El saber “oficial” del inconsciente en la Argentina.
Un estudio discursivo de la Revista de Psicoanálisis (1946-1955)
The “official” knowledge of the unconscious in Argentina.
A discursive study of the Revista de Psicoanálisis (1946-1955)
Karina Savio
Universidad de Buenos Aires, Argentina
karysavio@hotmail.com
Citación: Savio, K. (2019). El saber “oficial” del inconsciente en la Argentina. Un estudio discursivo de la Revista de Psicoanálisis (1946-1955). Logos: Revista de Lingüística, Filosofía y Literatura, 29(2), 326-338. DOI: 10.15443/RL2925
Dirección Postal: 25 de Mayo 217/221, Buenos Aires, Argentina.
DOI: doi.org/10.15443/RL2925
Resumen: Este artículo estudia los números de la Revista de Psicoanálisis publicados entre 1946 y 1955 en Argentina. En particular, analiza los artículos escritos por los psicoanalistas argentinos que allí aparecen y las notas e informaciones que se incluyen en las últimas páginas de la revista. Se propone, por un lado, rastrear qué es el psicoanálisis en esos años, pensando este saber como un objeto discursivo, y, por el otro, indagar sobre el modo en que se construye la comunidad discursiva psicoanalítica de la APA. Este recorrido ha evidenciado, por un lado, que el psicoanálisis es entendido, en ese entonces, como una teoría científica y una práctica contigua a la práctica médica, limitado al tratamiento individual. Por el otro, ha identificado que la revista, además de constituir un medio de comunicación privilegiado para la institución, contribuye a la consolidación de la comunidad discursiva psicoanalítica.
Palabras clave: objeto discursivo - comunidad discursiva - análisis del discurso - historia del psicoanálisis - enunciación
Abstract: This article studies the issues of the Revista de Psicoanálisis published between 1946 and 1955 in Argentina. In particular, it analyzes the articles written by the Argentine psychoanalysts that appear there and the notes and information that are included in the last pages of the magazine. It proposes, on the one hand, to trace what psychoanalysis wass in those years, thinking this knowledge as a discursive object, and, on the other, to inquire about the way in which the psychoanalytic discursive community of the APA is constructed. This journey has shown, on the one hand, that psychoanalysis was understood, at that time, as a scientific theory and a practice contiguous to medical practice, limited to the individual treatment. On the other, it has identified that the magazine, in addition to being a privileged means of communication for the institution, contributes to the consolidation of the psychoanalytic discursive community.
Keywords: discursive object - discursive community - discourse analysis - history of psychoanalysis - enunciation
1. Introducción
El lugar significativo que ha ocupado y que ocupa actualmente el psicoanálisis en Argentina ha motivado el genuino interés por investigar su historia. Son conocidos los múltiples trabajos que buscan desentrañar las distintas aristas que atraviesan el trayecto realizado por este saber en su instalación en el país y que se interrogan, además, acerca de las posibles causas que contribuyeron a su amplia difusión1. Esta prolífica producción, sin embargo, no se ha preguntado aún –al menos, no de manera exhaustiva– por la cara discursiva de esta circulación; variable que, entendemos, ha promovido, junto a otras, su alojamiento y que, a su vez, permite reflexionar sobre el modo o los modos en que se fue construyendo paulatinamente una tradición discursiva –o, mejor dicho, tradiciones discursivas– en torno a este saber (Kabatek, 2006).
Una particularidad que singulariza el ingreso del psicoanálisis en este país, es que Buenos Aires alberga, a partir de 1942, la primera sede “oficial” de la región de la Asociación Psicoanalítica Internacional, fundada por Freud en 1910: la Asociación Psicoanalítica Argentina. Su acta de fundación, que data del 14 de diciembre de ese año, está firmada por seis miembros: Marie Langer, Ángel Garma, Enrique Pichón-Riviére, Celes Cárcamo, Guillermo Ferrari Hardoy2 y Arnaldo Rascovsky. Esta asociación se caracteriza, entre otros aspectos, por una marcada endogamia y cohesión que tienden, al decir de Balán (1991, p.119), hacia una “subcultura cohesiva”. En este escenario, a partir de 1943, esta institución comienza a publicar la Revista de Psicoanálisis (RP), que se constituye como la primera revista sobre psicoanálisis escrita en lengua española.
Durante el peronismo, en particular, durante las dos primeras presidencias de Perón, entre el 4 de junio de 1946 hasta su derrocamiento en septiembre de 1955, la Asociación Psicoanalítica Argentina se mantiene al margen de los acontecimientos políticos y de las transformaciones socioculturales del país. Así lo señala Dagfal (2009). No obstante, se debe precisar que en el Primer Congreso Argentino de Psicología de 1954, evento respaldado desde el Estado, el psicoanálisis se hace presente: varios psicoanalistas, entre ellos, Ángel Garma, participan del congreso y exponen diversos trabajos (Gentile, 1997). En estos años, por otra parte, nuestra investigación nos ha revelado que el psicoanálisis “silvestre” se visibiliza en diferentes medios de comunicación, empujado, quizás, por la trascendencia que adquiere la psicología en estos años3. Recordemos que durante la década del cincuenta y, fundamentalmente, durante sus primeros cinco años, la psicología recibe un gran impulso por parte del Estado4.
En este trabajo nos proponemos abordar los números de la Revista de Psicoanálisis publicados durante el primer peronismo. Nos interesa, principalmente, trabajar con los artículos escritos por los psicoanalistas argentinos que allí aparecen y con las notas e informaciones que se incluyen en las últimas páginas de la revista. Nuestro objetivo es doble: por un lado, rastrear qué se entiende por psicoanálisis en esos años, pensando aquí al psicoanálisis como un objeto discursivo, y, por el otro, indagar sobre el modo en que se construye la comunidad discursiva psicoanalítica de la APA. En un trabajo anterior (Savior, 2016), nos enfocamos en un pequeño grupo de psicoanalistas vinculados al psicoanálisis de niños, por lo que en estas líneas no incorporamos al análisis aquellos artículos que refieran a esta temática.
Luego de desarrollar brevemente nuestra perspectiva teórico-metodológica, presentamos, en primer lugar, las características más relevantes de la Revista de Psicoanálisis. Nos dedicamos, en segundo lugar, a ubicar las modalidades discursivas bajo las que surge el objeto psicoanálisis en los artículos analizados. Finalmente, nos preguntamos respecto del modo o de los modos en que se construye la comunidad discursiva tomando en cuenta el dispositivo enunciativo.
2. Perspectiva teórico-metodológica
En este artículo, a los fines de alcanzar el objetivo propuesto, analizamos los materiales seleccionados considerando dos nociones provenientes del análisis del discurso, a saber: objeto discursivo y comunidad discursiva5.
En primer lugar, de la lectura de los volúmenes de la Revista de Psicoanálisis se desprende que el psicoanálisis aparece en estas páginas como un objeto de(l) discurso, un saber sobre el que se predica. Recordemos que el término objeto fue introducido, por primera vez, por Foucault (2005, p.73) en La arqueología del saber. En este texto, el autor define formación discursiva como el sistema de reglas que forman los objetos, las modalidades enunciativas, los conceptos y las estrategias presentes en los enunciados. De allí que, para Foucault, los objetos no están dados de antemano, sino que se construyen a partir de ciertas “reglas de formación”. El autor señala, además, que estos objetos no pueden formarse en cualquier momento de la historia, sino que son necesarias ciertas condiciones para que puedan surgir: “no se puede hablar en cualquier época de cualquier cosa; no es fácil decir algo nuevo” (2005, p.73). Otro punto indispensable para entender estos objetos es que están inmersos en un haz complejo de relaciones establecidas entre instituciones, procesos económicos y sociales.
El análisis del discurso recupera esta noción de objeto, al que entiende en términos de interdiscurso; en efecto, plantea que los objetos discursivos se forman en el espacio interdiscursivo. Si bien en Las verdades evidentes (2016) Pechêux no nombra esta noción, afirma que el interdiscurso conecta y articula elementos discursivos constituidos por él como preconstruidos, o sea, como elementos anteriores a lo construido en y por el enunciado. Estos elementos pueden leerse, en verdad, como objetos. Así lo hace Courtine (1981), quien aclara que es el interdiscurso el lugar en el que se constituyen, para un sujeto hablante productor de una secuencia discursiva dominada por una formación discursiva dada, los objetos de los que el sujeto enunciador se apropia para hacerlos objetos de su discurso, como así de las articulaciones entre estos objetos6.
Para este trabajo nos proponemos indagar, entonces, en torno a los modos en que se forma el objeto discursivo psicoanálisis. Por ello, ubicamos en los artículos publicados en la Revista de Psicoanálisis los enunciados en los que aparece el término psicoanálisis para observar cuáles son los sentidos que se construyen discursivamente sobre este objeto.
En segundo lugar, nos interrogamos sobre los orígenes de la constitución de la comunidad discursiva psicoanalítica de la APA. El concepto de comunidad discursiva ha logrado una amplia aceptación en las investigaciones que versan actualmente sobre el discurso académico, lo que se debe fundamentalmente al trabajo de Swales (1993). Para este artículo se adoptan, en particular, algunos de los lineamientos propuestos por Beacco (1995, 2004), Beacco y Moirand (1995) y Maingueneau (1992, 2002), quienes, en términos generales, conciben, respectivamente, las prácticas discursivas y los modos de organización del discurso como elementos constitutivos y constituyentes de estas comunidades. En este sentido, esta noción agrupa, por un lado, una dimensión social y, por el otro, una dimensión discursiva.
Entre las particularidades de las comunidades discursivas, destacamos tres aspectos fundamentales relacionados entre sí. El primero de ellos está vinculado con la constitución de espacios discursivos. En efecto, siguiendo a Beacco (1995, 2004) y Beacco y Moriand (1995), la comunidad discursiva garantiza la construcción de espacios discursivos estructurados por sus instancias de producción y de recepción que son pensados como medulares dentro de su dinámica: a la par que marcan un territorio simbólico, operan como mecanismos de cohesión. El segundo concierne a lo que Maingueneau (1992) refiere como ritos relativos al lenguaje. Las comunidades comparten ciertos rituales de enunciación que funcionan para el exterior como signo de reconocimiento y para su interior como fuente de legitimidad. Por último, el tercer aspecto consiste en la instauración de una memoria. Maingueneau (1992) señala que el texto producido dentro de la comunidad, dado que constituye una dimensión del funcionamiento del grupo social y su cimiento, es inseparable de una memoria, que al suponer una filiación es condición de identidad.
Como ya hemos planteado en un trabajo anterior (Savio, 2016), esta caracterización esconde, no obstante, dos cuestiones que son también significativas y que deben incorporarse y complementarse en el análisis: la cuestión de la heterogeneidad y la pregunta por el origen. El término comunidad, cuyo sentido evoca un imaginario de unidad y de uniformidad, esconde la existencia de intereses en conflicto y de disputas que puedan surgir al interior de un grupo social. Incluso, eclipsa las tensiones discursivas que pudieran presentarse en la comunicación. Por otra parte, la caracterización de la comunidad discursiva no se interroga respecto de su nacimiento, les presupone una naturaleza ya consolidada y las estudia desde ese cristal.
Para este artículo nos focalizamos sobre el empleo de la primera persona, la imagen que se construye en torno al lector, el tono empleado y las introducciones de los textos.
3. La Revista de Psicoanálisis
La Revista de Psicoanálisis se presenta como el principal medio de difusión del psicoanálisis y de la Asociación Psicoanalítica Argentina. En este sentido, Balán (1991, p.109) señala que David Liberman y León Grinberg se acercan a la institución gracias a que les llega el primer ejemplar de esta revista a sus manos en 1943. Fernando Ulloa relata también un hecho similar (Balán, 1991, p.113). Atribuye sus primeras lecturas sistemáticas sobre psicoanálisis a esta revista. Este objetivo de la publicación se explicita en diversos números:
1. Interesante pero costosa, gracias a la “Fundación Francisco Muñoz” la REVISTA DE PSICOANÁLISIS puede sufragar su déficit y seguir siendo una de las mejores revistas psicológicas mundiales, continuando como el agente más eficaz para la difusión y el conocimiento del psicoanálisis en Hispanoamérica.7 [RP, VII (1), 1949, p.175]
2. La “Revista de Psicoanálisis”, nuestro principal órgano de difusión [RP, IX (2), 1952, p.249]
En estos recortes se advierte el lugar clave que se le adjudica a esta revista en la dinámica institucional. En el primer ejemplo, a partir del empleo de un lenguaje hiperbólico, se exaltan las cualidades de la publicación y se extiende su reconocimiento al exterior. En el segundo fragmento, a pesar de que la revista ya tiene varios años de publicación, se insiste sobre su papel en la difusión del psicoanálisis.
Por otra parte, a lo largo de los años analizados, la Revista de Psicoanálisis, que sale a la venta trimestralmente, se modifica en función de las posibilidades y también de las necesidades de la asociación. Algunos tomos son publicados en un tamaño mayor; otros, debido a la crisis gráfica del país, son más breves8. Incluso, varían con relación a la calidad del papel. No obstante, en todos ellos, las secciones principales permanecen relativamente estables. En una primera parte se publican textos escritos por psicoanalistas argentinos o psicoanalistas extranjeros invitados a la institución. Luego, se incluyen traducciones de artículos elaborados por referentes del psicoanálisis o por psicoanalistas extranjeros. Al término de estos textos, se presentan las secciones “Revista de libros”, “Revista de revistas”, “Revisión psicoanalítica”9. Aquí, se realizan breves síntesis de artículos o de libros publicados en otras lenguas (inglés, francés, alemán), acompañados, en algunos casos, por consideraciones personales de sus comentadores. Finalmente, la revista cierra con la sección “Notas e informaciones psicoanalíticas”. Este apartado es el más heterogéneo, ya que en él se pueden hallar desde homenajes escritos a psicoanalistas fallecidos hasta resúmenes de presentaciones de diversos congresos psicoanalíticos. En algunos tomos se adjunta una memoria de la asociación en la que se detallan las actividades realizadas en el año y el balance económico.
Entre los primeros textos, aquellos elaborados por psicoanalistas argentinos, estos suelen ser conferencias, presentaciones, trabajos presentados en la asociación. Los artículos escritos especialmente para ser publicados por la revista son, entonces, relativamente pocos. A su vez, la mayoría de los números tiende a agrupar textos de temas diversos; solamente, en algunos casos, se editan números temáticos. Los números 3 y 4 del Tomo VII se destinan, por ejemplo, al psicoanálisis infantil.
En el transcurso de los años estudiados encontramos un incremento paulatino de los artículos publicados por psicoanalistas argentinos:
Gráfico 1. Artículos publicados por psicoanalistas argentinos
De la lectura del gráfico se desprende que en los últimos años del período –1954 y 1955– la producción de artículos elaborados por psicoanalistas argentinos se incrementa notablemente. La caída en la producción entre 1949 y 1950 puede atribuirse a la crisis gráfica que atraviesa el país en esos años.
En cuanto a “Notas e informaciones”, se mencionan allí, entre otros temas, noticias, datos, informaciones relativas tanto a la Asociación Psicoanalítica Argentina como a las asociaciones psicoanalíticas del exterior. Podría pensarse, en un primer momento, que el propósito de esta sección es el de comunicar a los lectores de las diversas actividades desarrolladas. Sin embargo, una lectura más atenta nos permite pensar que estas páginas no solamente apuntan a actualizar la información respecto del movimiento psicoanalítico argentino y/o mundial, sino que también contribuyen a estrechar los lazos entre los miembros de la institución y sus vínculos con la comunidad psicoanalítica “internacional”. En otras palabras, la institución se muestra, así, como una comunidad “científica” productiva y consolidada.
Por último, quisiéramos señalar que el valor dado a la cohesión y a la unión de los integrantes de la institución se refleja, a su vez, en los diferentes eventos en los que se celebran distintos aniversarios, que también aparecen publicados en esta sección. En el número 2 del tomo VII del año 1949 se notifica, por ejemplo, de la cena realizada en el Plaza Hotel en la que se conmemora la aparición de la revista.
4. El objeto discursivo psicoanálisis
La Revista de Psicoanálisis –ya lo hemos indicado– se manifiesta, en sus comienzos, como una revista de difusión, por lo que busca tender puentes con diferentes sectores de la sociedad. Incluso, su primer número se reparte de manera gratuita. Es interesante marcar, no obstante, que en ninguno de los artículos figuran introducciones o breves explicaciones respecto a qué implica el psicoanálisis, ya sea su teoría como su práctica. En efecto, como veremos en el apartado próximo, la mayoría de las nociones o de los conceptos trabajados son mencionados sin ser definidos por los autores de estos artículos. Esta ausencia nos indica, de este modo, que en estas páginas se le supone al lector un conocimiento previo sobre este saber, por lo que no es necesario desplegar sus principales desarrollos. Ahora bien, a pesar de esta omisión, el análisis del material nos advierte que el psicoanálisis aparece caracterizado fundamentalmente a partir de su vínculo con la ciencia, por un lado, y con la medicina, por el otro.
En primer lugar, a lo largo de casi todos los números se observa que el sustantivo ciencia, como los adjetivos científico y científica insisten en las diferentes secciones de los ejemplares. De esta manera, frente a la polémica sobre si el psicoanálisis es o no una disciplina científica, los psicoanalistas y los redactores sientan su posición: el psicoanálisis es una ciencia. De allí que en ninguno de los trabajos presentados se discuta o se interrogue esta postura ni se abra esta problemática a debate. Las sesiones realizadas en la institución son, entonces, sesiones científicas, al igual que los materiales, las colaboraciones, las participaciones.
3. El ritmo científico y cultural de la Asociación (…). Al mismo tiempo podemos manifestar que el material científico de la misma [refiere a la RP] está siendo compuesto, en su mayoría, de artículos originales (…)
Las sesiones científicas realizadas en nuestra Asociación [RP, X (2), 1953, p.258]
4. La colaboración científica y económica de nuestros amigos (…).
Y con la esperanza firme de una marcha permanente y creciente de nuestra Institución y nuestra ciencia [RP, VII (4), 1950, p.665]
En estos ejemplos se evidencia con claridad la relevancia que se le otorga al psicoanálisis a través de nominarlo como ciencia. Recordemos que en la historia del movimiento psicoanalítico aparecen resistencias que alcanzan distintos ámbitos desde los que se ataca la teoría del inconsciente. Resistencias que cobrarán mayor vigor con el desarrollo de las teorías sexuales infantiles y con la postulación de la existencia de una sexualidad infantil universal. Freud interpreta estas resistencias a la luz de la historia científica: dentro del campo de las ciencias, las innovaciones chocan con una intensa oposición que posteriormente se demuestra “injusta” (Freud, 1997a, p.227). Por otra parte, en la Argentina, por esos años, el vínculo entre el psicoanálisis y la universidad no es aún un vínculo fortalecido. De esta forma, denominar el psicoanálisis como ciencia legitima este saber y le otorga un prestigio y un reconocimiento que todavía no se proyectan desde otros espacios sociales.
Relacionado con esta visión sobre el psicoanálisis, en estos artículos se observa la centralidad que se le otorga a la investigación. Freud (1997a) se refiere en varias oportunidades al psicoanálisis como un método de investigación. A partir de la asociación libre, el analista accede al sentido oculto de los síntomas, sueños, actos fallidos. Es, por ello, un método de investigación de la neurosis. Así se lo llama, incluso, en uno de los números [RP, VI (1), 1948, p.33]. Pero, a su vez, esta investigación no queda limitada al trabajo realizado en el consultorio. En varios de los textos el trabajo investigativo está asociado con los estudios llevados a cabo por los analistas de la asociación:
5. Este trabajo es el resultado de la investigación realizada en dos pacientes [RP, XI (1/2), 1954, p.52].
6. Una reunión conjunta sobre un tema determinado, tiene siempre la ventaja de que permite enfocar un problema desde distintos puntos de vista y por distintos investigadores [RP, XI (1/2), 1954, p.90]
En el primer enunciado el artículo es presentado como producto de una investigación. En el ejemplo seis los psicoanalistas son nombrados “investigadores”. Podría pensarse que el acento colocado sobre la ciencia y la investigación le imprimen al quehacer psicoanalítico un carácter de mayor formalidad y rigurosidad.
En segundo lugar, en el material se identifica un diálogo permanente con las ciencias médicas. Señalemos que Freud es médico y que en sus orígenes es con esta corporación –la médica– con la que se enfrenta con mayor crudeza: dentro de ella el psicoanálisis experimenta una “ruidosa repulsa” (Freud, 1997b, p.214). En Argentina, en el estatuto de la APA se establece que solo los médicos pueden ejercer el psicoanálisis. Quienes no son médicos necesitan la supervisión y dirección de un analista que sí lo sea. El vínculo, entonces, que más se intenta promover es con la medicina. Cursos de introducción al psicoanálisis para médicos y para estudiantes de medicina tanto en la Facultad de Medicina como en la APA son así promocionados en la revista. Asimismo, dentro de la Asociación Médica Argentina se crea la Sociedad de Psicología Médica, Psicoanálisis y Medicina Psicosomática, fundada por dos miembros de la asociación: Rascovsky y Krapf. También, en 1952 se establece para la Revista de Psicoanálisis una sesión permanente de medicina psicosomática. El alcance otorgado a estos lazos se precisa en varios de los ejemplares:
7. Lo que ha caracterizado la labor de este año, ha sido el empeño en establecer contactos con grupos y sociedades médicas con el objeto de difundir el psicoanálisis en estos medios. [RP, VIII (2), 1951, p.294]
Vemos aquí que difundir el psicoanálisis en el ámbito médico es un objetivo explícito que sostiene la institución.
Será recién en los últimos años del período abarcado en los que aparezca tímidamente la psicología y la educación. En 1954 [RP, XI (4)], por ejemplo, se menciona un curso dictado a la Asociación Profesoras Nacionales de Jardines de Infante. En 1955, por otra parte, se destaca la incorporación de temas vinculados con la psicología [RP, XII (3), 1955, p.415].
Para cerrar este apartado quisiéramos finalizar revisando los temas contenidos dentro de los artículos, ya que también contribuyen a reflexionar en torno al lugar que se le otorga al psicoanálisis y su función social. Estos trabajos podrían reunirse en tres grupos: aquellos en los que predomina alguna problemática teórica, aquellos en los que se privilegian los casos clínicos y aquellos destinados al psicoanálisis aplicado.
Gráfico 2. Temas analizados en los artículos
Los artículos relativos al primer grupo son textos en los que se trabaja y reflexiona respecto de alguna cuestión teórica. Esto no implica que no incluyan viñetas clínicas, pero el eje está ubicado en la teoría. La mayoría de estos textos se interesa por problemáticas relativas a diagnósticos (esquizofrenia, melancolía), temas lindantes con la medicina (función tiroidea, epilepsia, relación emoción-músculo) y, muy pocos, a problemas relativos a la técnica psicoanalítica. Sobre estos últimos, aparecen –la mayoría de ellos ubicados en los últimos años– textos en los que se despliega el problema de la contratransferencia.
En el segundo grupo ubicamos los artículos en los que se exponen casos clínicos. En algunos casos la referencia a la clínica está articulada con nociones o desarrollos teóricos. No obstante, cabe destacar que esta articulación se introduce solamente en algunos pocos trabajos.
Finalmente, en el tercer grupo se hallan los textos que pueden ser inscriptos dentro del psicoanálisis aplicado. Aquí entendemos el psicoanálisis aplicado como el psicoanálisis que aplica su teoría y su método sobre objetos “exteriores” al campo de la cura psicoanalítica. En los números analizados hay numerosos artículos que enlazan el psicoanálisis con la literatura, la música, la ornamentación, la vestimenta, la vida de diferentes autores y personajes históricos.
Esta revisión muestra que la problemática social, problemática que no es ajena a la obra freudiana, no forma parte del interés de esos años. Tampoco la práctica hospitalaria, a pesar de que varios analistas miembros, como es el caso de Pichón-Rivière, ejerzan funciones en un hospital. El psicoanálisis se concibe así fundamentalmente como un saber ligado a la práctica del consultorio.
5. La comunidad discursiva psicoanalítica
A los fines de reflexionar sobre la constitución de la comunidad discursiva psicoanalítica de la APA, es interesante identificar el modo o los modos en que se presenta el dispositivo enunciativo en los artículos que conforman nuestro material de análisis. En este apartado estudiamos este dispositivo en su relación con cuatro aspectos: en primer lugar, el empleo de la primera persona; en segundo lugar, la apelación al lector; en tercer lugar, el tono utilizado; y, por último, la introducción de los artículos.
En primer lugar, respecto de la primera persona se evidencia, a primera vista, que su uso no es homogéneo a lo largo de los artículos estudiados. En este sentido, en algunos textos se emplea la primera persona del singular; en otros, la primera persona del plural; y en un tercer grupo, se utilizan ambas formas de manera indistinta. Sin embargo, una lectura más atenta nos advierte que en los primeros años la presencia del “nosotros” o de la oscilación entre el “yo/nosotros” es más frecuente y que en los últimos años el “yo” adquiere mayor centralidad. Veamos algunos ejemplos:
8. El propósito de nuestra comunicación es contribuir al conocimiento de las neurosis de examen [RP, IV, (2), 1946, p.187]
9. En la primera (A) expondré aquellos hechos y procesos psicológicos que a mi juicio representan las causas fundamentales de la impotencia [RP, V (3), 1948, p.578]
Pero existe, como dijimos, al mismo tiempo, el deseo correspondiente [RP, V (3), 1948, p.611]10
10. Deseo demostrar, basándome en material clínico, que el tiempo es una relación de objeto [RP, XII (3), 1955, p.372]
En estos ejemplos se advierte que mientras que con el “nosotros” la responsabilidad de quien enuncia queda diluida, en el uso del “yo”, por el contrario, la voz enunciadora es quien porta el peso de la argumentación. En el caso nueve aparecen en un mismo artículo la primera persona del singular y la primera del plural. El “nosotros”, que se manifiesta para conducir la lectura del lector, remite aquí a una referencia metatextual previa.
Por otra parte, encontramos que el empleo del recurso del “nosotros, los psicoanalistas”, mediante el que se apela a la identidad que este “nosotros” provee y que es habitual en los textos escritos por psicoanalistas11 es exiguo y que se cuela tímidamente en los años finales del período seleccionado.
11. toda nuestra actividad analítica, cualquiera sea el material humano con el que tenemos que trabajar, implica lograr que el pasado deja de ser presente y que se transforma en experiencia pasada (sic) [RP, XII (3), 1955, p.374]
En el fragmento once, perteneciente a un artículo escrito por David Liberman, el “nosotros” utilizado incluye la comunidad psicoanalítica en su conjunto. De esta manera, la voz que enuncia, remarca los lazos de unión y se inscribe dentro de esta comunidad, que aparece allí homogenizada y unificada bajo este pronombre.
En segundo lugar, sobre la construcción de la imagen del lector en estas páginas, el análisis muestra que, a pesar de que se explicite como propósito de la revista la difusión del psicoanálisis, la mayoría de los artículos configura un lector ya versado en este saber. Por ello, las nociones o teorías psicoanalíticas no son ni introducidas ni desarrolladas en el entramado discursivo. Como marcamos en el apartado anterior, se le atribuye al otro, al lector, una formación previa o, al menos, un conocimiento general de los temas planteados. A modo de ilustración, mencionamos un artículo de Enrique Racker en el que se expone la problemática de la transferencia [RP, XII (3), 1955, pp. 357-369]. En este texto el psicoanalista hace dialogar diversos enfoques que dan cuenta de este fenómeno, pero en ningún momento del artículo se define el fenómeno transferencial.
El modo en que la imagen del lector aparece constituida en estos ejemplares varía solamente en 1946 y 1951. En efecto, en algunos textos que se publican en estos años el lector al que se hace referencia es un lector lego, sin formación psicoanalítica anterior:
12. Hemos escogido estos ejemplos de fácil interpretación para dar a los profanos el conocimiento de los sueños una especie de abertura a través de la cual puedan observar con sereno respeto el aparente misterio del sueño y de la neurosis y si al mismo tiempo de contribuir en esta obra de divulgación logramos incitar a retomar este aspecto un tanto olvidado de nuestra labor, se habrán cumplido los modestos motivos de este resumido y pequeño trabajo. [RP, III(4), 1946: 684]
13. En general, cuando hablamos a otra persona, apartamos de nuestra mente todo pensamiento que pueda desviarnos de los fines de nuestra exposición. En el tratamiento psicoanalítico ocurre lo contrario: se pide al analizado que prescinda de la forma corriente de comunicarse y se abandone a la asociación libre. [RP, VIII(2), 1955: 203]
En el ejemplo doce se introduce una referencia al lector “profano”, a quien se le adjudica la razón de la selección de los ejemplos “fáciles”. A su vez, se asocia esta elección con la necesidad de “divulgar” e “incitar” a retomar el problema de los sueños. Los adjetivos “modesto” y “pequeño” están en relación con el tono que es utilizado en estos artículos y que veremos a continuación. Por último, en el siguiente recorte se explica un principio elemental del psicoanálisis: la asociación libre.
En tercer lugar, a partir del análisis realizado, identificamos la utilización de un tono moderado que atraviesa los diferentes artículos. En este sentido, se evidencia, por un lado, un discurso mitigado, a través del cual la voz enunciativa atenúa la asertividad de sus afirmaciones.
14. Lo que habría de ser específico en la actividad musical sería la forma de recuperación de objeto por un medio regresivo, la conexión con la voz. [RP, XII(2), 1955: 196]
En el ejemplo catorce, el empleo del potencial mitiga la fuerza del enunciado. La conclusión a la que se alcanza en el artículo se presenta así como provisoria y parcial.
Por el otro, en esta misma línea se puede leer la insistencia respecto de la no originalidad que figura en numerosas introducciones. En varios textos se subraya así la falta de novedad de aquello que se expone o también de exhaustividad, lo que imprime cautela y prudencia en el decir:
15. No creo decir algo esencialmente nuevo, pero sí intento aclarar y fundamentar teóricamente posiciones e ideas que en la práctica son aceptadas12 [RP, XII (3), 1955, p.357]
En este fragmento, la voz que enuncia se adelanta a cualquier objeción y anticipa la falta de originalidad del trabajo. La precaución que se adopta también se refleja con el uso de una expresión propia de la modalidad epistémica no asertiva.
Asimismo, relacionado con este tono de moderación, en estas páginas no se advierte ninguna polémica o debate, a pesar de ser muy frecuentes en el ámbito psicoanalítico. La mayoría de los artículos que tratan problemas teóricos suelen presentar resúmenes de los distintos planteos, sin discutir o confrontar enfoques entre sí. Sólo se halla una única referencia en 1955 en la que la voz enunciadora desacuerda con una determinada posición:
16. Estoy completamente de acuerdo con I. Macalpine (…), pero difiero de su opinión en cuanto pienso que la transferencia es, sin embargo, un proceso “espontáneo” [RP, XII (3), 1955: 320]
Es interesante que esta toma de posición aparezca en una nota al pie de página y no en el cuerpo del artículo.
La moderación también se puede articular con los trabajos en los que se narra el acontecer de un caso clínico. En estos textos se relata la historia de vida de algún analizante, fragmentos de sesiones, sueños que el analizante trae a la sesión. En estas narraciones, durante los primeros años, las intervenciones, señalamientos, interpretaciones de los psicoanalistas no son reproducidos en el material. Es decir, solo se plasma la palabra del paciente según la mirada el analista. Esta ausencia construye, entonces, un discurso cauteloso, en el que no queda expuesto el decir de quien direcciona la cura. Será recién a partir de 1952 que las intervenciones y a aparecer tímidamente en algunos de los trabajos publicados:
17. Tuve deseos de abandonar el caso, pensando que era imposible establecer un vínculo transferencial que permitiera el tratamiento. Luego me rebelé, me acerqué a ella y le dije que era injusta al desconfiar de mí, porque yo era un ángel enviado del cielo para velar por su sueño. [RP, IX (4), 1952, p.416]
Aquí el analista incluye dentro de la narración clínica no solamente su intervención, sino que también incorpora sus propios afectos.
Por último, quisiéramos hacer referencia a las introducciones de los artículos analizados. En general, a lo largo del período, en los párrafos iniciales de los textos no se anticipan las problemáticas trabajadas en ellos, tampoco se establece continuidad o ruptura con artículos previos ni se inscribe el desarrollo dentro de un marco determinado. De esta manera, comienzan a tratar los diferentes temas sin detallar cuál o cuáles son los propósitos o los objetivos que se buscan. Lo mismo ocurre en las presentaciones de casos clínicos. En muchas de ellas, no se exponen los motivos por los cuales se optó por el material ni tampoco se indican los elementos a los que los lectores deberían prestar atención. Las finalidades de los trabajos son, por ende, solamente mencionadas en algunos de estos artículos y tienden a ser incorporadas en enunciados breves y sintéticos.
18. El objeto de este trabajo consiste, precisamente, en exponer las alternativas de un fenómeno de despersonalización y extrañamiento que apareció en un enfermo, después de un tiempo de tratamiento, con características especiales en lo que a su modo de presentación y evolución se refiere. [RP, XI (3), 1954, p.314]
En esta introducción se hace una sucinta referencia al propósito del artículo. Nótese que el enunciado porta, sin embargo, cierta imprecisión respecto de la particularidad del caso y que se refleja en el adjetivo “especiales”.
6. Palabras finales
Este artículo se propuso analizar una revista, la Revista de Psicoanálisis, que tuvo un peso significativo en la difusión del psicoanálisis en los inicios de la Asociación Psicoanalítica Argentina. Estudiamos un período determinado, entre 1946 y 1955, años en los que la psicología comienza a ocupar un lugar destacado en la sociedad y en los que el psicoanálisis se cuela en distintos medios de comunicación.
El análisis emprendido ha determinado que el psicoanálisis, en tanto objeto discursivo, es entendido, en ese entonces, como una teoría científica y una práctica contigua a la práctica médica, acotada, a su vez, al trabajo del consultorio, es decir, al tratamiento individual. En este sentido, la pregunta por lo social no es una preocupación en esos años y los artículos que “aplican” el psicoanálisis a otras áreas se interesan, fundamentalmente, por el campo cultural.
Por otra parte, este estudio ha revelado que la revista, además de erigirse como un medio de comunicación y de información privilegiado para la institución, contribuye a la consolidación de la comunidad discursiva psicoanalítica. En efecto, es el acto de escribir y publicar en la revista que permite afianzar el trabajo colectivo y la identidad de los miembros del grupo como psicoanalistas. Escribir no es (solo) escribir para exponer, transmitir, presentar casos, sino también para sustentar la propia comunidad. La vacilación en el empleo de la primera persona, la construcción de un lector versado en el saber sobre el inconsciente, el uso de un tono moderado, la ausencia de objetivos explícitos en las introducciones dan cuenta de una comunidad discursiva aún incipiente, no consolidada, pero, también, evidencian una comunidad que se afirma en la misma práctica de escritura.
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Notas
1. Véase, por ejemplo, Balán (1991), Carpintero y Vainter (2004), Dagfal (2009), Plotkin (2003), Vezzetti (1996).
2. Guillermo Ferrari Hardoy se iría a Estados Unidos unos años después.
3. Véase Savio (2017).
4. Klappenbach (2006) describe este período como el período de la psicotecnia y de la orientación profesional, dado que en la Argentina se elabora un conjunto de teorías, técnicas e intervenciones prácticas relativas a estos campos del conocimiento.
5. Retomamos aquí lo que ya hemos desarrollado sobre estas nociones en artículos anteriores. Véase Savio (2016, 2017).
6. Para una ampliación véase Arnoux (2006, 2008).
7. A menos que se aclare, los destacados son nuestros.
8. En 1950, por ejemplo, se publican solamente dos números.
9. A partir de 1954 se incluye la sección “Actualizaciones”.
10. El segundo destacado es del original.
11. Hemos estudiado este recurso en Savio (2010).
12. El destacado pertenece al original.