enunciar una regla con la mayor plausibilidad fonética posible” (Salamanca, Cifuentes & Figueroa, 2011, p. 126).
2) Simetría del sistema. Esto es, la forma básica del fonema será aquella que tribute a una descripción más simétrica.
3) Fonotaxis de los fonos en cuestión. Es decir, la forma básica del fonema corresponderá a aquel fono que presente una mayor distribución (esto es, que ocurra en más contextos).
4) Frecuencia de la realización. Es decir, la forma básica del fonema corresponderá a aquel fono que ocurra en más ocasiones. De acuerdo con los autores, este criterio está subordinado a los anteriores y “es aplicable en aquellos casos donde los otros criterios no apliquen” (Salamanca, Cifuentes & Figueroa, 2011, p. 127).
3. Metodología
3.1 Tipo de estudio y objetivos de investigación
La presente investigación tiene un enfoque metodológico fundamentalmente cualitativo. Además, tiene un alcance descriptivo y se adscribe a los postulados del descriptivismo clásico norteamericano. La investigación es descriptiva en la medida que se busca rescatar las características de los fenómenos que son foco del estudio (Hernández, Fernández & Baptista, 2006, p. 80), es decir, de las unidades fónicas segmentales.
Los objetivos que nos propusimos fueron los siguientes: a) determinar los fonos que se presentan en el mapudungun hablado en la zona de Icalma; b) determinar los fonemas segmentales, y sus respectivas realizaciones alofónicas, del mapudungun hablado en Icalma; y c) determinar los rasgos afines y diferenciadores del mapudungun hablado en Icalma con respecto al mapudungun hablado en otras zonas pewenche.
3.2 Recolección de los datos
3.2.1 Zona
Los datos fueron recogidos en la zona de Icalma, comuna de Lonquimay. Este sector cordillerano se ubica a 135 kilómetros de Temuco y es una zona fronteriza con Argentina. El macro-sector Icalma se compone de distintas comunidades, distribuidas alrededor del lago del mismo nombre. Para llevar a cabo este estudio, se aplicaron entrevistas a colaboradores de las siguientes comunidades: Longko Domingo o Rincón Icalma, Coihueco, Icalma-pewenche y Huenucal Ivante. Cabe precisar que todos los sectores mencionados anteriormente se ubican en la ribera sur del lago Icalma.
Imagen 1. Mapa de la zona estudiada1
3.2.2 Colaboradores
Para la presente investigación, se entrevistó a 9 colaboradores adultos (entre 40 y 75 años), 6 de sexo masculino y 3 de sexo femenino, hablantes nativos de mapudungun y pertenecientes a distintas comunidades que componen el macro-sector Icalma. Todas las entrevistas se desarrollaron en las casas de los colaboradores en un clima de cordialidad y distensión.
3.2.3 Instrumento
El instrumento que se utilizó en esta investigación corresponde a una lista léxica empleada inicialmente por Saldivia (2016) en la zona lafkenche de Los Álamos. Esta lista, que tiene como base la utilizada por Croese (1980) y Henríquez (2013), se escogió porque contiene los ítems necesarios para responder a los objetivos de investigación. En total, contiene 108 ítems, dentro de los cuales destacan algunos para evaluar de manera focal la ocurrencia de los fonos interdentales [t̟], [n̟] y [l̟], y de los fonos fricativos [ɣ] y [ʃ], además de la sonoridad/afonía de los fonemas fricativos interdental y labiodental.
3.2.4 Registro del material
Para registrar auditiva y visualmente los datos, se utilizó una grabadora TASCAM DR-40 y una cámara HANDYCAM SONY DCR-DVD108/DVD308/DVD608/DVD708. Esto permitió revisar los registros las veces necesarias para transcribir el material. El registro de video fue especialmente útil para revisar la ocurrencia de los segmentos interdentales [t̟], [n̟] y [l̟], y labiales [ɸ], [f], [β] y [v].
3.3 Comparación con otras zonas pewenche
Luego de determinar los fonemas y sus alófonos para la zona de Icalma, se estableció una comparación entre estos datos y los obtenidos en otras zonas pewenche: Alto Bío-Bío (Salamanca, 1997; Lillo, 2014), Lonquimay (Sánchez y Salamanca, 2015) y Curarrehue (Pérez y Salamanca, 2016). Específicamente, la comparación se estableció a partir de cuatro puntos prominentes: a) nivel de mantenimiento de los fonemas interdentales /t̟/, /n̟/ y /l̟/; b) sonoridad/afonía de los alófonos de los fonemas fricativo labial y fricativo interdental; c) alofonía de los fonemas retroflejos; y d) estatus fonético y fonológico del segmento fricativo alveopalatal [ʃ]. Con ello, se pudo establecer un perfil fonético-fonológico segmental del cordón cordillerano mapuche-pewenche chileno.
4. Análisis y resultados
4.1 Fonemas segmentales del mapudungun hablado en Icalma2
Los contextos tomados como referencia para determinar la distribución en que se encuentran los fonos analizados fueron los siguientes: para las vocales, #___, C__C y __#; y para las consonantes: #___, V__V, C__V, y __#.
4.1.1 Fonemas vocálicos
Los fonemas vocálicos del mapudungun hablado en Icalma son /a, e, i, o, u, ə/. La realización fonética de cada uno de ellos se presenta a continuación.
- Fonema /a/. Este fonema se realiza fonéticamente como [a]. Por ejemplo: [an̟.’t̟ɯ] ‘sol’.
- Fonema /e/. Este fonema se realiza fonéticamente como [e]. Por ejemplo: [e.’pu] ‘dos’.
- Fonema /i/. Este fonema se realiza fonéticamente como [i]. Por ejemplo: [i.’lo] ‘carne’.
- Fonema /o/. Este fonema se realiza fonéticamente como [o]. Por ejemplo: [oɻ.’kɯn] ‘tomar remedios’. Existe fluctuación de fonemas entre /o/ ~ /u/, como en /o.fəl/ ~ /u.fəl/ ‘sorber fuerte con la boca’.
- Fonema /u/. Este fonema se realiza fonéticamente como [u]. Por ejemplo, [u.’le] ‘mañana’. Existe fluctuación de fonemas entre /u/ ~ /o/, como en /aθ.kin.tun/ ~ /aθ.kin.ton/ ‘mirar’.
- Fonema /ə/. Este fonema presenta dos alófonos en distribución complementaria: [ə], que ocurre en sílaba átona; y [ɯ], que ocurre en sílaba tónica. Por ejemplo: [ə.’ɲɯm] ‘pájaro’. Existe fluctuación de fonemas entre /ə/ ~ /u/, como en /ʈʂo.mə/ ~ /ʈʂo.mu/ ‘nube’.
4.1.2 Fonemas consonánticos
Los fonemas consonánticos del mapudungun hablado en Icalma son /p, t, t̟, k, ʈʂ͡, ʧ͡, f, θ, s, ɻ, m, n, n̟, ɲ, ŋ, l, l̟, ʎ/. La realización fonética de cada uno de ellos se presenta a continuación.
- Fonema /p/. Este fonema se realiza fonéticamente como [p]. Por ejemplo: [pə.’l̟ɯ] ‘mosca’.
- Fonema /t/. Este fonema se realiza fonéticamente como [t]. Por ejemplo: [to.’kʲi] ‘hacha’.
- Fonema /t̟/. Este fonema se realiza fonéticamente como [t̟]. Por ejemplo: [t̟ɯn̟] ‘piojo’. Existe fluctuación de fonemas entre /t̟/ ~ /t/ y entre /t̟/ ~ /ʈ͡ʂ/, como en /t̟a.pəl̟/ ~ /ta.pəl̟/ ‘hoja de árbol’ y /t̟a.pəl̟/ ~ /ʈ͡ʂa.pəl̟/ ‘hoja de árbol’.
- Fonema /k/. Este fonema presenta dos alófonos en distribución complementaria: [k], que ocurre ante vocal no anterior; y [kʲ], que ocurre ante vocal anterior. Por ejemplo, [ku.’ɻɯ] ‘negro’ y [kʲi.’ɲe] ‘uno’. La ocurrencia de [k] ante una mayor cantidad de vocoides (todas las no anteriores) justifica su elección como forma básica del fonema.
- Fonema /ʈ͡ʂ/. Este fonema presenta dos alófonos en variación libre: [ʈʂ] y [ʈ]. Por ejemplo: [ʈʂa.’wa] ~ [ʈa.’wa] ‘piel’. Dado que el fono [ʈʂ] tiene una ocurrencia ostensiblemente mayor que [ʈ] (97%, versus 3%, respectivamente) se lo ha seleccionado como la forma básica del fonema.
- Fonema /ʧ͡/. Este fonema se realiza fonéticamente como [ʧ]. Por ejemplo: [‘ʧaʎ.wa] ‘pescado’. Cabe señalar que en todos los casos en que era expectable la aparición de [ʧ], ocurrió este segmento. De esta forma, y a diferencia de otras variantes del mapudungun, no se detectó alternancia con otro fono y, en consecuencia, es la forma básica del fonema.
- Fonema /f/. Este fonema presenta cuatro alófonos en variación libre: [f], [v], [ɸ] y [β]. Por ejemplo: [ʎaŋ.ka.’fo.ɻo] ~ [ʎaŋ.ka.’vo.ɻo] ~ [ʎaŋ.ka.’ɸo.ɻo] ~ [jaŋ.ka.’βo.ɻo] ‘hombro’. Dado que el alófono [f] ocurre con la mayor frecuencia (64%), ha sido seleccionado como la forma básica del fonema. Por otra parte, es interesante constatar que el porcentaje de realizaciones áfonas se acerca al 90%, mientras que las sonoras apenas superan el 10%. No se presentaron casos de fluctuación de fonemas.
- Fonema /θ/. Este fonema presenta dos alófonos en variación libre: [θ] y [ð]. Por ejemplo: [θo.’mo] ~ [ðo.’mo] ‘mujer’. El fono [θ] es el más frecuente (54%), por lo que fue seleccionado como la forma básica del fonema. Nótese que la diferencia entre el alófono sordo [θ] y el sonoro [ð] es de solo 8 puntos porcentuales (en favor de los fonos áfonos), mientras que la diferencia entre los alófonos sordos y sonoros de /f/ fue de 80 puntos porcentuales (también en favor de los segmentos áfonos).
Nuestros datos reportan una frecuente fluctuación de fonemas entre /θ/ y /s/, como en /θo.mo/ ~ /so.mo/ ‘mujer’. Es interesante esta frecuente fluctuación, porque, en alguna medida, conecta a Icalma con el mapudungun hablado en Curarrehue, donde, de acuerdo con el reporte de Pérez y Salamanca (2016), [s] no solo funciona como una realización de /θ/, sino que es, incluso, uno de sus alófonos3.
- Fonema /s/. Este fonema se realiza como [s]. Por ejemplo, [‘saɲ.we] ‘cerdo’. Existe fluctuación de fonemas entre /s/ ~ /θ/, como en /saŋ.ku/ ~ /θaŋ.ku/ ‘harina tostada remojada con poca agua’.
- Fonema /ɻ/. Este fonema presenta dos alófonos en variación libre: [ɻ] y [ʐ]. Por ejemplo, [ɻeɣ.’le] ~ [ʐeɣ.’le] ‘siete’. Dado que la ocurrencia del fono aproximante [ɻ] es ostensiblemente mayor (95%), lo hemos seleccionado como la forma básica del fonema.
- Fonema /m/. Este fonema se realiza como [m]. Por ejemplo, [məɻ.’kʲe] ‘harina tostada’.
- Fonema /n/. Este fonema presenta dos alófonos en distribución complementaria: [ɳ], que ocurre en coda de sílaba iniciada por consonante retrofleja; y [n], que ocurre en otros contextos. Por ejemplo, [na.’ɣan̟.t̟ə] ‘ocaso’ y [kʲe.’ʈʂaɳ] ‘trigo’. Puesto que el fono [n] presenta una mayor distribución, se lo ha seleccionado como la forma básica del fonema. Por otra parte, hay fluctuación de fonemas entre /n/ y /ɲ/, como en /ʎa.ʎin/ ~ /ʎa.ʎiɲ/ ‘araña’.
- Fonema /n̟/. Este fonema se realiza como [n̟]. Por ejemplo, [n̟a.’mun̟] ‘pie’. Hay fluctuación de fonemas entre /n̟/ ~ /n/, como en /n̟a.mun̟/ ~ /na.mun/ ‘pie’.
- Fonema /ɲ/. Este fonema se realiza fonéticamente como [ɲ]. Por ejemplo, [‘ɲu.kʲe] ‘madre’. Se observa fluctuación de fonemas entre /ɲ/ ~ /n/ y /ɲ/ ~ /n̟/, como en /moʎ.fəɲ/ ~ /moʎ.fən/ ‘sangre’ y /moʎ.fəɲ/ ~ /moʎ.fən̟/ ‘sangre’.
- Fonema /ŋ/. Este fonema presenta dos alófonos en distribución complementaria: [ŋʲ], que ocurre ante vocal anterior; y [ŋ], que ocurre en otros contextos. Por ejemplo, [ŋə.’ɻɯ] ‘zorro’ y [ŋʲi.ʎa.’tun] ‘rogativa’. Dado que [ŋ] ocurre ante una mayor cantidad de vocales, se lo ha seleccionado como la forma básica del fonema. Hay fluctuación de fonemas entre /ŋ/ ~ /ɲ/, /ŋ/ ~ /j/ y /ŋ/ ~ /w/, como en /ŋe/ ~ /ɲe/ ‘ojo’; /lam.ŋen/ ~ /la.mjen/ ‘hermana’ y /lam.ŋen/ ~ /la.mwen/ ‘hermana’.
- Fonema /l/. Este fonema presenta dos alófonos en distribución complementaria: [ɭ], que ocurre en coda de sílaba iniciada por consonante retrofleja; y [l], que ocurre en otros contextos. Por ejemplo, [lif] ‘limpio’ y [‘ʈʂɯɭ.kʲe] ‘piel’. Dado que el fono retroflejo [ɭ] está condicionado por la presencia de otro fono retroflejo, y en consecuencia tiene una distribución más restringida, se ha seleccionado el fono lateral alveolar [l] como la forma básica del fonema.
- Fonema /l̟/. Este fonema se realiza fonéticamente como [l̟]. Por ejemplo, [l̟a.’lai̯] ‘no murió’. Existe fluctuación de fonemas entre /l̟/ ~ /l/, como en /l̟ew.fə/ ~ /lew.fə/ ‘río’. Es importante señalar, además, que en dos colaboradores se produjo de manera consistente la alternancia, incluso el reemplazo, del fonema interdental /l̟/ por el segmento retroflejo lateral [ɭ]4.
- Fonema /ʎ/. Este fonema se realiza como [ʎ]. Por ejemplo: [ʎaŋ.ka.’fo.ɻo] ‘hombro’. Hay fluctuación de fonemas entre /ʎ/ ~ /j/ y entre /ʎ/ ~ /l/, como en /ʎa.ʎin/ ~ /ja.jin/ ‘araña’ y /kaʎ.fu/ ~ /kal.fu/ ‘azul’.
4.1.3 Fonemas semiconsonánticos
Los fonemas semiconsonánticos del mapudungun hablado en Icalma son los siguientes: /j, w, ɣ/. La realización fonética de cada uno de ellos se presenta a continuación.
- Fonema /j/. Este fonema presenta tres alófonos: [j], que ocurre en el premargen silábico, en distribución complementaria con [i̯]; [i̯], que ocurre en el postmargen silábico; y [ʒ], que ocurre en variación libre con [j]. Dado que el fono aproximante [j] ocurre en más contextos que [i̯] y tiene un porcentaje de ocurrencia considerablemente mayor que [ʒ] (91%, versus 9%, respectivamente), lo seleccionamos como la forma básica del fonema.
- Fonema /w/. Este fonema presenta dos alófonos en distribución complementaria: [w], que ocurre en el premargen silábico; y [u̯], que ocurre en el postmargen silábico. Por ejemplo, [wɯn̟] ‘boca’ y [‘leu̯.fə] ‘río’. Existe fluctuación de fonemas entre /w/ ~ /o/ y /w/ ~ /u/, como en /kə.θaw/ ~ /kə.θa.o/ ‘trabajo’; /saɲ.we/ ~ /sa.ɲu.e/ ‘cerdo’.
- Fonema /ɣ/. Este fonema presenta dos alófonos en distribución complementaria: [ɣʲ], que ocurre ante vocal anterior; y [ɣ], que ocurre en otros contextos. Por ejemplo, [ðe.’ɣʲiɲ] ‘volcán’ y [ɣə.’ɲɯm] ‘pájaro’. Dado que el fono [ɣ] ocurre en todos nuestros contextos de referencia y ante una mayor cantidad de vocoides (todas las no anteriores), lo consideramos como la forma básica del fonema. Existe fluctuación de fonemas entre /ɣ/ ~ /ɲ/, /ɣ/ ~ /ŋ/ y /ɣ/ ~ /n/, como en /θe.ɣiɲ/ ~ /θe.ɲiɲ/ ‘volcán’; /θe.ɣiɲ/ ~ /θe.ŋiɲ/ ‘volcán’ y /ɻaɣ/ ~ /ɻan/ ‘greda’.
4.2 Perfil del cordón cordillerano de habla mapuche-pehuenche, a partir de la comparación de los focos relevados por la literatura fonético-fonológica del mapudungun
Para realizar la comparación que se presenta a continuación, se consideraron los datos analizados en esta investigación, además de los presentados por Salamanca (1997) y Lillo (2014), para Alto Bío-Bío; Sánchez y Salamanca (2015), para Lonquimay; y Pérez y Salamanca (2016), para Curarrehue.
4.2.1 Nivel de mantenimiento de los fonemas interdentales /t̟/, /n̟/ y /l̟/
Los siguientes gráficos, que integran la Figura 1, muestran los porcentajes de ocurrencia de los segmentos interdentales /t̟/, /n̟/ y /l̟/ en las cuatro zonas de habla pewenche que hemos tomado como referencia. Estas han sido dispuestas de acuerdo con el eje geográfico norte-sur, a partir del hecho de que la literatura ha relevado la variable geográfica como una de las prominentes al momento de distinguir diferencias dialectales en la fonía segmental del mapudungun5.
Figura 1. Comparación de los porcentajes de ocurrencia de las realizaciones interdentales de los fonemas /t̟/, /n̟/ y /l̟/ en las zonas de Alto Bío-Bío, Lonquimay, Icalma y Curarrehue.
Como se puede observar en el primer gráfico, el alófono interdental [t̟] del fonema /t̟/ presenta un porcentaje de ocurrencia superior al 65% en las cuatro zonas pewenche. Además, aunque el mayor porcentaje de mantenimiento de /t̟/ se da en Alto Bío-Bío, no es posible asociar el nivel de vitalidad con la disposición geográfica de estas zonas, pues no se observa una tendencia a la disminución o aumento de la vitalidad en la medida que se avanza hacia el norte o el sur.
En el segundo gráfico, en tanto, se puede observar el comportamiento del fonema /n̟/. A partir de él, se puede señalar que aun cuando el nivel de vitalidad que presenta este fonema en Lonquimay es más alto que el observado en Alto Bío-Bío, ocurre una disminución del porcentaje de realizaciones interdentales de /n̟/ a medida que se avanza hacia el sur. Así, es posible apreciar que en Alto Bío-Bío y Lonquimay se presentan los porcentajes de vitalidad más altos de este fonema (sobre 70%); mientras que en Icalma y Curarrehue, el porcentaje es más bajo (inferior al 65%).
Por último, al igual que en el caso de /n̟/, el fonema /l̟/ va disminuyendo su nivel de vitalidad a medida que se avanza hacia el sur, alcanzando solo un 33% en Curarrehue, lo que, incluso, permite discutir su estatus de fonema en ese sector. En las zonas más nortinas, en cambio, su porcentaje de vitalidad es igual o superior al 60%.
Por lo tanto, podemos concluir que el grado de mantenimiento de las consonantes interdentales, excepto en el caso de /t̟/, es más alto en las zonas de habla pewenche nortinas (Alto Bío-Bío y Lonquimay) y más bajo en la zonas sureñas de Icalma y, especialmente, Curarrehue.
4.2.2 Sonoridad de los alófonos de los fonemas fricativo labiodental y fricativo interdental
En los gráficos que integran la Figura 2, se presentan, de acuerdo con su sonoridad/afonía, los porcentajes de los fonos fricativos labiales e interdentales en las zonas comparadas.
Figura 2. Comparación de los porcentajes de ocurrencia de los alófonos sordos y sonoros de los fonemas fricativos labiodental e interdental en las zonas de Alto Bío-Bío, Lonquimay, Icalma y Curarrehue.
El primer gráfico muestra el comportamiento de los alófonos del fonema fricativo labiodental en los distintos sectores pewenche. En él, se aprecia que la sonoridad es un rasgo prominente en las zonas pewenche del norte y que, en cambio, en la zona sur predomina el rasgo áfono. En términos más específicos, y en referencia a los extremos, se puede observar que en Alto Bío-Bío el porcentaje de realizaciones sonoras supera el 90%, mientras que en Curarrehue apenas alcanza un 2%.
En el segundo gráfico, se presenta el comportamiento de los segmentos fricativos interdentales [θ] y [ð]. Al igual que en el caso anterior, se puede observar que las variantes sonoras predominan en Alto Bío-Bío y Lonquimay (97% y 94%, respectivamente); mientras que las variantes áfonas predominan en Icalma y Curarrehue (58% y 84%, respectivamente). Además, es interesante destacar lo que ocurre con el sector de Icalma, pues los porcentajes de realizaciones sordas y sonoras son muy similares, lo que permitiría catalogar a esta zona como una suerte de lugar de transición entre el predominio de las realizaciones sonoras y las realizaciones sordas.
Así, para los alófonos de los fonemas fricativo labiodental y fricativo interdental es posible asociar el eje geográfico norte-sur con el eje fonético sonoro-sordo, donde el sector norte (Alto Bío-Bío y Lonquimay) se asocia con el predominio del rasgo sonoro, mientras que el sector sur (Icalma y Curarrehue) se asocia con el predominio del rasgo áfono.
4.2.3 Alofonía de los fonemas retroflejos
A continuación se presentan los porcentajes para los alófonos de los fonemas retroflejos /ʈ͡ʂ/ y /ɻ/, respectivamente, en las distintas zonas de habla pewenche.
Figura 3. Comparación de los porcentajes de ocurrencia de los alófonos de los fonemas africado retroflejo y aproximante retroflejo en las zonas de Alto Bío-Bío, Lonquimay, Icalma y Curarrehue.
El fonema /ʈ͡ʂ/ presenta dos alófonos cuyos porcentajes varían, dependiendo de la zona geográfica. En efecto, para el caso de Alto Bío-Bío y Lonquimay, el alófono [ʈ] tiene un porcentaje de aparición importante (cercano al 20%); en Icalma y Curarrehue, en cambio, su frecuencia disminuye considerablemente, alcanzando, incluso, un 0% en esta última zona. El alófono [ʈʂ], que corresponde a la forma básica del fonema en todas las zonas, en tanto, aumenta sistemáticamente su porcentaje de aparición en la medida en que se avanza hacia el sur, alcanzando un 100% de ocurrencia en Curarrehue.
El fonema /ɻ/ tiene un comportamiento similar, ya que el alófono [ɻ] presenta un porcentaje de ocurrencia de un 79% en Alto Bío-Bío, el que va aumentando hacia el sur, hasta alcanzar un 95% y 90% de ocurrencia en Icalma y Curarrehue, respectivamente. En cuanto al alófono [ʐ], tiene un porcentaje de aparición de entre un 3% y un 10% en las distintas zonas. Por último, el alófono aproximante retroflejo velarizado [ɻˠ] tiene un porcentaje de ocurrencia importante en Alto Bío-Bío (18%); incluso, desplaza a [ʐ] como el segundo alófono con mayor porcentaje de ocurrencia en esta zona. A medida que se avanza hacia el sur, sin embargo, este fono pierde notoriedad, pues en Icalma no se reporta y en Curarrehue apenas alcanza un 1% de ocurrencia.
Así, entonces, en líneas generales, es posible señalar que ambos fonemas retroflejos presentan un mayor porcentaje de innovación intrasistémica en Alto Bío-Bío y Lonquimay, puesto que en esas zonas se presentan los porcentajes de ocurrencia más altos de los alófonos [ʈ] (de /ʈ͡ʂ/) y [ɻˠ] (de /ɻ/), los cuales, en cambio, o no ocurren o tienen un bajísimo porcentaje de ocurrencia en las variantes más meridionales.
4.2.4 Segmento [ʃ]
En la figura 4, se muestran los porcentajes de ocurrencia del fono [ʃ], en comparación con [ʧ], en las distintas zonas que nos ocupan.
Figura 4. Comparación de los porcentajes de ocurrencia de los fonos [ʃ] y [ʧ] en las zonas de Alto Bío-Bío, Lonquimay, Icalma y Curarrehue.
[ʃ] versus [ʧ]
Tal como se puede observar en el gráfico precedente, el fono [ʃ] tiene un comportamiento variado en las distintas zonas de habla pewenche. En efecto, en Alto Bío-Bío y Lonquimay -de acuerdo con los reportes de Sánchez y Salamanca (2015) y Salamanca y Mena (2017) -, este fono tiene una muy escasa ocurrencia (1% y 2%, respectivamente) y constituye un alófono del fonema /ʧ͡/; mientras que en Icalma no se reporta su ocurrencia como alófono, ni, menos aún, como fonema. En la zona de Curarrehue, en cambio, dicho fono posee estatus de fonema. En este sentido, es interesante destacar que en los tres sectores más nortinos [ʃ] ocurre de forma extremadamente marginal y como alófono de /ʧ͡/ o, como es el caso de Icalma, no se reporta su ocurrencia; mientras que en la zona más sureña alcanza estatus de fonema.
7. Conclusiones
De acuerdo con el análisis realizado, el mapudungun hablado en Icalma tiene un inventario de 27 fonemas segmentales: 6 vocales, 18 consonantes y 3 semiconsonantes.
A continuación, se presentan los aspectos centrales relevados en esta investigación, considerando los focos que históricamente se han abordado en los estudios del mapudungun:
a) Los fonemas del mapudungun hablado en Icalma son /a, e, i, o, u, ə, p, t, t̟, k, ʈʂ͡, ʧ͡, f, θ, s, ɻ, m, n, n̟, ɲ, ŋ, l, l̟, ʎ, j, w, ɣ/. De lo anterior se desprende que los fonos interdentales [t̟], [n̟] y [l̟] poseen estatus de fonema en la zona estudiada. Por su parte, los fonemas fricativos interdental y labiodental tienen como forma básica los segmentos áfonos [θ] y [f] (es decir, /θ/ y /f/, respectivamente). Los fonemas retroflejos, en tanto, presentan como formas básicas los alófonos [ʈʂ] y [ɻ] (es decir, /ʈ͡ʂ/ y /ɻ/, respectivamente). Además, el fono fricativo [ɣ] posee estatus de fonema en la zona (/ɣ/). Por último, de este inventario fonológico se desprende que el fono fricativo [ʃ] no posee estatus de fonema en este sector.
b) Con respecto al perfil del cordón cordillerano de habla pewenche, y atendiendo a los aspectos que la literatura ha relevado, podemos afirmar que:
- Los fonemas interdentales /t̟/, /n̟/ y /l̟/ presentan, en general, un nivel de vitalidad superior en las zonas de Alto Bío-Bío y Lonquimay, respecto de Icalma y Curarrehue. En este sentido, es posible afirmar que en la zona septentrional de habla pewenche se presenta un mayor grado de mantenimiento de estos segmentos.
- Con respecto a la sonoridad/afonía de los fonemas fricativos labiodental e interdental, se puede concluir que las zonas más septentrionales (Alto Bío-Bío y Lonquimay) se caracterizan por la sonoridad de estos, de modo que [v] y [ð] poseen estatus de fonema (/v/ y /ð/). En las zonas más meridionales (Icalma y Curarrehue), en cambio, predominan las realizaciones áfonas de estos fonemas, de modo que [f] y [θ] son fonemas en estos sectores (/f/ y /θ/). Es importante señalar, además, que Icalma se presenta como un lugar de transición en cuanto a las realizaciones sonora [ð] y sorda [θ] del fonema fricativo interdental, puesto que sus porcentajes de ocurrencia son muy similares: 46% y 54%, respectivamente. No sucede así, sin embargo, con los alófonos del fonema fricativo labiodental, donde predominan, claramente, las realizaciones áfonas.
- En cuanto a los niveles de ocurrencia de los alófonos de los fonemas retroflejos /ʈ͡ʂ/ y /ɻ/, estos se pueden asociar con los niveles de innovación intrasistémica que presentan las distintas zonas de habla pewenche. En efecto, es posible observar que en las zonas meridionales (Icalma y Curarrehue) las formas canónicas de estos fonemas, es decir [ʈʂ] y [ɻ], presentan, en promedio, un porcentaje de ocurrencia superior al 95%, mientras que en las zonas nortinas, dichos alófonos, en promedio, no superan el 80%. Así las cosas, y desde un punto de vista intrasistémico, se puede señalar que los enclaves nortinos presentan un mayor grado de innovación, respecto de los demás enclaves cordilleranos.
- En cuanto al fono fricativo [ɣ], como hemos dicho, presenta estatus de fonema en Icalma (/ɣ/), de modo que este es un rasgo que caracteriza a todo el cordón cordillerano de habla pewenche.
- En cuanto al fono fricativo [ʃ], su nivel de ocurrencia y estatus fonémico hacen que Alto Bío-Bío, Lonquimay e Icalma conformen un conglomerado, ya que en estos enclaves dicho fono prácticamente no ocurre –y en las pocas ocasiones que se presenta es alófono de /tʃ/-, mientras que en Curarrehue posee, incluso, estatus de fonema distinto de /tʃ/ y /s/.
c) A la luz de nuestros datos y aquellos de los otros enclaves cordilleranos con los que han sido comparados, no es posible hablar del pewenche chileno como una variedad homogénea, ya que existen diferencias entre las distintas zonas que configuran el cordón cordillerano.
d) Finalmente, en cuanto a los aspectos que se deben tener presentes al momento de establecer diferencias dialectales, si bien coincidimos en que el parámetro al cual se debe prestar atención prioritaria es la sonoridad/afonía de los fonemas fricativos labial e interdental, consideramos que también se debe analizar el estatus de los fonos interdentales, el estatus y alofonía de los segmentos retroflejos y el estatus del fono fricativo [ʃ], pues pueden exhibir diferencias prominentes en los distintos enclaves geográficos.
Por último, con respecto a las proyecciones de esta investigación, entre otras, podemos señalar las siguientes:
A partir de la configuración del perfil fonético-fonológico del cordón cordillerano pewenche, nos parece relevante llevar a cabo investigaciones que se planteen como objetivo trazar perfiles de otros referentes geográficos, como el territorio lafkenche. La suma de estas iniciativas podría redundar en la actualización de las variantes dialectales del mapudungun. Al respecto, cabe recordar que la propuesta dialectológica del mapudungun más reciente fue realizada por Croese en 1980.
Por otra parte, nos parece importante aplicar metodologías de fonética acústica y estadística para observar con mayor nitidez algunos aspectos que han sido foco de controversia en los estudios sobre la fonía segmental del mapudungun. En particular, sería interesante evaluar si en el mapudungun hablado en Icalma aplica la tendencia a la centralización de la sexta vocal, que ha sido reportada recientemente en los trabajos de Soto-Barba, Lara y Salamanca (2016) y Mena, Figueroa, Rogers y Salamanca (2019).
Por último, desde un punto de vista tipológico, sería interesante determinar el alcance de un aspecto fonético que nos ha parecido relevante al momento de analizar los datos, cual es, que toda vez que se presentan uno o más fonos fricativos labiodentales y uno o más fonos fricativos bilabiales, independiente de su sonoridad, siempre la mayor frecuencia la obtiene un fono labiodental. En este contexto, sería interesante determinar si este es un rasgo propio del pewenche, del mapudungun o una tendencia de las lenguas en general.
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Notas
1. Extraído de https://www.turismovirtual.cl/ix/ix.html
2. Para una muestra detallada del procedimiento, ejemplos y discusiones surgidas a partir del análisis de algunos de estos segmentos, sugerimos consultar Urrea (2020).
3. En Icalma, no obstante, la ocurrencia sistemática de [s] en contraste con [θ] en palabras como [‘saɲ.we] (nunca ocurrió [‘θaɲ.we]) o [pa.’ɲus] (nunca ocurrió [pa.’ɲuθ]), lleva a asignar estatus fonémico a ambos segmentos.
4. Un fenómeno relativamente afín se reporta también en Álvarez-Santullano (1986) y Álvarez-Santullano et al (2016).
5. Valga esta precisión también para las Figuras 2 y 3.