Logos: Revista de Lingüística, Filosofía y Literatura
2012, 22 (1) 74-85
Brahiman Saganogo 1
1 Doctor en Letras, Departamento de Filosofía Universidad de Guadalajara sbrahiman@hotmail.com
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Éste es un ensayo argumentativo sobre el arte y la estética con el propósito de definir y describir. Más allá de esto, se pretende dará cuenta de la naturaleza del arte como categoría componencial de la estética yesta últimacomociencia de lo bello en el arte, y partiendo de esta demostración, analizar la relación de interacción entre arte y literatura como una necesidad imperante en los debates sobre estudios teóricos acerca del arte y de la literatura.
Palabras clave: arte, estética, lo bello, lo artístico, lo sensible, lo sublime, lo trágico
This is an argumentative essay on art and aesthetics in order to define and describe. Beyond this, is to give the nature of art as componential category of aesthetics and the latter as a science of beauty in art, and on that show, analyzing the relationship of the interaction between art and literature as a pressing need in the discussion of theoretical studies on art and literature.
Keywords: : art, beauty, beautiful, the artistic, sensuous, sublime, the tragic
La presente contribución se propone un desarrollo descriptivo- analítico de dos conceptos fundamentales en filosofía y en literatura a saber, arte y estética y de la relación intrínseca que existe entre ellos.
La problemática que guía el estudio gira en torno a los siguientes puntos:
¿Cuál es la esencia del arte y de la estética?
¿Qué es de la elación de interacción entre arte y estética?
La respuesta hipotética a estos cuestionamientos sería que el arte como actividad estética y esta última considerada como teoría del arte [literario], permite producir objetos dotados de valores estéticos es decir, de lo bello, lo sensible y de lo artístico; es por consiguiente, categoría de las bellas artes o sea, del dominio del arte del genio o del placer.
El objetivo de nuestro trabajo consistirá en, más que presentar y describir tanto el arte como la estética, en dar cuenta de manera valorativa, de la relación de interacción entre ambos fenómenos.
Mediante una disertación filosófico-literaria, se darán cuenta de las naturalezas del arte y de la estética, y de la interacción entre arte y estética; desarrollo necesario para el esclarecimiento de las polémicas en círculos de investigaciones filosóficas y literarias.
1.1. El arte
El arte es el arte, la realización material o abstracta que satisface las necesidades de la conciencia humana. Como tal, designa un conjunto de procedimientos, métodos o modalidades, el saber-hacer del productor. Del latín “artis”, es decir, modo de producción y saber-hacer, el arte depende de la producción estética y es caracterizado por la ausencia de reglas pre- concebidas puesto que su manifestación concreta es decir que la obra de arte es la subversión de cualquier norma y la metaforización de la realidad. Al lado de la ausencia de normas concebidas de antemano, el arte resulta ser producto imaginario y sensible.
Si en la antigüedad el término arte deriva de la raíz “ars” que lo remite a talento, saber-hacer, a la habilidad y la práctica de la pintura, la escultura y de la retórica y aún, del bordado, de la zapatería y de la carnicería, en la Edad Media, tras su distanciamiento de la technê, el arte deviene el dominio a la perfección, de las reglas de un hacer. Es en Aquel entonces cuando el saber- hacer que caracterizó al arte se basaba en un saber cognitivo (el de las reglas que permiten producir) y en otro operativo (práctico) centrado en el hacer. A partir de la Edad Media es cuando se empieza a considerar al arte como
una actividad liberal (no sujeta principios pre-establecidos) y que en él la producción debe ser inconsciente o sea contemporánea a sus normas.
En cuanto a los orígenes del arte, afirma Moisei, Kagan, que el arte se origina a partir de construcciones figurativas cuyos corolarios son talento, facultad de imaginación y de invención del sujeto creador o del artista. Para Kagan (1984: 210-211) 1:
[…] se considera que el rasgo principal de la actividad artística propia del hombre de operar con líneas, colores, sonidos, etc., […] El arte fue “inventado” por la humanidad, fue practicado por ella a lo largo de toda su historia […] porque era capaz de proporcionar una información que no puede ser lograda con ningún otro modo de apropiación del mundo […] Por consiguiente, el estudio de los orígenes del arte debe responder a esta pregunta: ¿cuándo y por qué se formó en la sociedad la necesidad de tal información, y cómo adquirió el hombre la facultad de satisfacer dicha necesidad? El problema de la interrelación de la necesidad y la facultad es, en general, filosófico, sociológico y psicológico, pero para nosotros posee hoy una importancia peculiar, puesto que la facultad misma de creación artística es no solamente una determinada destreza, sino, ante todo, un don específico, un talento, un genio. […] para que sugiera el arte, la humanidad no sólo tuvo que aprender a manipular determinados instrumentos y a representar con su ayuda lo que veía, en piedras o en arcilla, extraer sonidos, etc., sino que ante todo, tuvo que adquirir la facultad de la percepción artística figurativa de la realidad. ¿Cómo ha surgido esta facultad?¿Cómo se ha formado esa estructura peculiar de la consciencia humana que denominamos, desde Hegel y Belinski, “pensamiento figurativo” y que descansa en la base de la actividad artístico-creadora”.
El arte es a la vez, fenómeno o proceso perceptibles por los sentidos y resultado de la inspiración en los cuales concurren elementos similares tales como el artista, la obra de arte y las funciones (del arte).
-La obra de arte, ésta obedece a los mismos criterios de construcción y de recepción. De la autoría del artista-creador, es de una manera o de otra, la combinación alternada de lo semántico con lo formal de manera improvisada, para fines estéticos, y según Kagan (1984: 401):
[…] en la obra de arte todo es forma […] todo es contenido […] del mismo modo que se diferencian el significado y el signo: como un relleno espiritual, como un sentido espiritual o una información espiritual, que se halla en la obra dada, y como encarnación material de esa información.
La obra de arte sea lo que sea su naturaleza –nos referimos a las categorías
artísticas-, resulta pre-científica dado que es meramente el resultado de la imaginación del artista-creador mediante recursos personales tales como la improvisación, la inspiración, la meditación como marcas de su talento individual. Desde la perspectiva de Pouivet (2007: 8)2:
[…] La obra de arte es la expresión de sí para el artista / La obra es la donación de lo invisible / La obra de arte hace visible lo invisible / La obra produce el sentido / La obra está más allá del sentido / La obra de arte es un encuentro / La obra de arte es lo que abre una dimensión inaccesible a cualquier experiencia / El arte es lo que se expone: obras, instalaciones, performance, carne, excrementos, cadáveres […]. La obra de arte es la subversión de cualquier norma y la desmitificación de la realidad social.
-El artista, es el sujeto de la creación, el ser humano con dos individualidades distintas, un ser que manifiesta dos estados psicológicos a saber, estar a la vez consciente e inconsciente; pues, estar entre dos realidades: la empírica (cuando existe como ser humano al igual que sus semejantes) y la artística (cuando emprende la elevación intelectual o espiritual durante el proceso de la creación). La distinción entre ambas individualidades se explica por la intervención de la imaginación del artista responsable de su desdoblamiento o de su segunda personalidad mejor dicho, de su potencial creador a partir de la distorsión de una idea inicial. El artista como agente artístico, es también un creador, un inventor que hace uso de su imaginación para metaforizar la realidad captada con el fin de lograr la obra de arte y/o literaria.
- La inspiración, la imaginación y la improvisación. Términos relacionados con el proceso de la creación de la obra de arte, traducen facultad, habilidad para inventar y construir secuencias, mundos y categorías artístico- ficcionales. En la obra artística, resulta fundamental la imaginación como principal poder del artista creador, puesto que esta última ayuda a hacer sensible y bella la idea inicial captada desde el inicio de la creación de las obras artística.
-Las funciones del arte. El arte es un fenómeno plurifuncional además de las funciones básicas que desempeñan a saber, las funciones instructivas, lúdicas y de evasión. Borev (1990: 27-28)3 por su parte, encuentra en el arte nueve funciones que determinan y precisan su estructura y su funcionamiento del arte, tales como las sociotransformativa, relacionada con su capacidad en transformar artísticamente, la cognoscitivo-heurístico, ligada a su capacidad de dar a entender y conocer la realidad, la artístico-conceptual es decir, la función apegada a las dimensiones educadora e intelectual aun, filosófica del arte y de la literatura; la previsora o predicadora del futuro;
la informativo-comunicativa, relacionada con el generar de la comunicación entre los seres humanos, lo que se justifica por el hecho de que cualquier práctica artística o literaria manifiesta una dimensión semántica; la educativa devuelta mediante las sub-funciones catártica, compensatoria, lúdica y de diversión; la sugestiva, ligada al poder del arte y de la literatura en ejercer una influencia sobre el subconsciente del hombre, la estética, desplegada por la capacidad del arte y de la literatura en formar talentos creadores y por fin, la hedonista relacionada con la capacidad de ambos en procurar placer dado que son expresiones de la sensibilidad.
Del griego aisthêsis, que significa a la vez facultad, acto de sentir y de percibir (sensación y percepción); el término estética remite desde luego, a partir de esta etimología, al estudio de los hechos de la sensibilidad, la crítica del gusto, la teoría de lo bello, la ciencia del sentir, la filosofía del arte y la apreciación de un objeto. Para el filósofo francés Lalande (1990: 246)4 la estética es: “Ciencia cuyo objeto es el juicio de la apreciación aplicado a la distinción de lo bello y de lo feo” y “la filosofía y (la) ciencia del arte”5 De ahí que la estética sería una herramienta que ayuda a la exploración de la expresión artística y una rama de la filosofía sobre las artes y la belleza. Como reflexión, la estética versa sobre un conjunto de objetos dominados por los términos de “lo bello”, “lo sensible” y “arte”, cuando el primero proyecta una suma de propiedades estéticas, el segundo, al sentir y el último, a la creación (efecto de producción dotado de valor estético), la imitación, el genio, y a la inspiración (del creador).
En tanto que ciencia, la estética es desde otra perspectiva marxista-leninista y bajo la pluma de Koprinarov (1990: 3-8, 10)6.
[…] una parte de la filosofía cuya tarea es aclarar la esencia de lo bello. […] La primera tarea de la estética es estudiar las leyes generales del surgimiento, la conservación, la divulgación y la percepción del arte y crear las bases metodológicas para la teoría y la crítica del arte. La segunda tarea de la estética hoy día es estudiar el principio estético en el trabajo, en la vida cotidiana, en las relaciones sociales […] La tercera tarea de la estética es crear la teoría general de la educación estética de la personalidad y debe servir de base metodológica a las ciencias que a esto se dedican. La cuarta tarea de la estética es elaborar y descubrir las leyes de su propio desarrollo, o sea, crear la historia del pensamiento estético. […] La quinta tarea de la estética es analizar las orientaciones de la estética burguesa contemporánea y desenmascarar la verdadera esencia del revisionismo de la estética. […] La estética en el sistema de las ciencias. La relación de la estética con la filosofía
es tradicional. La mayor parte de la historia de la estética ha sido un desarrollo estético en el seno de la filosofía, o sea, que la estética durante largo tiempo se ha desarrollado como manifestación de la filosofía. […] La estética tiene también una importancia excepcional para la investigación íntegra y para la dirección del proceso de la educación estética. Ella tiene el privilegio y la tarea de aclarar la naturaleza y los objetivos de la educación estética, las esferas y los medios que servirán a su realización.
Si etimológicamente, la estética es la ciencia relativa a los sentimientos y concretamente, a la belleza, no es por consiguiente, más que según Robert (1998: 498)7 la “ciencia de lo bello en la naturaleza y en el arte, concepción particular de lo bello. Estético, adjetivo relativo al sentimiento de lo bello. Sentimiento, emoción, estética. Juicio estético. Que tiene cierta característica de belleza”. La definición de Robert evidencia ciertas relaciones entre términos: “naturaleza” vs “cultura” (arte), el término “concepción” remite a una actividad intelectual del sujeto mientras que “particular” induce a cierta variabilidad de opiniones y al mismo tiempo condena las posibles oposiciones entre concepciones de lo bello. Además, la definición de Robert devela una dimensión patémica a través de la exposición del contenido semántico del adjetivo “bello” al enunciar los sustantivos “emoción”, “sentimiento” y “sensación” (sentir). Por fin, el “juicio estético” señalaría y prescribiría lo útil.
Desde la perspectiva kantiana, la estética es la disciplina o la ciencia que estudia e investiga el origen sistemático puro de lo bello y su manifestación que es el arte, es además, una reflexión sobre los problemas del arte es decir, el análisis filosófico de los valores presentes en la obra de arte. Enseña a contemplar el arte, entender el mensaje que la obra de arte lleva por dentro, captar el sentido subyacente y ver la pintura y la escultura, a oír la música y la poesía.
Así que el objeto declarado de la estética es la explicación del fenómeno artístico, por ello, se ocupa esencialmente del origen, el nacimiento y de la evolución del arte, del artista y de los valores presentes en la obra de arte.
La interacción entre arte y estética se entiende a partir de las relaciones de implicación entre algunos componentes estéticos.
Lo estético y lo artístico. La correlación de lo artístico y lo estético se expresa mediante una relación de inclusión de ambas esferas a través de la cual se
observa una especio de intersección como el de la relación de implicación entre los dos fenómenos. Dicha intersección significa que lo estético y lo artístico se hallan en planos distintos es decir, si lo artístico se entiende como definición de una actividad concreta (la actividad creadora), lo estético no es más que un potencial de todas las actividades. La relación de inclusión entre ambos permanece siempre dinámica puesto que uno no puede existir sin el otro y una obra artística sin valores estéticos no es de ninguna manera, una obra de arte. Por eso afirman Jandová y Volĕk (2000: 140-141)8:
1.Lo estético no es una cualidad real de las cosas, ni está ligado de manera inequívoca a algunas de sus cualidades. 2. La función estética de las cosas no está tampoco plenamente en el poder del individuo, aunque desde un punto de vista subjetivo cualquier cosa puede poseer función estética o carecer de ella, independientemente de su configuración. 3. La estabilización de la función estética es un asunto de la colectividad humana y la función estética es un componente de la relación entre la colectividad y el mundo.
La idea de lo bello, lo estético, lo artístico y de lo feo constituye una relación útil en la ciencia estética. Si canónicamente, lo bello remite a las propiedades estéticas (propiedades del objeto físico es decir, textos, conjunto de sonido, entre otras) a las cuales se llega mediante un proceso de meditación (de interpretación), es también lo que agrada, procura placer a la vista, al oído, al tacto, al gusto, y desde una perspectiva simplista, es lo útil y lo deleitoso. Del punto de vista estrictamente artístico, es de reconocer que lo útil, lo deleitoso y lo agradable no son forzosamente bellos, lo que obliga a afirmar que lo bello es el resultado de una bella representación, de un bello decir y de un bello pintar. Carrit (2004: 29)9 sostiene que:
Si pensamos que la característica común más sobre saliente de las cosas llamadas bellas es su significado, debemos recordar que éste no es exclusivo de ollas […] De ahí que agreguemos que para llamar bella a una cosa, ésta debe ser ante todo significante por virtud de su carácter sensible o por las imágenes sensibles que despierte en nuestra psique, lo que es tanto como decir que el simbolismo debe ser natural, o sea “una segunda naturaleza”, y no convencional o accidental. Un poema así, es significante por su sonoridad y por las imágenes que al instante evoca en nosotros, puesto que si se vaciara en otras palabras, de seguro que produciría otra especie de belleza o posiblemente ninguna.
Lo bello sería un aspecto preciso que ha de ser captado por el ser humano gracias a una capacidad intelectual peculiar. Por eso, está para Talon-Hugon (2004: 13-14)10.
[…] en otras partes dentro de un sensible cambiante, diverso, mezclado, deteriorado ontológicamente. Las cosas sensibles sólo son bellas por encerrar la idea de lo bello. Son el resplandor de la forma inteligible. La belleza sensible no es más que un primer grado de la belleza; más allá de ésta, existe la belleza de las almas, la de los actos, de los conocimientos. Resulta que la experiencia de la belleza no es esencialmente sensible, sino intelectual.
Tocante a lo feo, antípoda de lo bello, es de mencionar que éste se caracteriza de entrada, por la falta de armonía y de lo agradable. Más allá de esta primera consideración, lo feo cobra importancia en la filosofía de lo bello y en la teoría del arte cuando desde el punto de vista de su representación, aparece como la afirmación indirecta de lo bello.
En cuanto a la relación de lo bello con lo estético, cabe señalar que lo estético está lejos de ser una cualidad objetiva de los objetos reales, es estrictamente una propiedad que está en relación con el ser humano para quien existe únicamente la belleza. Esta implicación hace de la belleza algo que nace del encuentro de un objeto con un sujeto.
Pues, es la belleza aquella cualidad relacional, aquella idea que nace en el ser humano en su contacto con ciertas propiedades de las cosas. De ahí que lo bello debe ser pensado en su relación con el sujeto y no en su relación con el mundo de las ideas, dado que todas las cosas a través de las relaciones estéticas se perciben en su explicación tomando en cuenta fondo y forma a la vez.
Lo bello es un fenómeno estético que ayuda a percibir siempre una correlación entre el subjetivo, el ideal y el objetivo, y para Koprinarov (1990: 15):
[…] son bellos los animales que de alguna manera provocan asociaciones de propiedades humanas altamente evaluadas. En la base de la belleza de los objetos está ante todo su capacidad de ejercer en mayor medida determinadas funciones que les corresponden, al igual que la perfección de la materia con que han sido elaborados. En el arte lo bello aparece en dos planos. […] Chernishevski […] escribió: “Una cosa es pintar una cara bella, y otra cosa, pintar de manera bella una cara”.
Si por un lado, la belleza en el arte es el reflejo de la belleza en la realidad,
por otro lado, puede ser el indicio de la perfecta maestría del artista creador. Este último argumento es el que deja entrever que el arte encarna también lo feo, es decir que los hechos estéticos negativos llegan a ser reproducidos artísticamente e interpretados bellamente; lo que permite afirmar que lo feo puede existir artísticamente en el arte por medio de su representabilidad artística. En resumidas cuentas, resulta cierta la idea según la cual la estética sería el juicio de la apreciación de lo bello y de lo feo.
La representación de lo feo resulta fundamental en el arte dado que ayuda a ensanchar la carga semántica de lo bello y Kagan (1984: 137) considera que:
[…] al defender los derechos de Gógol y sus seguidores, los integrantes de la llamada “escuela natural” en la literatura rusa, a representar los fenómenos oscuros y feos de la vida, Belinski sostenía que la reproducción verdaderamente artística de lo feo se convierte en su desenmascaramiento y condena desde el punto de vista de lo bello.
La relación de interacción entre arte y estética está devuelta por la existente entre lo sublime y lo bajo. Como categoría estética, lo sublime es por su esencia y su etimología, caracterizado por lo alto en la jerarquía de los valores estéticos. Es precisamente, un grado elevado de lo bello; simboliza grandeza, infinitud, magnitud, lo bello infinito, lo bello ideal. Al opuesto de lo bello, lo sublime está relacionado con los aspectos internos de las cosas, pues, designa una belleza interna tal como la belleza espiritual de manera que fue considerado como una belleza que existe más allá de las escalas reales.
En el arte, lo sublime suscita admiración por su carácter extraordinario y por su magnificencia; por ello, obliga al esteta a inclinarse ante él. Para crear emociones, el arte se vale de la facultad de lo sublime de distintas maneras, a saber, una sublimación de la idea inicial (en el arte literario, se habla de metaforización y estilización) y de todos los componentes de la obra de arte con la finalidad de crear asombro y admiración.
Si lo sublime se asemeja a un movimiento de ascensión y de grandeza, lo feo sería todo lo contrario, aunque lo feo crea también emoción y admiración por la manera con la que se lo representa (tal es el caso en la poesía y en otras formas literarias y artísticas).
Lo trágico y lo cómico como otra relación fundadora de la interacción entre arte y estética. Al igual que lo bello, lo estético, lo feo, lo sublime y lo bajo, lo trágico y lo cómico son componentes estéticos que determinan cualidades factuales de procesos o de una acción. Si el calificativo “trágico” remite a la idea de muerte, cabe señalar que “lo trágico” resulta una cualidad estética
cuando la muerte que traduce es la encarnación de un ideal, es decir, cuando el muerto inspirase admiración. De ahí que lo trágico no es más que una correspondencia entre lo real y lo ideal.
Surge aquí la pregunta: ¿en qué se diferencia el sentido estético de una acción valorada como trágica de su mismo valor estético como sublime o bella? […] lo trágico y lo cómico se derivan de la percepción dramática del mundo, inicialmente íntegra. […] al convertirse en valores estéticos independientes, lo trágico y lo cómico hallaron su expresión más clara y depurada en la tragedia y la comedia, géneros éstos del arte dramático que, a pesar de todas sus diferencias, se aproximan justamente a esta estructura dramática. Su esencia consiste precisamente en modelar de modo figurado el choque y la lucha de ciertas fuerzas vitales, en descubrir las relaciones conflictivas entre la realidad y los ideales humanos (Kagan:160).
Respecto a la esencia de lo cómico, éste surge cuando el choque de lo real con lo ideal no desemboca en un fatalismo (en lo trágico) y que de algo representado artísticamente desprendemos su carácter feo, banal; por ser este algo, antiideal, se expone a la burla, de ahí que se vuelve algo cómico, algo visto con ironía y sarcasmo. El valor estético de “lo cómico” se justifica por el hecho de que éste sea entendido como acción ubicada entre el juego como distorsión de la realidad, y la realidad. Dicho de otra forma, se explica por el choque entre lo real y lo ideal “cuando lo real se niega, es burlado, se condena, se desenmascara, se rechaza y se critica desde posiciones del ideal” (Kagan: 175).
En conclusión, entre arte y estética existe una estricta relación de interacción debido a la naturaleza de ambos fenómenos y por la relación entre componentes factuales de la estética, los cuales estructuran no sólo a la estética sino de modo implícito, al arte. En realidad, arte y estética son inseparables dado que la estética no es más que una reflexión filosófica sobre el arte y sobre su devenir, y un juico de la apreciación de lo bello. Por eso, la estética constituye un efecto de recepción del fenómeno artístico.
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Notas:
1. Cfr. Kagan, Moisei (1984). Lecciones de estética marxista leninista, trad. Natalia Labzóvskaya, Editorial La Habana: Arte y Literatura.
2. Véase. Pouivet, Roger (2007). Qu´est-ce qu´une œuvre d´art? Paris: Librairie philosophique J. Vrin.
3. Cfr. Borev, Yuri en Koprinarov, Lazar (1990). Estética, La Habana: Editorial Pueblo y Educación.
4. Cfr. Lalande, André (1980). Le dictionnaire historique et critique de la philosophie, Paris: Larousse, p. 246. Cfr. La traducción del francés al español es mía
5. Cfr. Idem. (2006). Vocabulaire technique et critique de la philosophie, 2ème édition, Paris: Presses Universitaires de France (PUF), p. 183. La traducción del francés al español es mía.
6. Véase. Koprinarov, Lazar (1990). Estética, La Habana: Editorial Pueblo y Educación, pp. 3-8, 10.
7. Robert, Paul (1998). Le Robert- Micro. Dictionnaire d´apprentissage de la langue française, Paris: Le Robert.
8. V. Jandová, Jarmila y Emil Volěk (2000). Signo, función y valor. Estética y semiótica del arte de Jan Mukařovský, Bogotá: PLAZA & JANÉS / Universidad de Colombia / Universidad de Los Andes, pp. 141-142. Todo el libro gira en torno al arte y a la estética.
9. V. Carrit, Edgar Frederick (2004). Introducción a la estética, novena reimpresión, trad. Octavio C. Barreda, México: Fondo de Cultura Económica (FCE), p. 29. Todo el libro es fundamental en cuanto al arte y a la estética.
10. V. Talon-Hugon, Carole (2004). L´Esthétique, 3ème édition, Paris: Presses Universitaires de France. La traducción al español es nuestra. Este otro libro es también importante para el tema tratado. La traducción del francés al español es mía.
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BIBLIOGRAFÍA
Carrit, E. Frederick (2004). Introducción a la estética. novena reimpresión, trad. Octavio C. Barreda, México: Fondo de Cultura Económica (FCE).
Jandová, J. & E. Volěk (2000). Signo, función y valor. Estética y semiótica del arte de Jan Mukařovský. Bogotá: PLAZA & JANÉS / Universidad de Colombia / Universidad de Los Andes.
Koprinarov, L. (1990). Estética. La Habana: Editorial Pueblo y Educación.
Lalande, A. (1980). Le dictionnaire historique et critique de la philosophie, Paris: Larousse.
. (2006). Vocabulaire technique et critique de la philosophie.
2ème édition, Paris: Presses Universitaires de France (PUF).
Kagan, M. (1984). Lecciones de estética marxista leninista. trad. Natalia Labzóvskaya, La Habana: Editorial Arte y Literatura.
Pouivet, R. (2007). Qu´est-ce qu´une œuvre d´art?. Paris: Librairie philosophique J. Vrin.
Robert, P. (1998). Le Robert- Micro. Dictionnaire d´apprentissage de la langue française. Paris: Le Robert.
Talon-Hugon, C. (2004). L´Esthétique. 3ème édition, Paris: Presses Universitaires de France.